Columna del principal responsable del gobierno nacional en la organización de la 3 Cumbre Mundial de Alcaldes y Mandatarios Afros, en Cali y Cartagena.

Por Óscar Gamboa, director del Programa Presidencial para la Población Afro
El mundo de hoy es cada vez es más una aldea global. Lamentablemente la percepción de aldea global se observa desde lo comercial, pero la aldea global también está representada en  los desafíos que la sociedad mundial tiene, entre ellos el de la inclusión, porque el mundo es diverso, mestizo, anglosajón, es afro es indígena, es joven.
Y este tipo de eventos, como la Cumbre de Mandatarios Afro, que llega a su tercera versión, lo que busca dentro del marco del desarrollo económico, que es el tema principal,  es tomar esa aldea global y volverla incluyente en temas de desarrollo económico.
Lo que uno observa es que vamos en una carrera desenfrenada y nos animan las cifras, las ganancias, los crecimientos, los PIB, etc., pero no miramos el índice de Gini, la desigualdad; a veces me preocupa que las cifras hablan sobre el crecimiento en algún  país en un tanto por ciento y siempre me pregunto: creció para ¿quién?
Porque desearía que ese crecimiento se reflejara en que la brecha se estreche, en que ojalá los empresarios que son sujetos de ese crecimiento en los países, procuren que se dé una mayor oferta de empleo, que se mejoren los hospitales, que esa aldea global también irradie ese crecimiento  en los social.
Y esta cumbre es un momento de pausa reflexiva y  de debate global que nos permitirá consensuar estrategias globales que nos lleven a acciones locales. Es claro que cada nación tiene sus propias políticas, pero lo importante es que bajo unos conceptos globales aterricemos en cada país; pero insisto, bajo el concepto de la cumbre que es  desarrollo económico para la inclusión social.
Al hablar de la población afro del mundo y desde luego de la afrocolombiana, es como un  común denominador que esta población siempre se observe en la parte inferior de la brecha; particularmente en Colombia, esto una paradoja  perversa.
Los Afros en Colombia nacemos, crecemos, vivimos y morimos en zonas muy ricas como oferta ambiental pero la condición social y económica no puede ser peor, entonces lo que pretendemos con esta cumbre, al aterrizarla en Colombia, es que esas estrategias globales nos lleven a ser una población afrocolombiana más participante, participativa y participada del crecimiento económico.
No es para que nos regalen, es porque también queremos poner nuestros músculos, conocimiento artesano y nuestros sueños  para que se haga sociedad con los que ya están inmersos en el desarrollo económico y lo que les pedimos a los que ya están inmersos en el desarrollo económico, es que nos abran la compuerta para que crezcamos todos, no para que ellos se empobrezcan, sino para que crezcamos, para que nos lleven en ese vagón del crecimiento económico;  y eso visto en contexto ayuda a fortalecer la democracia.
Yo he venido sosteniendo que la Cumbre no podemos verla como el ejercicio mecánico al que vienen 20 alcaldes, que se habló, que la foto. No! Contextualicemos estos ejercicios como aportes al fortalecimiento de la democracia, de la convivencia entre los seres humanos.
Inclusive los racistas pueden pensar: «Nosotros estábamos pensando que es un encuentro de afros para hablar de ellos  y para decir que nosotros somos malos». No, lo que queremos con el resto de expresiones étnicas es decirles: «oigan queremos trabajar con  ustedes, queremos encontrarnos como seres humanos, queremos darles un abrazo en el escenario del desarrollo económico».
Por eso es de singular importancia para Cali y Cartagena como ciudades, para el Valle y Bolívar como departamentos, para Colombia.  Colombia es el segundo país en Iberoamérica en población afro, y en el continente americano, después de Brasil y los Estados Unidos, somos el de mayor población afroedescendiente y debemos convertir esa diversidad étnica en una oportunidad.
Estos deben ser los inputs para que se consolide nuestro concepto de sociedad y por eso considero que esta cumbre cae en buena hora porque lo de La Habana, proceso en el que personalmente creo y pienso que no tiene reversa, que no debe tener reversa porque no es el momento de los tiros y las bombas sino de la democracia; es el momento de disputarnos las ideas con los votos, con la política, pero como el señor Presidente lo ha dicho, vamos a negociar el fin del conflicto; la paz es otra cosa.
El fin del conflicto hace parte de la paz, la paz tiene que ser inclusión, la paz tiene que ser oportunidades. Todo ese conjunto de acciones y políticas publicas sumadas a la finalización del conflicto armado es lo que vamos a tener con es palabrita de tres letras tan esquiva que es la paz  y por eso me siento contento de que la Cumbre pueda ser  un granito de arena en el desierto, en el oasis de la esperanza.