Sus orígenes, su trayectoria y las medidas que ha impulsado. Fue nominada en Afrocolombianos del Año 2013, en la categoría Sector Público*.
Por Maricruz Salgado Salgado, estudiante de Lengua castellana y literatura en la Universidad del Atlántico. Especial para Color de Colombia.
La historia de Josefa Cassiani Pérez me recuerda la de Catalina Luango, un personaje mitológico de San Basilio de Palenque. Cimarrona que luchó por la libertad de su pueblo, cuidaba a los prisioneros africanos. Dicen que después de su muerte aparecía en la laguna de palenque, siendo idolatrada por los palenqueros.
Josefa no es un personaje mitológico y hace parte de nuestra realidad. Además de su sangre palenquera, es una mujer luchadora que busca que se cumplan los derechos y la igualdad de todos, sea cual sea nuestra condición, sin irrespetar o pisotear los derechos de los demás.
A diferencia de Catalina Luango, Josefa no ha tenido que luchar por la libertad de un pueblo sometido a la esclavitud. Josefa siempre ha sido libre, pero lucha como Catalina, por las personas necesitadas y contra los estigmas y prejuicios que precedían a la mujer, y aún en este mundo actual la preceden, especialmente a la mujer negra.
Josefa Cassiani Pérez era una niña de grandes sueños, hermosa, que nació y se crió en un barrio del sur occidente de Barranquilla, con sus padres y sus hermanos. Ella era emprendedora y dedicada a sus estudios.
Su padre, Manuel Cassiani Valdez, nacido y criado en Barranquilla, más conocido en su comunidad como “Pagüe”, hoy pensionado del Terminal Marítimo de Barranquilla, siempre le decía que iba a ser una abogada, pero no cualquier abogada, sino una de las mejores. A su otra hija, Margarita, siempre le decía que iba a ser doctora, pero no cualquier doctora, sino una de las mejores.
Josefa tuvo una adolescencia muy bonita, gracias al cariño y apoyo que ella y sus hermanos recibieron por parte de su padre y su madre, Margarita Pérez Valdez, nacida y criada en Barranquilla, una progenitora dedicada a sus hijos. Ambos padres les dieron amor, además de buenos valores y principios.
Pero no todo era bello, porque más tarde esta familia se iba a encontrar con obstáculos que marcaron de una u otra manera la vida de cada uno de sus miembros.
Como cada quien decide su futuro, Josefa, bachiller del Colegio Sofía Camargo de Lleras, no se dejó amedrentar por las barreras de la vida y decidió emprender su camino. Atendiendo el llamado de su padre, decidió estudiar derecho en la Universidad Simón Bolívar de su ciudad natal, Barranquilla. Enamorada de su carrera, se esforzó hasta conseguir graduarse como toda una abogada.
Pero eso no era todo, ese era apenas el inicio de una vida plena para esta mujer “negra”. Siendo proveniente de un barrio del sur occidente de Barranquilla, Josefa siempre encontró puertas abiertas, demostrando que no es el color de la piel lo que hace menos a la gente y tampoco su situación socio-económica, sino la falta de actitud y ganas de salir adelante.
Después de graduarse, Josefa se especializó en derecho administrativo, en gestión pública e hizo una maestría en derecho administrativo. Duró 4 años en la oficina jurídica del Distrito de Barranquilla, fue encargada en la Dirección Distrital de Liquidación y fue asesora en la Superintendencia de Servicios Públicos, donde estuvo aproximadamente 2 años.
En este transcurso deeste tiempo, se casó con Nicolás Salgado, quien es hoy más que su compañero, su mano derecha y apoyo. Tuvo dos hermosos hijos gemelos, Kimberely y Pagüe, como el abuelo, y un hermoso niño, Nicolás, que hoy en día tiene dos años.
El año pasado, exactamente el 8 de marzo, Día de la Mujer, mientras “Pagüe”, padre de Josefa, se dirigía en el transporte del hospital a su casa, escuchó en la radio que su hija Josefa, todavía joven, había sido escogida como nueva secretaria de gobierno del Distrito de Barranquilla.
Quedó pasmado al no caber en su cuerpo de la felicidad, pues sus palabras habían sido como un oráculo para su hija y sus esfuerzos no fueron en vano. En un aturdido intento de moverse, llamó a su esposa Margarita, que se encontraba en Bogotá, para darle la gran noticia.
El pasado 11 de marzo, Josefa Cassiani Pérez, mientras tomaba juramento ante la alcaldesa de Barranquilla, Elsa Noguera, acompañada de su familia, tomó posesión de su cargo como nueva secretaria de gobierno del Distrito, convirtiéndose así en una de las mujeres afro más importantes de Colombia.
Josefa es reconocida entre sus amigos, conocidos y líderes afro como una mujer prudente, noble, sencilla, honesta y comprometida con su comunidad. En palabras de María Victoria Herrera, fundadora y presidenta del encuentro de mujeres líderes afro de Barranquilla:
“Josefa es una mujer inteligente, joven, valiosa para la comunidad en general, pero específicamente para la comunidad afropalenquera. A pesar de su juventud es una mujer de incalculable valor, ya que ha abierto puertas a otras mujeres para salir adelante”.
Hoy en día Josefa vive feliz al lado de sus padres, esposo e hijos, cumpliendo de buena gana, con amor y eficacia su trabajo. Se siente feliz y bendecida con tantas oportunidades.
“Vivo agradecida con mis padres por todo lo que me han brindado, y sigo implementando mis conocimientos, ya que jamás he dejado de estudiar. Porque quiero darle un gran ejemplo a mis hijos y mostrarle al mundo que entre los afros no solo hay mujeres hermosas y fuertes, sino mujeres líderes capaces de ocupar altos cargos”.
No podían faltar unas preguntas para Josefa Cassiani como secretaria de gobierno, y estas fueron sus respuestas.
¿Cómo ha avanzado la gestión de políticas públicas para la población afro?
Excelente. Este proceso fue una gran convocatoria pública para que los afros y no solamente afros, llegaran hasta estos espacios a manifestar sus diversas necesidades y ser escuchados. La alcaldesa, los jefes de su despacho y más de 300 personas participaron en 12 mesas de trabajo. Y así construimos lo que hoy se conoce como una gran política publica.
¿De qué trata la hora calabaza? Se han visto frutos de esta norma en la cuidad, especialmente en los jóvenes?
Recordemos que antes los padres, cuando querían que sus hijos se encerraran les decían “calabaza, calabaza, todo el mundo pa’ su casa”.
La ‘Hora calabaza’ fue una sanción pedagógica transitoria que duró aproximadamente 3 meses y se extendió otros 3 meses. Culminó el 26 de enero del presente año. Se expidió para que los jóvenes no estén hasta altas horas de la noche en las calles y establecimientos públicos alterando el orden y los padres ejerzan de una debida manera la autoridad hacia sus hijos y no los expongan a sitios nocivos. Los padres siempre fueron nuestros principales aliados en esta norma. Disminuir aquellas riñas donde estaban nuestros menores fue un logro.
¿Cómo ha sido el procesos de prohibir las verbenas que se realizan sin autorización?, ya que este tipo de manifestaciones o festejos hacen parte de nuestra cultura.
Se estipuló una medida para prohibir realizar este tipo de manifestaciones en espacios públicos, con el fin de cuidar la naturaleza, ya que estos espacios están para compartir en familia.
Y también se prohíbe que estos eventos se realicen de manera continua en un solo lugar, ya que todos tienen derechos a disfrutar de ellos.
Existían muchas denuncias de riñas y disturbios por parte de los ciudadanos a causa de estas manifestaciones. Nuestro fin no es acabar con las verbenas, que son algo nuestro, pero sí que se tenga un mayor control sobre ellas para que luego no haya lamentos.
También tenemos vigilancia en toda la ciudad de Barranquilla para que este tipo de eventos no se realicen en sitios públicos sin una autorización previa por parte de las autoridades competentes.
Hay un comité administrativo para analizar todas las actividades y ver si cumplen los requisitos necesarios y si los resultados han sido positivos.
* Esta distinción, otorgada por El Espectador y la Fundación Color de Colombia desde 2010, cuenta con el apoyo del Programa para Afrodescendientes e Indígenas de USAID, operado por ACDI VOCA.