Un estudiante menor de edad  se aferra a la ilusión de tener un buen gobernante y pide que no lo desilusionen.

Por Heiner Yesid Mosquera Palacios, líder estudiantil de la Normal Superior de Quibdó. Especial para Color de Colombia.

Durante años he visto cómo representantes de partidos políticos se pelean la presidencia de Colombia y he visto cómo logran convencer a los colombianos para poder contar con su voto.

Como en el caso del Chocó, un departamento que cuenta con una inmensa riqueza natural para explotar y producir empleo, pero que se convierte para los candidatos a la presidencia en un número estadístico de votos para alcanzar lo que más desean, poder político.

Lo más triste es que una vez pasadas las elecciones, como ha sucedido, no prestan la suficiente atención a este maravilloso pueblito, que depositó su confianza e ilusión de ver un mejor departamento.

La pregunta para los aspirantes a la presidencia de la república de Colombia es: ¿hasta cuándo algunos departamentos de Colombia van a significar para ustedes solo números para subir en las estadísticas electorales?

Porque es claro que no solo Chocó es víctima de ustedes, que se convierten en bestias infernales destruidoras de sueños e ilusiones.

Sí, leyeron bien, “bestias”, porque así se les debe llamar a las personas que manipulan y juegan con la ilusión de miles de votantes de querer ver progresar a sus departamentos, capaces de prometer el Edén y al llegar a la Casa de Nariño solo dar migajas a los departamentos pobres de Colombia.

Mi propósito no es adelantarme a los hechos. Solo espero que este mensaje logre llegar a la pantalla de los candidatos porque necesitamos presidentes que más que ver al pueblo como un voto más, nos vean como lo que somos.

Es decir, “personas luchadoras, emprendedoras, que solo buscamos la oportunidad para tratar de salir adelante y esperamos de nuestras cabezas principales ayuda y protección, cosa que al parecer a muchos presidentes colombianos se les ha olvidado”.

De paso, hay que recordarles que Chocó también es Colombia, que no basta con venir 1 o 2 veces a buscar votos, que no basta con llorar desde lejos, sentir desde lejos y conmoverse desde lejos.

“Lejos, porque siempre ven de lejos este departamento y muchos más hasta que llegan las épocas de elecciones presidenciales”

Aún no cuento con la mayoría de edad, así que no puedo ejercer mi poder de voto, pero soy uno de esos jóvenes que cree que cambiar sí se puede, que se aferra a la ilusión de tener un buen gobernante, que nos brinde protección y más que un presidente sea un pueblo.

Desde mi humilde y pequeño departamento les quiero pedir que: ¡no me defrauden y no defrauden a miles de colombianos que este 25 de mayo depositarán sus ilusiones en un pedazo de papel marcado con una equis negra!