El equipo chocoano no perdió ningún partido de local en la actual Liga Directv de baloncesto.
En el mundo del baloncesto existen escenarios míticos que los equipos profesionales convierten en fortines deportivos, donde ir a jugar representa para los equipos visitantes un reto extra deportivo.
Por ejemplo, el Madison Square Garden en New York, donde juegan los Knicks, un coliseo lleno de historia, testigo de grandes recitales, que cuando se viste de baloncesto reúne en una exclusiva primera fila actores, estrellas musicales y personajes famosos de la farándula norteamericana, que al compás de un legendario órgano aplauden y celebran cada jugada, convirtiéndolo en la vitrina perfecta que motiva a las superestrellas de la NBA a realizar sus mejores performances para mostrarlas al mundo entero.
Otro mítico escenario es el Estadio de la Paz y la Amistad en Grecia, donde actúa el Club Olimpiacos B.C. Del Pireo Atenas, un fortín que convirtió al Olimpiacos B.C. en el equipo de la década de los 90s, según la FIBA.
Los grandes clubes europeos que hoy visitan este coloso sufren la presión de casi 15.000 fanáticos que con banderas y cánticos se convierten en un sexto hombre, que motiva a sus jugadores y desconecta a sus visitantes.
En Colombia, Chocó, Quibdó, existe el Coliseo Cubierto, que no alberga 15.000 espectadores, no posee una exclusiva primera fila con personajes famosos, ni mucho menos posee un órgano, pero con tan solo 2.000 espectadores (máxima capacidad), muchos con jerseys amarillos, aplauden y cantan al compás de una fascinante y exótica chirimía mezclada con un calor aplastante, como lo describió el fallecido Nobel de literatura García Márquez en una visita al Chocó.
Calor que motiva a los locales y fastidia a los visitantes. Este coliseo departamental ha logrado que el club de baloncesto Cimarrones, de corta trayectoria, se gane el respeto dentro del baloncesto profesional en Colombia.
En la actual Liga Directv de baloncesto, Cimarrones ganó todos sus juegos en condición de local, hizo de su coliseo un fortín, una fiesta, un escenario mítico en el medio colombiano, al punto de llevar a Cimarones a disputar la final. Ya lo apodan ‘La Caldera’.
El gran valor que tiene este nuevo escenario es que representa muchos sueños tangibles, los sueños de patrocinadores de ver una liga profesional de baloncesto en Colombia con hinchas; los sueños de los organizadores de ofrecer otra alternativa ante la monocultura del fútbol; los sueños de deportistas de triunfar ante su pueblo; los sueños que motivan a los prospectos para ser grandes deportistas, y lo más hermoso, refleja los sueños de ver a un pueblo unido por una misma causa. Viva ‘La Caldera’ y que viva el baloncesto en Colombia.