Comunicadora dice que no logran insultarla con esta expresión, pero lamenta el racismo de muchos.
Hace algunos días, en una de esas travesías maratónicas en las que quienes departimos y compartimos en el sistema de transporte masivo Transmilenio, tuve la oportunidad de interactuar de forma no muy grata con una mujer que, por su fisonomía y acento, presumo que es oriunda de esta ciudad.
Eran las 7:00 de la mañana. Estábamos en la estación de Suba y uno de de los pasajeros no dejó cerrar la puerta. No sé si lo hizo para ventilarnos por el calor que da estar tan cerca los unos de los otros o por entrar más rápido cuando llegue el bus. Justo en ese momento le dije a una mujer que acomodara un morral muy pesado, que a pesar de ser de ella, venía cargando. Aclaro que lo dije con todo el amor que pude. Pero ella no sólo exclamó: ¡»pues si no le gusta, coja taxi!», sino: «¡negra tenía que ser!».
Y fue en ese momento cuando vinieron a mi mente recuerdos de cuántas veces, a lo largo de mis 35 años, alguien me había dicho eso pretendiendo ofenderme al hacer alusión a mi color de piel en tono burlesco o grosero.
Esa expresión que no sé cómo definir hoy, y que no logro entender a qué se refieren pues le falta, “por eso es… inteligente, aguerrida, fuerte, proactiva, atractiva, llamativa y emprendedora”, me mostró cuán racistas siguen siendo muchos en pleno siglo XXI.
Pero el racismo no sólo se vive cuando publican un aviso clasificado con una vacante especificando que debe ser de piel blanca.
El racismo se evidencia día tras día con expresiones como éstas que ya no nos sorprenden y a las que terminamos «acostumbrándonos».
Y si no, que lo diga Pirry que tiene más de un comentario «desobligante» y «salido de tono» en sus redes porque al igual que mi esposo dijo: ¡Esa negra tenía que ser!