Bicentenario de la batalla que Simón Bolívar vio perdida y el oficial venezolano Juan José Rondón llevó a la victoria libertadora. 350 republicanos y 500 realistas entregaron la vida.
Juan José Rondón Delgadillo. «San Rondón», decía Bolívar. «Sin Rondón, yo no sé qué hubiera sido del pantano de Vargas»; y, cada año, al acercarse el día de aquella victoria, solía decir: «Mañana es día de San Rondón».
Según historiadores, nació en 1790 en Santa Rita de Manapire, actual estado Guárico, Venezuela, y murió a los 32 años por gangrena en un pie.
«El 11 de agosto de 1822, durante la batalla de Naguanagua, en la que José Antonio Páez triunfó sobre las tropas españolas, Rondón resultó con una herida leve en un pie que se infectó y murió poco después, el 23 de agosto, de gangrena en la ciudad de Valencia». Desde 1896, sus restos reposan en el Panteón Nacional de Venezuela.
De acuerdo con el Capitán de Caballería del Ejército Nacional Jorge Mauricio Cardona Angarita, “Juan José Rondón inició su vida militar en 1812 con el ejército realista de Tomás Boves con el grado de capitán y al ver las crueldades de los realistas decidió en 1817, con un grupo de jinetes, unirse a José Antonio Páez”. “Con la batalla de las Queseras del Medio el 2 de abril de 1819 alcanzaría el grado de Teniente Coronel”, agrega el Capitán Cardona.
La batalla de la gloria
«El día 25 de julio de 1819, en el epílogo de la batalla del Pantano de Vargas, los ejércitos realista e independentista, estaban agotados tras combatir por espacio de 7 horas sin conseguir imponerse ninguno de los dos.
José María Barreiro, comandante de la división española, echó sus restos de infantería y caballería por todo el centro del valle.
Barreiro, entreviendo el triunfo, gritó emocionado: «¡Ni Dios me quita la victoria!», mientras Bolívar, desconcertado, alcanzó a decir algo como «se nos vino la caballería y esto se perdió».
A su lado, Rondón le reclamó: «¿Por qué dice eso, general, si todavía los llaneros de Rondón no han peleado?»
Fue en ese angustioso instante que Bolívar le responde con la célebre frase «¡Coronel Rondón, salve usted la patria!».
Seguido inicialmente por 14 lanceros que respondieron de inmediato a la voz: «¡Que los valientes me sigan!», realizando entonces una carga de caballería, seguido de cerca por el resto de los llaneros, que dispersó a las tropas españolas poniéndolas en retirada, con lo que finalmente los republicanos obtienen la victoria».
Esta victoria, sumada al movimiento estratégico de Simón Bolívar, denominado la contramarcha de Paipa, darían la base que definiría el combate decisivo que ocurriría 12 días después, el 7 de agosto de 1819, en la Batalla del puente de Boyacá.
Honor y gloria para Rondón, 200 años después. Y también para Leonardo Infante. Fundación Color de Colombia.
(Textos entrecomillados sin cita son tomados de Wikipedia).