La leyenda deportiva Silvio Marino Salazar, tumaqueño insignia, fue la sorpresa de la jornada.
La bienvenida de semestre 2020-1 al grupo PEAMA- Tumaco en la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, estuvo cargada de emociones, sorpresas, premios y calidez en un nuevo inicio de semestre para una generación que se enfrenta a un total cambio de vida en capital Colombiana.
Treinta caras sonrientes y nerviosas del pacífico se formaron en una fila, en el auditorio del edificios de Postgrados de Ciencias Humanas de la UNAL, para recibir regalos de las marcas Totto, Alquería y Fedepalma. Ellos, los nuevos, los “primíparos”, se enfrentan a un cambio de vida total: salieron de sus hogares con la meta de formarse como profesionales comprometidos con la labor de ayudar a sus municipios, de hacerlos crecer.
A este compromiso se sumaron profesores de la universidad que han sido testigos de cómo es la vida en los lugares de origen de estos nuevos estudiantes y también optaron por dar su aporte.
Este fue un esfuerzo de Bienestar de Sede, dirigido por el profesor Óscar Oliveros; de la dirección de la sede Tumaco, en cabeza de la profesora Amanda Mora, la coordinación de Diana Galarza, y de la Fundación Color de Colombia, a través de Pilos del Pacífico 2032, por acompañar y acoger a estos jóvenes y que sientan en una Bogotá más cálida.
A los nuevos estudiantes se les unieron muchos antiguos del programa PEAMA de Tumaco, que ya lleva cinco años en funcionamiento y que ha beneficiado a los municipios del Pacífico sur y a algunos del Chocó y de Putumayo, con más de 200 jóvenes que se encuentran en la Sede de Bogotá.
Este programa de la UNAL les brinda la oportunidad de cursar los primeros semestres en las sedes de sus regiones y luego continuar estudios en las sedes andinas.
Durante el evento los muchachos tuvieron la presentación de varias dependencias de Bienestar universitario, como la de Adriana Hurtado, del área de Acompañamiento Integral, quien les explicó los peligros y ventajas que tiene la capital colombiana y como tener una grata experiencia en la ciudad.
Previamente, un directivo de Color de Colombia les presentó los resultados de la encuesta de salud y socioeconómica que llenaron 150 asistentes, con un mensaje final: «Mucho por hacer en estos frentes, más lo académico, las competencias blandas y la preparación de la hoja de vida con proyección profesional y social».
Por otro lado, Pedro Ravelo, desde el área de Gestión de Fomento Socioeconómico, les comentó las posibilidades de ingresos a las que los estudiantes pueden acceder dentro de la universidad y alentó a los presentes a darse la oportunidad de entrar al programa; también hizo hincapié en los apoyos económicos que les ofrece la universidad recordándoles que no están solos.
Elena Casas, encargada del área de salud, por su parte, explicó los beneficios con los que cuenta la universidad aclarando la relevancia de tener la EPS en la capital, pues su salud es una de las cosas primordiales para que se desarrollen como jóvenes talentosos.
Asimismo, alertó sobre los retos, más aún en la parte de alimentación, a los que estos jóvenes del pacífico se están enfrentando al modificar su lugar de residencia.
Les hizo caer en cuenta que ya no están al lado del mar y que el pescado, su fuente principal de proteína, no es tan barata ni económica a 2600 metros de altura.
Por otro lado, Jazmín García y Carolina Martínez del área de Dirección y Fortalecimiento Académico enseñaron las tres modalidades de los grupos de aprendizaje con los que cuenta la universidad y exhortaron a los nuevos estudiantes, tal y como ya hacían en sus regiones, a unirse a ellos para que continúen con su buen desarrollo académico y cumplan sus metas académicas de las que destaca el sueño de un postgrado en el exterior.
Las risillas y los aplausos inundaron el auditorio a medida que cada uno de los representantes hablaba, tal vez la más emotiva fue la introducción que la profesora Amanda Mora, quien les dio la bienvenida en nombre de la rectora de la universidad, Dolly Montoya Castaño.
En su discurso habló de la belleza de la esperanza en lugares asolados por la pobreza, pero explicó que la esperanza sola no logra nada, que deben crecer y qué mayor herramienta de la educación.
En sus palabras expuso que solamente el 10 % de los que aspiran a un cupo en la UNAL lo consiguen y que es un orgullo que entre ese porcentaje hagan parte los jóvenes a los que se dirigía.
“Este programa es muy importante para la universidad porque tiene el deber de formar líderes con compromiso social y conciencia ética capaces de aprovechar los recursos naturales, el emprendimiento y favorecer el bien común y eso es lo que la universidad aspira con ustedes”, así finalizó la profesora Mora.
A mitad de la jornada un invitado especial pasó por el evento y fue una grata sorpresa. Se trató de la leyenda deportiva Silvio Marino Salazar. El exatleta tumaqueño se paró al frente de los jóvenes, de los cuales una gran mayoría son de Tumaco, y les contó sus logros haciendo énfasis en que si él como joven del pacífico colombiano tuvo éxito ellos también lo pueden lograr.
Explicó que uno de sus mayores logros fue su coraje al enfrentarse a los “mitos” infundados por el racismo y la ubicación geográfica en los que “un joven de raza negra del pacífico colombiano no podía ser fondista”. Silvio relató que luchó por trascender estos mitos y abrió la posibilidad a los atletas de su región a entrar en esta disciplina.
Su intervención finalizó alentando la participación de estos nuevos estudiantes en la carrera Corre por UN hospital, organizada por la Universidad Nacional de Colombia, que consta de las modalidades 5k y 10k, la cual se llevará a cabo el próximo 26 de abril.
La participación más corta y divertida estuvo a cargo de AfroUN, que a la cabeza del estudiante Eivar Manuel Angulo Núñez (Química), hizo su intervención dejándole claro a los recién llegados la importancia de esta iniciativa interdisciplinar que busca reivindicar la identidad afrocolombiana y sus aportes al país a través de la academia.
Con su característico humor, Manuel invitó a los jóvenes a unirse puesto que la representación dentro de un espacio pluricultural es plataforma y herramienta para desarrollarse como futuros líderes de su comunidad.
A las recomendaciones, encargos y explicaciones se sumaron cuatro jóvenes estudiantes Dario Estacio Solis (Administración de empresas), Carlos Alberto Escobar (Lingüística), María Alejandra Briceño (representante de PEAMA ) y Jorge Bueno (Lingüística y participe del comité PEAMA), quienes ya tienen una trayectoria en la sede Bogotá y quisieron compartir con los nuevos que ha sido todo lo que ha cambiado en sus vidas, los logros y obstáculos a los que se pueden enfrentar y el futuro que tienen por delante.
La tarde se llenó de sonidos del Litoral, Sur y Norte del Pacífico, gracias a la intervención del grupo Chirimía y Conjunto de Marimba, en el que cada integrante lleva una historia que se expresa en el retumbar de su instrumento, sonidos que al juntarse desarrollan un lenguaje que supera distinciones de raza, género o etnia para complementarse en un solo fin, reconocer y exaltar la región del Pacífico y su cultura como parte de las tradiciones de Colombia.
Los integrantes, músicos que no pertenecen al Conservatorio, tocaron la marimba, el cununo y las tamboras y cerraron la velada con una poco de la alegría y el sabor del hogar de estos futuros líderes.
Por María Juliana Rodríguez Cepeda, coordinadora de producción de contenido de Color de Colombia, practicante de comunicación audio visual de la Universidad de la Sabana.