«Los que me ayudaron a ser». Palabras del Coronel Paz Palomeque en el homenaje que le organizaron la Cámara de Comercio de Buenaventura, la fundación empresarial Étika Verde y la Fundación Color de Colombia.
El pasado 10 de enero, en ceremonia militar en el Malecón de Buenaventura, el coronel Wisner Paz Palomeque pasó de segundo comandante a comandante de la Brigada de Infantería de Marina #2, con jurisdicción desde Juradó (Chocó) hasta Guapi (Cauca), con mando sobre cerca de 3.000 uniformados.
Fue un día memorable en la historia de la población afrocolombiana en las Fuerzas Militares: por primera vez un oficial negro asumió la comandancia de dicha Brigada.
Dos meses después, tuvo lugar el cóctel de homenaje en el Cosmos Pacífico Hotel de Buenaventura, al que asistieron como invitados representantes de los sectores empresarial, público, educativo, cívico y sin ánimo de lucro de la ciudad.
Estas fueron las palabras del coronel Wisner Paz Palomeque en el homenaje para reconocer y agradecer a quiénes lo ayudaron en la vida a llegar a ser quien es.
«Primero que todo quiero dar gracias a Dios, quien nos da la vida, la oportunidad de estar acá, de vivir y de soñar. Segundo, dar las gracias a ustedes, a la Cámara de Comercio de Buenaventura, Ética Verde y a la Fundación Color de Colombia. Y gracias a todas las personas que nos acompañan. Mi coronel Aguas, quien fue mi jefe y comandante hace poco, cuando yo era teniente. Gracias mi coronel por estar acá y gracias a cada uno de ustedes por haber venido, por estar aquí, por compartir este momento tan alegre para mí.
El vídeo que acabamos de ver inició de cero. Esas dos personas que hablaron primero, el profesor Humberto, que es otro papá que tengo; y el profesor Danilo, que es mi formador deportivo y espiritual; hicieron de mí en la vida, no diría lo que soy, pero pusieron ese granito de arena para que yo iniciara a ser quien soy. El profesor Humberto Mena y el profesor Danilo Rentería, uno era el presidente y el otro el entrenador de la Liga de Voleibol.
Un día, y lo digo con mucho orgullo, yo estaba vendiendo panes en la calle, porque yo hacía panes y los vendía. El profesor Danilo me dijo: ¿usted quiere ser de la Selección Colombia de Voleibol? Yo le respondo: ¿qué tengo que hacer? Venga tal día al coliseo y yo le voy a ayudar, me respondió.
Al año yo ya era de la Selección Colombia de Voleibol. No sabía absolutamente nada cuando inicié. A los seis meses, era el capitán de la Selección Chocó, al año participé con Colombia en un suramericano en Guayaquil, Ecuador. A los dos años jugué con el Valle, me ofrecieron una beca para venir a estudiar, gracias a Dios mi vida ha sido de oportunidades.
Estudié en un colegio que, haciendo una comparación, donde yo pagaba $500 o $1000 en Quibdó, en Cali se pagaban $100.000. Eso para mí era demasiado insólito. Entré becado y obtuve trabajo en este plantel, gracias a Dios conté con personas que me ayudaron a forjar el carácter y fortalecer la persona que soy.
En Cali conocí a la persona que me permitió ser quien soy en la Armada Nacional, mi mayor Carlos Mario Villegas, que en paz descanse. Fue la persona que me invitó a ser parte de la Infantería de Marina, no me invitó a ser parte de la Naval, ni Mercante, sino de Infantería de Marina.
Mi mayor Villegas, papá del teniente Mario Alonso Villegas, mi compañero de colegio en Cali, me abrió las puertas de su casa, ellos me acogieron como parte de su familia.
Mario Alonso falleció hace 18 años en la comuna trece de Medellín en medio de un operativo cuando iniciaron la toma. Fue mi gran amigo, mi hermano. Por eso mi segundo hijo se llama como él, Mario Alonso Paz, en honor a mi amigo, compañero de colegio y de la Armada.
Mi Mayor Villegas me dijo: ¿usted quiere ingresar a la Infantería de Marina?, están dando unas becas por ley 70. Yo le dije, ¿es de eso que me habla todo el tiempo su hijo? Bueno, vamos a ver de qué se trata. Cuando llegamos a la oficina de reclutamiento, ya me tenía todo listo, absolutamente todo, yo simplemente llegué a firmar, porque hasta los formatos los tenía llenos.
Fue la segunda vez que vine a Buenaventura, en el 93. La primera vez fue en el año 90 para unos juegos del Litoral del Pacífico aquí en Buenaventura. Yo era un muchachito, pero tenía 1,90 m. de estatura con tan solo 14 años. Gracias a mi Mayor Villegas estoy en la Marina Colombiana, quiero que quede en la memoria de todos.
Siempre anhelé trabajar para mi pueblo. Para mí, mi pueblo es el Pacífico, desde la frontera con Panamá y hasta el último pueblito que tiene Nariño. Así lo veo y lo siento.
Hace poco, en una ceremonia en Bogotá, me encontré con mi general Moore, una persona a la que admiro mucho. Lo conocí en Juradó, en la época difícil de ese pueblo. Incluso un día me llegó de sorpresa en un helicóptero que él pilotaba como coronel. Me acuerdo que mi mamá Juana Beatriz vivió y se crió con ellos en Bogotá, con la familia Perea y muy cercana a la mamá de mi general Moore.
Yo le dije a mi mamá: usted para qué se vino para acá, si usted fue reina, usted hubiese sido una gran profesional, pero tuvo que regresar a Lloró (Chocó) a casarse con un soldado. Y ella me decía: pues si no me hubiese comprometido con ese soldado, no hubieses nacido tú. Vivo orgulloso de mis padres y mi familia.
Mi madre fue mi pilar, un apoyo importante para mí. Mi padre Julio Aurelio Paz viajaba mucho por cuestiones de su trabajo. Mi mamá Juana Beatriz se dedicó a mí y mis hermanos para que fuéramos personas de bien, estudiáramos y nos superáramos en la vida. Mis tres hermanas aparecen el vídeo, Amirlan, Deyvis y Layvis. Mi hermano falleció muy joven y lo recordaremos siempre, Orlyn Paz Palomeque.
Hoy tengo el privilegio de compartir con ustedes, de recibir este reconocimiento que al principio me tomó por sorpresa. Aunque doña Mile no me decía mucho, solo me preguntaba cositas, pero no me decía nada.
Aunque no está presente el señor alcalde, quiero aprovechar que están líderes para decirles que, desde sus dependencias y oficinas, podemos hacer muchísimo por este pueblo pacífico, por este pueblo negro, sin exclusión, hablando de un pueblo que vincula absolutamente a todos, a negros, blancos e indígenas. Podemos hacer muchas cosas y generar cambios en el aspecto económico. En cuanto a la seguridad, nos la dejan a nosotros que estamos trabajando cada día para que se sientan tranquilos.
En el aspecto cultural, ya tenemos una increíble riqueza cultural, sin ser egocéntrico, la cultura más grande se encuentra en el Pacífico. Debemos unir esfuerzos, porque este pueblo se merece lo mejor.
Gracias a mi familia, a mi esposa Milena, son 23 años juntos, de mucho aguante y espera. Gracias a Dios las cosas pasan, si les contara la historia de cómo apareció ella se van a reír. La conocí por la apuesta de una hamburguesa, la hamburguesa más rica que me he comido en la vida. Cada vez que me veo con Higuera, ese compañero que me hizo la apuesta, le digo: gracias, me comprometiste hasta que ya no más, gracias por retarme.
Soy un hombre de retos en la vida. Cuando mis infantes me retan, les digo: no me retes, porque vas a perder, porque hasta que yo no gane, no dejo de insistir y hacer las cosas.
A mis tres pupilos, Andrés, Mario y Camilo, que sigan siendo los niños de siempre: alegres, juiciosos, educados, que nosotros siempre estaremos para apoyarlos y ayudarlos a lograr todo lo que se propongan.
Gracias a todos por este honor que me hacen esta noche, me siento muy complacido y orgulloso de representar a mi raza y de hacer lo mejor en cada tarea que se me asignen.
Muchas gracias por este homenaje».
Sobre el coronel Wisner Paz
El coronel Wisner Paz Palomeque es oriundo del municipio de Lloró (Chocó), de una familia humilde de seis hermanos; realizó sus estudios de secundaria en el Valle, se destacó en voleibol y baloncesto, y en 1994 ingresó becado a la Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla, donde se destacó como gran deportista.
Palomeque, profesional en Ciencias Navales, especialista en Política y Estrategia Marítima y magíster en Seguridad y Defensa Nacional, es el primer oficial afrocolombiano en alcanzar el grado de Coronel de Infantería de Marina.
Durante su carrera ha recibido veinte condecoraciones, entre ellas la Medalla Almirante Padilla en el grado de Caballero.
En el 2014 recibió la distinción de Afrocolombiano del Año, en la categoría Fuerza Pública, que otorgan la Fundación Color de Colombia y El Espectador.
Editó: Juan David Morales, jefe de redacción de Color de Colombia.
Fotos: cortesía de TC Divania Contreras.
*Trazador misional de esta publicación de Fundación Color de Colombia: Línea estratégica 1: Reconocimiento e integración. Iniciativa 1: Inclusión simbólica y diversidad en la historia y la sociedad. Proyecto: Apoyo a inclusión y diversidad en Oficialidad de FF.MM. y Policía.