Preocupado se mostró el gremio de las estaciones de servicio de Cúcuta por la medida del gobierno venezolano de vender combustibles en una gasolinera en la población de Ureña, justo al pasar el puente internacional Francisco de Paula Santander.
El problema para las estaciones de servicio de Cúcuta es el precio al cual se va a vender el combustible para los colombianos, que será de 1.200 pesos el litro, es decir, 4.542 pesos el galón, cuando en la capital de Norte de Santander quedó para este mes en 6.267 pesos el galón.
Con esa diferencia de 1.725 pesos el galón, es inevitable que los cucuteños acudan a esa estación de servicio de Ureña, atravesando el puente internacional pero sin siquiera pasar por el puesto de guardia venezolano, a poner gasolina, lo que según María Eugenia Martínez, representante del gremio de estaciones de servicio del departamento, llevará a un detrimento en los recaudos de sobretasa, impuesto de industria y comercio de los municipios, del departamento, e incluso de la Nación.
“Además puede aumentar el contrabando de gasolina pues no hay normas claras sobre los controles que se van a aplicar como cuántas veces puede una persona ir a tanquear”, puntualiza la dirigente gremial.
Un dueño de una estación de gasolina añade que la decisión del gobierno venezolano va a alimentar el comercio ilegal del combustible además que deja a las gasolineras de la ciudad “en ceros y como hace 10 o 15 años, cuando solo se vendían unos 3.000 galones de gasolina mensuales por cada punto de venta”.
María Martínez también le pide al gobierno colombiano que se pronuncie ante lo que llama el “manoseo” de su contraparte venezolana con la frontera, “la abren y cierran cuando quieren, los negocios que les conviene, otros no. Es un abuso continuo”.
La capital de Norte de Santander siempre se ha visto perjudicada por la gasolina de contrabando venezolana, la cual es la más barata del mundo debido a los subsidios del Gobierno. Actualmente, el galón de 96 y 97 octanos vale 24 bolívares (mismo valor en pesos), mientras que el de 91 octanos sale a 4 bolívares, le comentó una habitante de Caracas a Portafolio.
Antes de ordenarse el cierre unilateral de la frontera en agosto de 2015, por orden del presidente venezolano Nicolás Maduro, Cúcuta consumía 4,2 millones de galones mensuales de combustible colombiano.
Las fuertes medidas de seguridad en la línea fronteriza de lado y lado ocasionaron que en los primeros meses de cierre, la venta de combustible en la capital de Norte de Santander aumentara hasta 13,5 millones de galones, para volver a descender en diciembre pasado a 7,5 millones de galones.
Listas para vender
Las autoridades del Gobierno venezolano informaron ayer que las estaciones de servicios ubicadas en la frontera con Colombia, específicamente en Paraguachón (Zulia, oeste) y Ureña, (Táchira, suroeste), ya se encontraban preparadas para vender desde ayer en moneda internacional.
“Petróleos de Venezuela (PDVSA) está lista para la venta de combustible en moneda extranjera dentro del territorio nacional en Ureña y Paraguachón”, afirmó el director de política del estado Táchira, Luis Díaz.
De acuerdo con lo detallado por Díaz, en Táchira se habilitaron dos estaciones de servicio para el expendio de gasolina de 91 octanos y Diésel respectivamente, pero se encuentran a la espera de que el “Gobierno colombiano autorice el corredor vehicular en Ureña (ciudad fronteriza colombiana)”.
Pero el gobierno colombiano todavía no ha tomado la determinación de permitir el paso de vehículos para tanquear en el vecino país.
En otro mensaje agregó que las estaciones de servicio en Ureña estaban “100 por ciento operativas”. Según Díaz, el litro de gasolina será vendido en 1.200 pesos colombianos (unos 0,39 dólares) “no solamente a los vehículos con placa colombiana y que residen en Colombia”, sino también a aquellos que tengan placa venezolana pero que residan en Colombia.