ANÁLISIS
Para infortunio y desventura de los venezolanos y de la humanidad en general, todo parece indicar que tendremos Maduro, chavismo y miseria por muchos años más. Creo que ya consiguieron que Venezuela se convirtiera en la Cuba suramericana.
El presidente venezolano Nicolás Maduro y el chavismo vuelven a salirse con la suya, cuando ya la comunidad internacional se hacia ilusiones que se avanzaba hacia unas elecciones libres y transparentes en Venezuela (por los Acuerdos de Barbados); con la inhabilitación para las mismas de la opositora y líder en las encuestas María Corina Machado, la realidad demuestra que es tozuda y que un cambio de regimen en esa nación es casi que una quimera, confirmando la creencia de quienes pensamos que el chavismo va a perdurar, infortunadamente, por muchos años en la nación caribeña.
Y es que la realidad ha demostrado que la comunidad internacional poco o nada puede hacer para revertir la situación, las épocas (guerra fría) en las que las potencias con sus áreas de influencia intervenían en los países para derrocar a dictadores o gobiernos no afines a sus ideologías ya pasaron; en América Latina están los ejemplos de Panamá, Granada, El Salvador, Nicaragua, Chile, países en los cuales Estados Unidos invadió o apoyó activamente los cambios de gobiernos.
En un mundo multilateral es cada vez más difícil que una potencia intente imponer su voluntad, a no ser que resulte un desquiciado como el presidente ruso Vladimir Putin tratando de conquistar a Ucrania, en una incivilizada maniobra que ya creíamos superada en pleno siglo XXI.
Así que hay que analizar los mecanismos de los que dispone la comunidad internacional o las varias opciones para sacar al dictador Maduro y al chavismo del poder.
La primera opción pasa por una intervención militar de la Organización de las Naciones Unidas invocando el capítulo VII de su carta, que sostiene que esta puede intervenir en caso de amenazas a la paz o actos de agresión. El problema es que una resolución de este tipo requiere de la aprobación del Consejo de Seguridad de la Organización y sería vetada por Rusia y China, precisamente las dos grandes potencias que apoyan a Maduro tanto económica, política y militarmente con las mismas estrategias antidemocráticas.
Una alternativa es establecer una negociación de alto nivel con estas dos potencias (principalmente China). Esto implicaría un ‘toma y dame’, Estados Unidos puede pedir que dejen de apoyar al chavismo, pero ¿a cambio de qué: de que Estados Unidos permita que Rusia se quedé con Ucrania y China con Taiwan? Esto es casi que imposible. Ucrania para Estados Unidos y occidente representa frenar las ambiciones desquiciadas e imperialistas de Vladimir Putin, mientras que Taiwan constituye un punto estratégico, y de orgullo, en el sudeste asiático. Aunque siempre cabe la posibilidad de que las potencias guarden bajo la manga asuntos más importantes que no son públicos y pueda entrar el caso venezolano.
Para Estados Unidos, Venezuela no es tan importante, ni estratégico: es una dictadura con una crisis económica y humanitaria pocas veces antes vista pero que no afecta la seguridad de su país (excepto por la gran cantidad de migrantes); mientras que para Rusia y China, el país suramericano representa otra punta de lanza en la región con una gran riqueza en recursos naturales (petróleo, oro, gas y minerales raros) para aprovechar a su debido tiempo. Existe una gran deuda económica del país latino para con ellos, pero ese monto es mínimo para sus economías, por lo que ni Estados Unidos ni China van a arriesgar sus billones de dólares en comercio bilateral por el país caribeño. Además lo de la violación de los derechos humanos tampoco les interesa ni a los chinos ni a los rusos, al contrario: lo incentivan y enseñan.
Una intervención militar por parte de Estados Unidos también está descartada, Venezuela es un país muy grande y poblado, lo que implicaría una intervención de largo plazo con grande pérdidas económicas, políticas y militares de ambas partes, además de una reconstrucción sumamente difícil. Una operación quirúrgica para asesinar o secuestrar a Maduro también es muy riesgosa y quedaría el chavismo vivo (puede ser peor el remedio que la enfermedad). ¿Se imaginan que a Maduro lo reemplace Diosdado Cabello?.
Además, hay que recordar que el intercambio de Alex Saab (el financiero y negociador del regimen) por cerca de 30 prisioneros estadounidenses en Venezuela, fue porque algunos de estos fueron capturados supuestamente al intentar una maniobra de este tipo.
El otro mecanismo al que se ha recurrido y que se ha comprobado que no funciona son las sanciones internacionales. Durante el mandato de Donald Trump en Estados Unidos, este país aplicó muchas sanciones contra Venezuela y los secuaces de Maduro, no logrando el objetivo de sacarlos del poder; en cambio, sí sucedió lo que siempre pasa en estas circunstancias: la intensificación de la crisis humanitaria que lleva miseria a la población mientras que los líderes siguen en su francachela derrochando todo lo que se roban (el desfalco del chavismo se calcula en 56.000 millones de dólares).
La otra opción que siempre traen a colación los conocedores de Venezuela es el papel de los militares, afirman que todo cambio de regimen pasa por ellos. Sin embargo, debido a la corrupción que también impera en sus filas y violaciones a los derechos humanos hay muy pocas posibilidades que ellos produzcan un cambio. Al menos que se les ofrezca un tipo de inmunidad. Todo indica que el fracasado alzamiento de Juan Guaidó y Leopoldo López el 30 de abril de 2019 contaba con la participación de altos miembros de las Fuerzas Armadas venezolanas que al final se arrepintieron.
El principal problema radica en que Maduro y el chavismo saben que no se pueden someter a unas elecciones libres y transparentes porque perderían el poder e invariablemente terminarían en una cárcel debido a la hipercorrupción, abusos y el oscuro historial en cuanto a violaciones a los derechos humanos. El poder es su seguro de vida. Este fue el motivo por el cual el dictador venezolano afirmó este domingo refiriéndose a las elecciones que: “Vamos a ganar por las buenas o por las malas”.
Casi que la única forma de que dejen el poder es garantizarles inmunidad en un país que los acoja para que puedan disfrutar los miles de millones de dólares que se han robado, pero para China y Rusia, Maduro y el chavismo no son nada molestos.
Estas dificultades para sacar del poder a los autócratas y dictadores es lo que ha ocasionado que en las últimas dos décadas estos se hayan multiplicado en todo el mundo: a los ya representativos Rusia, China, Corea del Norte, Irán y Cuba, Siria, se les unieron Turquía, Venezuela, Bielorrusia, Nicaragua, Hungría, Singapur, Bangladés y ahora todo indica que El Salvador.
Para colmo de males, estas dictaduras formaron su ‘combo’ y están aliadas para burlar las sanciones internacionales. En esto han ayudado a Venezuela Irán, Turquía, China y Rusia, entre los que se saben por informes de inteligencia. Además de compartir información, tácticas, estrategias y métodos para imponer su terror mediante la cárcel, torturas y muertes, valiéndose de la tecnología y la inteligencia artificial para la censura, desinformación, manejar y manipular el internet y las redes sociales, reconocimiento facial, de voz, etc. Lo que le sirve a uno para atacar a los movimientos democráticos en sus países, es copiado por los otros.
Estados Unidos le pide ayuda a Colombia para que Maduro cumpla con los acuerdos de Barbados, pero no creo que sirva de mucho. Una opción es imitar lo que sucedió en Rusia con Vladimir Putin y Dmitri Medvédev en el 2008, el primero le dejó el puesto al segundo para las elecciones, y el segundo se lo regresó para que Putin, después del periodo, se quedara definitivamente.
En este caso sería que Maduro no se presente a las próximas elecciones sino otra ficha del regimen, pero de todas maneras lo que se ha visto es que el chavismo negocia para ganar tiempo y tener un respiro pero sin la intención de elecciones libres: inhabilitan, intimidan y encarcelan a los opositores o cometen fraude en el conteo electrónico de votos.
Así las cosas y para infortunio y desventura de los venezolanos y de la humanidad en general, todo parece indicar que tendremos Maduro, chavismo y miseria por muchos años más. Creo que ya consiguieron que Venezuela se convirtiera en la Cuba suramericana.