Otro estudio, uno más, denuncia el mal uso de Internet en los sitios de trabajo. Es urgente establecer correctivos para impedir que esa anomalía se extienda por toda la sociedad

Más risa que preocupación debió causar a muchos un informe publicado hace poco sobre la mala utilización de Internet en el trabajo.

Un estudio (típico de conductistas aficionados que tanto encantan a los autócratas de medio pelo), encontró que el agua tibia tambien moja: un alto porcentaje de encuestados (por que a eso se reduce: a poner a la gente a responder un cuestionario mal diseñado y peor redactado para sacar conclusiones ligeras y «recomendar» correctivos) , admitió usar Internet para cuestiones diferentes a las estrictamente laborales:

Las TIC modifican radicalmente (es decir, de raíz) categorías tan complejas como el espacio, el tiempo y el trabajo. El trabajo intelectual desplaza al trabajo manual,  intensifica y cualifica la producción gracias a los instrumentos digitales. Pero estos traen también el veneno de la indisciplina, el ocio, la distracción y quién sabe que más demonios.

El «estudio» sería sólo un desatino rídiculo si no fuese porque muchos capataces cuando conozcan las conclusiones (ojalá fuera de la jornada laboral alguien se los comente, ya que ellos no leen periódicos impresos ni virtuales en la oficina), cuando se enteren de lo que está pasando a sus espaldas, tomarán las medidas pertinentes para impedir que tales anomalías se sigan repitiendo en daño no sólo de los recursos corporativos sino de la imagen, la integridad y el bien común.

Por que si alguien es contratado para desempeñar una actividad determinada durante ocho (8) horas diarias, tiene el deber insoslayable de cumplir ese horario durante los 28800 segundos a cambio de los cuales está recibiendo la compensación salarial acordada. De lo contrario ¿A dónde vamos a parar?

El mal ejemplo cunde. ¿Qué será, para no ir más lejos, de los hijos de semejantes padres? Aunque suene inconcebible, puede darse el caso de que no dedique los 3000 (tres mil) segundos de la clase de sociales a escuchar al profesor, tomar nota, concentrarse en el tema  que, en esta ocasión, está dedicado nada más ni nada menos que a la libertad del pensamiento en nuestra historia. Oiga…pisss…no se distraiga que aún no he terminado!!

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