Ya va para 2 semanas la migración entre el viejo esquema de El Tiempo en web y el «nuevo» Tiempo.com y aún no he podido verificar si (a) los anteriores Blogestión ya fueron trasladados, (b) mi última nota salió publicada y (c) es posible actualizar con la misma facilidad de antes el material nuevo. En fin. manes de la tecnología.
Todo cambio -en especial cuando es gráfico y se relaciona con la memoria visual reciente-, suele producir rechazo en algunos. Un rechazo que se expresa en «no me gusta la nueva imagen».
Pero si cumplen las condiciones de la arquitectura de la información y la usabilidad (establecidas por Jakob Nielsen) las innovaciones redundarán en más consultas y registros, mayor interactividad (o participación, como llaman aquí a la nueva «sección» a cargo del Doctor Beta).
Pero, mientras les echo una revisada debo decir que, en mi caso, he perdido funcionalidad por más de 15 días y eso me parece mucho. Máxime si se tiene en cuenta que hace un par de meses -nada más-, hubo otro cambio y que ENTER y las otras revistas de El Tiempo aparecen muy apocadas en la nueva versión.
Esto último si bien favorece la identidad de marca fuerte, parece reducir la idea de variedad y multiiplicidad de géneros que animó las últimas etapas.
Los favorecidos con el cambio parecen ser el fútbol y el vallenato. Como en las emisoras de buseta: al gusto de las mayorías ruidosas.