No se sabe a ciencia cierta si el 1er blog de la Era Digital nació el 19 de abril o el 6 de diciembre de 1997. La paternidad –igual que la fecha- se disputa entre Dave Winer y Jorn Barger. La denominación Weblog es también materia de debate entre Barger y Peter Merholz.
Lo cierto es que ya hay más de 100 millones de bitácoras en Internet. La mayoría son libretas de apuntes personales que recogen, sin grandes pretensiones, puntos de vista, esbozos, ideas y opiniones acerca de cualquier tema.
Los blogs -y otras formas de expresión personal- transforman la Web de modo irreversible. Internet deja de ser un medio de información convencional basado en el esquema emisor-mensaje/medio-receptor-retroalimentación-etc., para convertirse en un espacio múltiple, libre y dinámico de participación y construcción social.
Un blog, en sentido auténtico, es semejante al cuaderno de notas (no de calificaciones) que todos llenamos desde cuando tuvimos a mano un lápiz y una hoja: esbozos, croquis a mano alzada, frases a medio construir, nada con apego a los renglones o a las márgenes trazadas con escuadra.
Allí caben versos ilegibles –y cojos- de la emoción que despierta el andar fascinante de una gacela, frases ocurrentes motivadas por la demagogia de políticos, locutores y otros farsantes; graffiti plasmados en muros virtuales, bocetos de sueños rotos al borde de la lista del mercado y de tareas pendientes; flechas disparadas al centro de corazones veleidosos, iniciales de amores con los que nunca se cruzarán otras palabras que las de la evocación a distancia… las voces, sin editar, que pronunciamos en el silencio del autobús, de la clase aburrida o del discurso oficial.
Scripting News, el blog de Dave Winer, dicen que salió al aire por 1ª vez a comienzos de abril, hace 10 años.
Es posible que así haya sido. En este universo caótico de argumentos desvencijados (o de no argumentos, por lo menos en el sentido aristotélico del término), todo es posible y, por lo tanto, se vuelve un cosmos de imposibles.
Barger asegura, por su parte, que él fue el fundador, en diciembre, de ese enredijo que todavía mantiene intacta la atmósfera de habitación de adolescente atiborrada de notas, referencias, enlaces, comentarios sobre cultura, tecnología, música y libros.
Más allá de esa disputa paternal, se puede constatar que hay, entre otras clases, blogs:
- Atildados, de notarios y contadores juramentados con sus columnas de deberes y haberes
- Severos, de jueces e inquisidores que blanden la espada de la moral inversa
- Raudos, que pisan los carriles ajenos sin sonrojarse
- Primorosos, de niñas que hacen los deberes mientras ondulan las trenzas
- Rutilantes, de noche de gala con premios al mejor de la temporada
- Tejidos por abuelitas con pausa y sin pesares
- Hirsutos, de embajadores plenipotenciarios y asesinos en serie
- Proféticos, de ángeles vacantes y muchachos en pie de vida
- Bizantinos, como las academias y los decanos en ejercicio de sus funciones
- Hipócritas, como prefectas de disciplina en patios escolásticos
Y, cómo no, brotan a diario y con ahínco blogs empresariales, ministeriales, homosexuales, eclesiásticos, periodísticos, proletarios, resplandecientes, obscuros, santificados, orientales, grupales, masturbatorios, cinematográficos, farsantes, mercaderes, filosóficos, exaltados, fanáticos, diplomáticos, perseguidos, adecentados, virginales, ecuménicos, deportivos, rumberos y clericales entre muchos otros.
Su presencia señala que Internet es, como alguna vez se pensó, un mundo delirante frente al cual, como dijo el difunto Braudillard (cuando alimentó su bitácora con el postrer aliento), sólo cabe asumir una postura delirante.