Después de Skype y sus consecuencias en la expansión definitiva de la telefonía por Internet y de Kazaa en el negocio de la música, se perfila la revolución en el mundo del vídeo y la televisión. No satisfechos con sus 2 creaciones anteriores, Niklas Zennstrom y Janus Friis, lanzan ahora Joost, el servicio de televisión por Internet.
Joost entra marcando diferencias con los esquemas vigentes en la industria del video, incluido Youtube, en lo que se refiere al manejo de la imagen, el suministro de contenidos y la estructura publicitaria.
Programadoras dominantes
La imagen ocupa la pantalla completa conuna buena definición y emite gratis y sin interrupciones, el programa que el usuario escoja entre 150 canales (disponibles sólo en inglés por ahora), aportados por programadores como Sony Pictures, Time Warner, CBS, MTV, Paramount, Dreamworks y Endemol.
Aunque no admite contenidos generados por los usuarios personales, sí ofrece campo a realizaciones independientes, a condición de que tengan derechos registrados, para evitar problemas legales.
El aplicativo baja con tanta facilidad como Kazaa (que por algo registra el record de descargas por Internet: más de 380 millones), permite suscripción a RSS para leer desde la plataforma, mensajería instantánea para comentar con otros lo que se está viendo y se puede extender a pantalla de televisión que cuente con conexión a Internet.
Triple play sin espacio
Joost se apoya en anuncios (tiene suscritos ya 32 contratos con los algunos de los más grandes anunciadores del planeta), que se emitirán al comenzar y finalizar el programa seleccionado por el usuario y está previsto que los ingresos por publicidad se compartirán con los proveedores de contenidos.
Habida cuenta los antecedentes del dúo ZennstromFriis, es previsible que Joost supere se constituya en un elemento imprescindible a la hora de optar por alternativas triple-play, especialmente allí donde la banda ancha tiene preponderancia.
A los usuarios les basta con tener garantía de capacidad suficiente para obtener, en condiciones excepcionales, acceso a sus programas preferidos de televisión gratis y sin los consabidos cortes comerciales, Voz/IP con tarifas mínimas y, desde luego, Internet.
Paradojas del atraso
Por el momento, esta jugada forzará cambios cruciales que comprometen a los gigantes: Google pagó 1220 millones de euros por Youtube. Por Skype, recordemos, e-bay pagó 2.100 millones de euros al dúo ZennstromFriis con quienes Microsoft ya suscribió acuerdos de publicidad para Joost.
Aunque el impacto de estas transformaciones es casi inmediato en países con un alto grado de avance digital, en el corto y mediano plazo se verán los efectos allí donde el retraso tecnológico hace costosos, cuando no inaccesibles, este tipo de servicios.
Es posible que Joost abra las puertas a productoras de televisión en español antes, inclusive, de que los proveedores de banda ancha logren consolidar sus ofertas de triple-play en Hispanoamérica. Pero eso no compensa la enorme influencia de los programas doblados del inglés.
Y pensar que en muchas partes siguen mandando quienes piensan que Internet es una moda pasajera, una distracción de muchachos que pierden el tiempo y un gasto innecesario; como escuché, hace poco, a un directivo universitario en un alarde de ignorancia incalificable.