Sería lamentable que el debate por la Alcaldía Mayor de Bogotá terminara –como tantos otros en el mundo-, decantándose por los temas frívolos que propone la prensa mientras las cuestiones importantes quedan relegadas.
Sería lamentable que otra vez la ciudad dejara pasar de lado la oportunidad de empezar ¡por fin! la construcción del Metro que tanto necesita, por acatar las opiniones de los análisis que repiten como loros los no se puede, las cifras no cuadran, no hay financiación, es impensable según las fórmulas que aprendimos en la U ratificamos en el Post , ahondamos en la Esp y agudizamos en el Phd sin detenernos a pensar que, con los mismos argumentos, sólo Hong Kong cumple los requisitos de rentabilidad para tener ese medio de transporte.
Sería lamentable seguir sometidos a correrse atrás, sólo les voy a quitar un minuto de su precioso tiempo, candela la que manda en sintonía, gaminerías en la cojinería, más lo que marque el taxímetro, emisora al gusto del conductor, carteristas porque paseó Millonarios al Nacional y rateros por lo contrario, estudios de factibilidad demuestran que la ciudadanía debe padecer ad-infinitum o montar en bici, chirriados, a la manera del extinto ex – presidente que por Chía paseaba -también en bicicleta- argumentos mediocres para ultrajar la grandeza que hizo posible ¡hace más de medio siglo!, los puentes de la 26 y el Aeropuerto El Dorado.
Sería lamentable que las tecnologías de construcción se queden en concreto fluido con resistencia de cáscara de huevo burritos al potrero que pasa el Faraón y TransMilenio las quiebra, que ha de pasar que algún presupuesto se ha de quedar perdido entre las lozas rotas peña abajo.
Sería lamentable que a la ciudad siguiera gobernada en diminutivo, en miserabilismo, en poquitelio, en concretico por mandaderos de los poderosos intereses financieros, seguidores de modelos que apenas si entienden y que no se atreven a controvertir y menos aún a superar con creaciones autónomas que se ajusten a las dimensiones de Bogotá.
A Bogotá no le debe seguir faltando apenas un Metro para tener el peso que merece: el Metro es la distancia que separa a la ciudad de llegar al Cielo o de estar más cerca de las estrella (da)s contra las lozas de concreto.
No factibles
– Un comunicado de prensa informa que La Corona decidió no financiar (o ¿No decidió financiar?) el proyecto presentado por Cristóbal Colón para atravesar la Mar Océano. Con los recursos que se ahorren se encargará al Conde Nando la construcción de nuevos hospicios en su ciudad natal. Las obras se levantarán en terreno de su feudo, con ladrillos comprados a su propia fábrica. En agradecimiento, el Conde Nando odsequió (pronunciación de locutor metido a candidato), unas joyas a su Majestad, la Reina.
– Un vocero santanderista rechazó enfáticamente la propuesta bolivariana de enlazar la República a través de modernas vías de transporte, con el argumento de que es que mejor dicho con esa platica mejor y un empréstito para reparar el palacio (cuya construcción iniciaron los propios santanderistas) y para continuar los programas contra la hambruna a la que inicialmente se oponían los santanderistas con el argumento de que es mejor dicho con esa platica mejor y un empréstito para otro sector de palacio de modo que quede la U cerrada en cambio radical.