Al Debate Infinito sobre las relaciones entre literatura y poder, se agrega ahora la polémica sobre el Festival de Poesía de Medellín, en la que participan figuras como Jotamario, Harold Alvarado y Eduardo Escobar.

No te metas

En 1943, de paso por Colombia a su regresó de México, Neruda recibió los ataques del líder conservador local, Laureano Gómez, quien en un artículo lo tildó de payaso y le dedicó un soneto paródico titulado “En el tumor, la aguja”. El chileno replicó con sus Sonetos Punitivos, calificados de magistrales nadie menos que por Hernán Loyola (quizás el más agudo estudioso de la obra nerudiana), que hundieron al Monstruo: “Donde la lira cante su lamento, no te metas Laureano, no te metas”.

La relación entre bardos y mandatarios –que es sólo una parte minúscula del Debate Infinito- incluye en nuestro caso, a varios presidentes poetas (¿o poetas que llegaron a la presidencia?) o, al menos, afectos a las letras. Dicen que Belisario, ha perpetrado versos. Es sabido que Lleras Camargo perteneció a Los Nuevos y Lleras Restrepo leía con frecuencia clásicos, románticos y modernistas y mantenía particular interés en las nuevas hornadas; de lo que di fe en una remembranza publicada, poco después del fallecimiento del mandatario, en 1994.

 


Otros, por el contrario, se muestran reacios, por distintas razones, a la lírica. Turbay Ayala, Barco Virgilio y Gaviria Trujillo, por ejemplo y, obviamente, los Pastrana, Misael y Andrés y Uribe Vélez también.

 


Esto es un dilema

 


Llama la atención, en la disputa actual, la vuelta a la jerga propia de los tiempos del macartismo versus stalinismo: un diario denuncia el “copamiento del comunismo”, otro se lamenta de la “politización de la poesía”, alguien denuncia a los “agitadores políticos que profanan el arte” y no faltan, desde luego, las denuncias, cartas abiertas, firmas de solidaridad y el inefable tema de la financiación: oficial, de empresas o de gobiernos extranjeros.

Necesitados, por definición, quienes se dedican a la poesía tienen que alimentarse: mecenas o musas, préstamos, empleos, invitaciones, traiciones, recitales, donaciones, derechos de autor, perfidias, concursos, libros, deudas, festivales. Tal es el agujero negro de la contradicción entre el poder económico y el de la palabra. Marchitas o vives. Intrigas o cantas. Te pliegas o comes. Glorias o poder. Ese es un dilema de fondo