Dentro de dos años se cumplirán dos siglos del 20 de julio. Cabe, pues, imaginar cómo será la cosa. ¿Caminatas de camisetas blancas pidiendo  libertad? ¿Discursos a favor de una asamblea constituyente? ¿Desfile victorioso? ¿De derrota? ¿Encabezado por quién?

Florero de Llorente

El pasado viernes 20 de julio graves incidentes se presentaron luego de que unos individuos generaron desórdenes en la esquina nororiental de la Plaza Mayor y más exactamente en la casa del prominente comerciante, Don José González Llorente.

Fuentes consultadas por este medio señalaron que el grupo de provocadores, al parecer dirigidos por un tal Morales y su hijo, se presentó allí con la supuesta intención de solicitar en préstamo un florero para adornar la mesa en que se ofrecería una recepción al diputado regio don Antonio Villavicencio, de visita oficial al país.

“Me cago en Villavicencio y en todos los americanos”, respondió, según las mismas fuentes, el ciudadano Llorente. A lo que, se juntó la chusma, que se encontraba en el mercado y preparada con antelación, intentó agredirlo lo que fue impedido, gracias a la protección que le brindó la Casa Marroquín.

Consignas subversivas

El motín, revela, de acuerdo con documentos hallados por las autoridades, vínculos con hechos como los acaecidos recientemente en Quito, Cartagena y Socorro donde los subversivos lanzaron consignas de muerte a los “chapetones” (nombre despectivo que se da a los nacionales de España) y solicitud de un cabildo abierto.

 

Los graves incidentes culminaron, por lo pronto, con la conformación de una autodenominada “Junta de de Gobierno” que, con la pretensión de sustituir el gobierno encabezado por el Virrey Amar y Borbón, hace suponer a los organismos de investigación del Estado la participación de sediciosos criollos liderados por José Acevedo y Gómez (alias el Tribuno), Camilo Torres (alias “el memorialista”) y José María Carbonell (alias “ Chispero”).

A diferencia de una manifestación espontánea, propia de la vida política colonial, estamos frente a una estrategia maquiavélica dirigida desde mismo el Observatorio Astronómico por su propio director, Francisco José de Caldas (Alias “el sabio”). Seguiremos informando. En lo posible.

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