De
seguir las cosas como van, los portátiles acabaran con los computadores de mesa
tal como los reproductores amenazan la subsistencia de los CD que, a su turno, acabaron
con las grabadoras de cinta, así como éstas eliminaron los tocadiscos que
dieron fin a las vitrolas.
Por vías
sinuosas, a saltos y con vacíos, la tecnología evoluciona de forma
impredecible: repentinamente algo rompe la línea establecida y abre nuevas
posibilidades.
Apple,
responsable de tantas rupturas (el primer computador personal, el Ipod, el
Iphone y demás etcéteras), se propone ahora brindar Cocktail: un formato que brinda música, videos, letras de canciones
y entrevistas en forma interactiva por un poco más de lo que cuesta un álbum ó
10 canciones compradas en Itunes: 15 dólares. Podría ser el puntillazo final
contra los CD, heridos de muerte por los reproductores tipo MP3.
No
contentos con eso, los chicos de la manzana mordida diseñan un aparato portátil
del tamaño de un Iphone 3GS e idéntica pantalla táctil que fusiona la descarga
y reproducción de música, video y multimedia, con las prestaciones de MacBook, pero
sin funciones de comunicación telefónica.
Muchos
creen que el artilugio completo (es decir, con los servicios que ya ofrece el
Iphone 3GS) ya está listo, pero que su salida depende de las tendencias que se
den en el acceso móvil a Internet y telefonía.
En
efecto, un Gadget de estas características equivale a ofrecer Ferrari de última
generación al mercado masivo; pero sin contar con autopistas, estaciones de
servicio y suficiente combustible para justificar su uso en grandes volúmenes.
Aquí no escampa
Reproduzco
el anuncio de un usuario que, con razón, promueve una queja contra los abusos
del operador dominante en telefonía móvil:
http://www.serviciosencolombia.com/operador.html
Otro
operador, Tigo, ofrece minutos a Comcel y Movistar por $63,oo. Pero las llamadas a abonados de Comcel se caen con inusual frecuencia, sin que se
advierta que van a buzón y sin que el receptor reciba ningún tipo de
información. Eso sí, el descuento se genera como si la llamada se hubiese
realizado normalmente.
La
ineptitud para resolver estas situaciones hace que los saltos tecnológicos aquí
se conviertan, simplemente, en A-saltos contra los indefensos consumidores.