Creatividad y audacia son
indispensables, pero no suficientes, en la economía de la información. Para
tener éxito es indispensable tener una buena estrategia.
Pero, aunque de la importancia
de la estrategia se habla mucho, en realidad se concreta muy poco: esa es mi
conclusión de la reunión que tuve en días pasados con los directivos de la
empresa que se encargará en el futuro de la administración del dominio .co
a la que me referí en una entrada anterior.
Grandes dosis de osadía e
innovación se necesitan para siquiera pensar en enfrentar el poder de la
Universidad de los Andes o ganar a una firma de las características de Verisign
una licitación convocada por el Ministerio de Comunicaciones.
La alianza con uno de los
principales operadores de dominios en el mundo, NeuStar, y el respaldo de un
grupo familiar respetable fueron determinantes para que un equipo pequeño, pero
tenaz y resuelto, consiguiera algo que, como se planteó en algunas ocasiones, podría
estar a cargo de un organismo como la Universidad Nacional, la Comisión de Regulación
de Comunicaciones o el propio Ministerio.
De quién es .co
Acerca de quién es el
propietario del dominio .Co existen diversas opiniones. Mientras unos
consideran que, por sus similitudes con el espectro electromagnético, es un
bien de la Nación; otros opinan que corresponde a la IANA (Internet Assigned
Numbers Authority) asignar, como en efecto lo hace, el organismo
correspondiente.
El problema del .Co está en su
doble carácter de código país (country code Top Level Domain ó ccTLD) y de dominio global (gTLD): los partidarios de que se
promueva y comercialice el .co como
dominio genérico de uso general (.com, .net, .biz, etc.) estiman
que eso no afecta negativamente el nombre del país. Este se llama y llamará
Colombia. El .co lo condensa en la Web, pero ni lo anula ni lo reemplaza.
En la resolución 600 del 2002 el Ministerio de Comunicaciones
estableció que el dominio .co
es un bien de interés público y un recurso
del sector de las telecomunicaciones. Sin embargo, por obvias razones, infinidad
de compañías estarían interesadas en identificarse en Internet con su sigla
seguida del .co, en vez del .com. Este aspecto agudiza, como es
natural, el debate sobre la gestión de este invaluable recurso.
El punto
crucial
Las capacidades
demostradas por el equipo que obtuvo la administración del dominio deben ahora
enfocarse hacia tareas diferentes a las que exige la participación en una
licitación.
En este sentido es
prioritario contar con una estrategia orientada a ganar rápidamente presencia y
confianza de un mercado que es, al mismo tiempo, local y global (globcal, para decirlo en términos
complejos).
No debe confundirse tal
estrategia con una campaña de relaciones públicas (por más que se asigne esta
cuenta a una firma especializada de clase mundial), ni reducirse a los
mecanismos del marketing convencional, ni trabarse en una competencia con el
dominante .com sino que, sobre el análisis de los fenómenos y tendencias
actuales, debe realizar acciones comunicativas efectivas y concretas.
Ya comenzó el empalme
entre la Universidad de los Andes y la firma que en adelante gestionará el
dominio .co y que ya se constituyó formalmente. Al respecto, es pertinente señalar
que el crecimiento de los ingresos y de las ganancias obtenido por Arcelandia
(socio de NeuStar en esta negocio), registrado entre 2007 y 2008, obedeció a
operaciones financieras irreprochables.