Tan pronto como falló, en agosto del año pasado, la
operación «socio estratégico», el grupo enquistado en la dirección de ETB se
dio a la tarea de buscar una salida a sus frustradas aspiraciones de poner en venta las acciones que el Distrito Capital posee en esa compañía.

El 21 de febrero de 2011 la Alcaldía suscribió un «acuerdo
de confidencialidad
» con la ETB a fin de obtener los documentos (elaborados hace
ya dos años por la banca de inversión) en los que se afirmó que la «única»
opción era la alianza con un inversionista estratégico. Curioso que el accionista mayoritario tenga que plegarse a las condiciones de unos ejecutivos subalternos para poder examinar unos documentos sobre los que basa una decision estrategica.

El alcalde Samuel Moreno -quien en diciembre de 2010 había
manifestado su intención de plegarse al grupo enquistado-, ratificó tres meses después ante
la asamblea de accionistas su propósito de deshacerse de la participación
distrital. Todo rápido y transparente, en apariencia. Pero llama la atención
ese manejo confidencial de lo público, máxime cuando hay tanto en juego.


Ingenuidad, ignorancia
o…

El grupo enquistado en la dirección de ETB -en particular
Fernando Carrizosa Rach-Isla y sus lugartenientes-, manejan esa empresa como
les viene en gana: desprecian a la Junta Directiva que, conforme los estatutos,
es el máximo organismo de dirección después de la asamblea de accionistas e
imponen su capricho al accionista mayoritario esto es, el Distrito Capital.

En el mejor de los casos podría suponerse que tales abusos
son posibles por ingenuidad, ignorancia o irresponsabilidad, de los
representantes de la ciudad en la dirección de la empresa.

Numerosas experiencias de gobierno corporativo enseñan que
nada bueno sale del contubernio (abierto o disfrazado), entre los
representantes de los accionistas y la administración cuya función primordial
es impulsar las estrategias que satisfagan simultáneamente las demandas del
mercado y de los accionistas, con integridad y ética.

Sin duda, los representantes distritales carecen de
conocimientos y preparación en el negocio de las comunicaciones y las
tecnologías, al igual que la mayoría de los miembros de junta directiva y que,
inclusive, muchos ejecutivos de ETB. Motivo necesario, pero no suficiente, para
que ser manoseados. Pero ¿La Secretaría de Hacienda?


Las instancias
correspondientes

Esta instancia distrital -que tan eficiente ha demostrado
ser en muchos casos-, aquí se limita a evaluar las «alternativas» recomendadas
por la banca de inversión para presentar a renglón seguido unas consideraciones
estratégicas que, evidentemente, calcan los argumentos centrales de la misma
banca de inversión contratada dos años antes para decir…que sólo hay que vender
la ETB.

De esa forma la Alcaldía Mayor se apoya en la Secretaría de
Hacienda y esta en los estudios de la banca de inversión orientada, a su turno,
por los intereses del grupo enquistado en ETB para hacer eco a una serie de
apreciaciones ligeras y tesis amañadas que luego los informativos repiten como
la única verdad y los columnistas ratifican como la panacea ¡el último vaso de
agua del desierto¡

Que el sector de las comunicaciones requiere «actores de
talla internacional» para manejar «altos niveles de inversión de capital» y
producir «innovaciones permanentes» con «aprovechamiento de las economías a
escala»… términos rimbombantes que no logran ocultar una realidad incontrastable.

UNE, a la que ni por imaginación se les ocurriría
privatizar, con 4% menos de participación en el segmento de telefonía fija que
el de ETB, tiene 3% más de participación en el mercado de Internet fijo y
posee ¡una cuarta parte! del segmento de TV por suscripción! mismo en el que
ETB no aparece debido a la desastrosa «alianza» con DirecTV de la que no se ha
podido reponer.

 

¿Cómo se explica que una empresa más pequeña pueda innovar,
aprovechar economías a escala, crecer y mantenerse 100% pública en Medellín y
no en Bogotá?

Varios años lleva el Gobierno Nacional analizando su participación
en Telecom-Telefónica. Algo de sensatez, que en la capital buena falta hace,
debe tener el hecho de que Hacienda y Comunicaciones atiendan conjuntamente el
asunto y no lo dejen al arbitrio caprichoso de los directivos de la misma
empresa…