El cambio del esquema de aseo en Bogotá se tiró la
celebración de Millonarios…contratos. Así algunos consorcios recolectores hayan
tenido que aceptar -mientras algunas vías aparecían regadas con desperdicios-
condiciones más favorables para la ciudad.
La ola
reventó por otro lado
En la mañana del 18 de diciembre los informativos se
dedicaron a destacar esa inusual acumulación de basuras, a culpar a la
administración distrital -y a la propia
población-, de lo que estaba ocurriendo, pero sin averiguar qué pensaban o
hacían tanto las empresas cuyos
contratos habían concluido a las doce de la noche.
Era evidente su intención de formar una ola de opinión guiada
por expertos, todos contendientes del alcalde Petro y duchos en sutilezas
político-jurídico-económicas pero ignorantes de lo que pasa con estos temas más
allá, en los barrios, las casas y el mundo.
Pero, contrario a esa intención de noticieros, periódicos
y revistas virtuales, en las calles y las redes sociales las opiniones se
movieron -como nunca antes- en un terreno que hasta hace 15 días no daba para
un chiste. Allí se generó una ola de opinión de apreciables dimensiones y con
efectos que están por verse.
Intercambio
casi perfecto
Reporteros de los conglomerados de medios, locutores de
las grandes cadenas y presentadoras de televisión en escuadrones apresurados
tras una «información» que les diera portada, el espaldarazo complaciente del
jefe y éste conciliando los intereses de los empresarios deseosos de seguir en
lo suyo.
Relaciones mutuamente beneficiosas, se entiende, aquellas
en la que esos medios «informativos» mejoran sus ingresos y los empresarios su
imagen. Intercambio casi perfecto. Como se vio en un informe trasmitido por
Canal ET a las 8:45 pm del 18 de diciembre, sobre el tema del aseo público en
municipios hasta 94 veces más pequeños que Bogotá.
Nuevos
protagonistas
Casi a la misma hora, el alcalde Petro, explicó por
Canal Capital (sin que ningún otro informativo recogiera su intervención)
detalles de cómo se planeó e inició la operación con nuevos protagonistas: los
recolectores o recicladores y la empresa distrital Aseo de Bogotá.
Un pequeño batallón de funcionarios se empezó a dirigir
desde media tarde del lunes 17, a las bodegas los recolectores llegan, tras
extensos y sombríos recorridos por toda la ciudad, a vender el fruto de su
trabajo.
Los funcionarios anotaron el resultado del pesaje y, al
lado, los datos del recolector quien en adelante recibirá, además del pago de
su producto, una retribución por su trabajo de recolección, que antes no se le
reconocía.
Así dio cumplimiento a la orden de la Corte
Constitucional. Una de las cuestiones de fondo que sólo podía darse en ese
momento: no antes, no después.
Cuestión de
tiempo
Como muchas grandes batallas está del aseo en Bogotá
empezó el día exacto y en el momento preciso. El punto era quién tenía que
recoger la basura el 18 de diciembre a las 12:00 y quién podía hacerlo legal y
legítimamente, al siguiente minuto.
Los contratos con las poderosas empresas recolectoras
de basura están repletas de párrafos ventajosos, para ellos. Si el Distrito permite, un minuto antes de la terminación, que los recicladores
ejerzan su derecho en las zonas otorgadas a las empresas, podría recibir una avalancha de demandas por parte de los mismos contratistas.
Los contratos con la administración pública tienen hora
y día exactos de inicio y terminación. Los contratistas tienen la obligación de
concluir el objeto antes de la hora fijada. Hacerlo después es una falta grave del
funcionario que lo permita.
Esa permisividad lesiona el erario, en tanto no puede
haber gratuidad menos aún si se cubre con las tarifas que paga la ciudadanía y puede
implicar la «continuidad del contrato» o, por lo menos, complicadas demandas
que, a la larga, también pagará el presupuesto público a los contratistas
avivatos. Igualito a los Nule y demás.
La
información en el centro
Tranquilo, el alcalde Petro aguantó la andanada de
solicitudes por «más información» acerca de cómo iba su administración a
manejar el cambio entre el viejo esquema (favorable, obviamente, a los
contratistas) y el modelo diseñado y propuesto por su equipo.
La información es, en todo esto, fundamental. La que
los contratistas han acumulado durante su estadía al frente del aseo público
que, para una ciudad de las dimensiones y características de Bogota, tiene un
valor casi inconmensurable.
Escasa, con poca fijación técnica y, por lo tanto, de
más cuidado, la información del Distrito no es para irla soltando así no más a
los contradictores. Aunque insistan ciertos medios tendenciosos, controladores
pusilánimes, opinadores corruptos y políticos de manos sucias.
Hay que ser valiente para aguantar con firmeza esas
poderosas presiones. Más fácil hubiese sido seguir los consejos de «expertos de
última hora» que improvisaban, ellos sí sobre la marcha, argumentos que, habría
que ver sino buscaban algo muy distinto a lo que parecían decir.
El aseo se
discute en casa y en red
Gracias a que el alcalde Petro se mantuvo firme, se
produjo un debate que puso a la gente a pensar, por primera vez en mucho
tiempo, en los residuos que produce. Todas las campañas sobre separación en la
fuente, hábitos de consumo, manejo de deshechos, etc. adquirió, de pronto, el
sentido que nunca antes había logrado.
Cuando una comunidad reflexiona y discute un asunto de
interés común -y establece nuevas prácticas a partir de ese debate-, también las
valida y prolonga en dinámicas que la población acoge por su inteligencia.
En las redes sociales el debate fue más vivaz y libre
que en otros escenarios (exceptuando, tal vez, los familiares), desde que
comenzó como un leve indicio publicado por el alcalde Petro en su cuenta de Twitter
el 9 de noviembre, mientras en Cartagena seguía la elección de la reina de los
colombianos.
«Nuestra batalla debe ser una hermosa fiesta del
reciclaje y el Planeta el 18 de diciembre» preludió el mandatario de los
bogotanos, sin dar muestras de saber que lo que le venía pierna arriba era más
una jornada sangrienta que un festival cósmico.
Meses antes, en las escuelas distritales, se empezó a
aleccionar a los chicos (para que, a su vez, hicieran lo propio con el resto de
la familia), acerca de las ventajas separar por categorías los residuos, cómo
consumir menos al tiempo que se toman más alimentos y de qué manera cuidar el
agua.
La cosa
empezó a crecer
Otra vez la información, pero ahora como vehículo de
expresiones en apariencia espontáneas, pero que realmente corresponden a cómo
van las cosas en las casas y, de ahí para fuera, en el andén, la calle, el
barrio…el mundo.
Y en un mundo plagado de alianzas siniestras entre
autoridades ineptas, políticos corruptos, burócratas débiles, sórdidos
intermediarios, periodistas complacientes con agendas ocultas; es mejor combatir
con inteligencia e integridad, no sólo para sobrevivir sino, más importante,
para vivir con dignidad, limpieza y alegría.