La rápida e insólita sanción impuesta por la Personería
Distrital contra un funcionario del gobierno bogotano – prontamente respaldada por
medios y «afectados», representa un peligroso recorte a la libertad de expresión, quizás el más frágil
de todos los derechos.
Quitar la palabra
De tiempo atrás viene avanzando la idea de que hay que
extender cada vez más ese castigo que significa quitar la palabra a alguien,
por el simple hecho de que interpela o contradice la opinión de otros.
Bien sabe lo que es eso, quien haya sentido la infamia de un
«chito«, «cállese, chino«, «cierre la
jeta, hp» hasta los que han recibido un «porqué no te callas«, «le voy
a dar en la cara…marica« y «pa’las que sea, parce«.
Es muy diferente quedar «fuera
de lugar«, incurrir en una «metida de patas» o eso tan feo que es
«dar papaya«; a cometer actos indecentes,
groseros e infamantes, así en la comisión de estos se utilicen palabras que
puedan merecer tales descalificativos.
En todas partes (incluidas, obviamente las redes sociales)
hay cosas que jamás serán dignas y siempre serán vulgares, como maltratar a
otro de palabra u obra o comportarse en forma inadecuada para ese entorno concreto lo que no
excluye, desde luego, la alta dosis de subjetividad (y de clasismo) que contiene el «buen gusto».
A lo que vinimos con ritmo de porro
Considerar que lo obsceno está en los términos, más que en
los comportamientos (o en la palabras más que en los hechos) puede, al quedarse
en la crítica lingüística al «porro a
porro, pase a pase«; olvidar la amenaza oculta detrás de la arrogante
declaración de tal indigno dignatario.
Hay que evitar las puras (e interminables) especulaciones
sobre las impurezas lingüísticas, que raras veces conducen a algo concreto.
Pero, sobre todo, no caer en el pragmatismo vulgar de «a lo que vinimos, vamos«, aunque lo atenúe la fingida elegancia de «al pan, pan y al vino, vino«.
Estúpido, además de indigno d e incongruente con su cargo o posición (pública, posición pública, no púbica vale, en este caso, aclarar),
resulta la pretensión del procurador de disfrazarse de «víctima» de los
periodistas que entre «porro y porro, pase y pase«, se oponen a sus concepciones,
sin reconocerse amigo de ciertos personajes -entre ellos eminentes directores de medios- que en contextos semejantes
al matrimonio de la hija de Ordoñez se caracterizan por cometer esos y peores consumos.
El silencio ofende
De muchas maneras los detractores del alcalde Petro han
querido quitarle la palabra a su administración para que, por ejemplo, exponga
a la ciudadanía los beneficios económicos, sociales y culturales derivados del nuevo
esquema de aseo.
Otros, o los mismos, recurren a otros medios, o a los
mismos; para reducir la gravedad de la sanción que el mismo procurador impuso (esto
sí en forma cínica y vergonzosa, además ilegal), al secretario de gobierno,
Guillermo Asprilla.
En otros y este caso se empieza por desatender la opinión
ajena para enseguida descalificar las diferencias, discriminar y excluir, todo
bajo el ropaje de finas palabras y exquisitos modales.
El vasto discurso
Lo que se llamó fariseísmo (y su homóloga, la hipocresía) es
síntoma habitual del poder: forma parte de su atractivo siniestro, más allá del
decoro que siempre debería acompañar los actos públicos y no sólo los sociales.
Es así como los rufianes de esquina piden utilizar armas
eléctricas contra los estudiantes. Hasta gracioso suena, fuera de contexto. Se ignora,
en cambio, por orden de quien sabe qué mando, terminaron adquiriéndolas contra
el justo clamor de la comunidad, interpretado por las autoridades locales,
contra el uso abusivo de armas contra la
población civil.
Pero decirlo, en plata blanca. De manera clara, concisa y
directa. Por los medios que sea: rumor de pasillo, charla de cafetería, chisme
de comida…trino. Edicto, pasquín, revista…blog.
Dibujo, caricatura grafitti, instagram
Fluir es la naturaleza de la información: quedarse quieta la
convierte en una masa inservible de datos y le impide volar con el conocimiento
al que ha nutrido. Para fluir, la información adopta formas de habla y
escritura, lenguajes, libros, imágenes.
El propio
De hecho en las actuales tecnologías tiene lugar ese
universo maravilloso, el enorme y vasto discurso del que son parte las charlas
de corrillo, las series de novela negra, los noticieros, los sitios Web y las
redes sociales.
Desde su escondrijo, un burócrata anónimo, sometido en todo
momento al bombardeo contra las propuestas de Petro y en seguimiento de claras
instrucciones emanadas del jefe inmediato quien a su vez las recibe de la
honorable sub-personera y esta, por doble vía, del concejal padrino y el jefe
institucional, tal como las emitió el jefe de ambos luego de una conversación
con su compadre, el rico, el propio, como lo dicen algunos, el patrón, el uno.
Y todo por que a un funcionario se le ocurrió decirle desleal
y oportunista a una funcionaria que para muchos sólo se ha destacado por pasar
de agache, que pena ala pero así es, por contraste con su consorte, otrora
vocinglero.
Poderosos y elegantes
delincuentes
Ah y también por haber cometido la indecencia de preguntar quiénes
se ocultan detrás de ciertos comunicadores y comunicadoras, vehementes a la
hora de criticar medidas que sólo afectan y mudos en lo que se refiere a la
catadura de ciertos operadores del servicio de recolección que no son,
ciertamente, pobres pero honrados recicladores, sino poderosos y elegantes
delincuentes.
De la mayor consideración en este debate, debía ser el hecho
de que las opiniones que motivaron la sanción de la Personería contra el
funcionario distrital se publicaron en Twitter a título personal, con criterio independiente y develando raras movidas detrás de cierto ensañamiento político-empresarial-mafio-mediático contra el alcalde Petro.
Su contenido hace referencias claras de la veedora distrital
y algunos «periodistas» en nada personales y menos aún intimas, no contiene
groserías y es escueto, tanto como lo permitan 140 grafías cuando se usan para
defender con carácter unas decisiones que conciernen a toda la ciudadanía y en
la que están implicados muchos intereses sombríos..
Tantos titulares, en cambio, mendaces y cínicos, tanta
promesa inútil, tanta escasez de músculo…muchas veces hasta aplausos reciben. Y
premios reales.