Días antes del lanzamiento del programa “Basura Cero”, el 25 de noviembre de 2012, se conocieron las declaraciones de un tal William Vélez Sierra acerca de esa meta del Plan de Desarrollo “Bogotá Humana” que el Alcalde Mayor Gustavo Petro impulsó tras haberlo promovido en la campaña que lo llevó a la primera magistratura de la Capital.

Obscuro, sibilino y poderoso

Poco dado a aparecer en los medios de información -pese a sus estrechos vínculos con las élites del periodismo, la política y los negocios-, Vélez Sierra es, en efecto, un tipo obscuro, sibilino, dueño de una inmensa fortuna y de un poder cuyos límites no se conocen.

Supuestamente ingeniero (A veces dice que sólo cursó un par de años en escuela y no se sabe con exactitud cuál universidad lo tituló), empezó como vendedor de repuestos eléctricos en la época en que hasta las licuadoras venían de contrabando; en la emergente capital mundial del mercado de cocaína encabezado por Pablo Escobar Gaviria.

William Vélez junto a Yamit Amat, jerarca del «periodismo»

Amigo íntimo de Álvaro Uribe Vélez con cuya familia comparte entre otras, la pasión por fincas, caballos y negocios, en su propiedad cercana al Ubérrimo. Allí estableció estrechas relaciones con ese clan del que formaban parte Obtulio Gaviria (primo del ya señalado narcotraficante y terrorista Pablo Escobar Gaviria), el fallecido Pedro Juan Moreno y el abogado Jaime Lombana entre otros.

Sombras de padrino mafioso

Favorecido por esas circunstancias William Vélez Sierra saltó a las grandes ligas. Dejó la camioneta azul modelo 55 en que vendía cables y plantas eléctricas de 2a para convertirse en dueño de Ethus, un conglomerado que licita obras en varios países, recolecta basuras y opera rellenos sanitarios por concesión en cerca de 20 ciudades y el alumbrado en 9 más lo mismo que el puerto de Santa Marta, el transporte de combustibles de Pacific Rubiales (también cercana al clan Uribe-Escobar Gaviria) y, por si fuera poco, el aeropuerto Eldorado.

No andan, pues, lejos de acertar quienes calculan que William Vélez Sierra podría ser el segundo, sino el más rico de Colombia. Es poco lo que se sabe de él con exactitud. Sus movimientos claves, como los de los padrinos mafiosos, pertenecen al reino de las sombras.

Un préstamo de U$135 millones de Odinsa a Opain (en realidad un auto-préstamo de William Vélez a William Vélez), le dio el control total de la remodelación y operación de Eldorado pues él estuvo detrás de la formación del consorcio Odinsa que ganó, a través de Opain, la concesión otorgada por Uribe Vélez por encima de firmas expertas en este tipo de obras.

Cómplices de fachada

Captó así al ex – ministro Luis Fernando Jaramillo (hermano del culpable de la quiebra de Interbolsa), como antes había captado al clan de los Valencia Cossio y al de los Nule a quienes respaldó en el litigio de la 26, obras de las que es indiscutible ganador.

Frente a negocios de tal volumen, el manejo del aseo por concesión en un par de zonas de Bogotá parece poco significativa pero le permitió controlar las proximidades del principal puerto de carga del país: Eldorado, que maneja con mano de hierro y discreción propia de padrino mafioso.

Tras la muerte de Luis Fernando Jaramillo puso en la gerencia de Opain a un mediocre ejecutivo que luego retiró con cajas destempladas. Ante la indiferencia de las autoridades persiste el rumor de extrañas operaciones con estaciones en Ciudad de Panamá (cuyo aeropuerto también maneja William Vélez Sierra), Guatemala y México…

Sabotaje sí planeado

A fines de 2012, el Alcalde Mayor de Bogotá Gustavo Petro anunció su decisión inquebrantable de dar cumplimiento a la disposición de la Corte Constitucional de incluir a la población recicladora de oficio en las labores de recolección y transporte de residuos sólidos en la ciudad.

Esa orden del alto tribunal había sido incumplida reiteradamente por las administraciones de Lucho Garzón y Samuel Moreno. Cuando se derrumbó el Relleno Sanitario Doña Juana RSDJ, en 1996, un grupo de expertos del movimiento petrista asesoró a la población afectada por el accidente y elaboró un modelo concordante con la estrategia de “Basura Cero”, exitosa en muchas ciudades del mundo.

Incluida en el Plan de Desarrollo “Bogotá Humana”, la ejecución de “Basura Cero” sólo dependía de adaptar las concesiones vigentes al nuevo modelo. Sin embargo los empresarios de la basura, bajo la coordinación de William Vélez Sierra, decidieron sabotear a como fuera lugar, su implementación.

Para perjudicar el plan del Alcalde Mayor tomaron en cuenta los términos perentorios de la Corte Constitucional: el 18 de diciembre a las 12:00 hrs, sí o sí, debía comenzar la operación bajo las nuevas condiciones. Los concesionarios, que se opusieron siempre a modificar los contratos, se negaron también a entregar los camiones que, por ser pagados con cargo a las facturas de un servicio público, pertenecen a la ciudad.

Reacción inmediata

En los días previos bajó sensiblemente el ingreso de residuos a Doña Juana. Nadie sabía a dónde estaban llevando los desechos. Pocos segundos antes de la medianoche se prohibió el ingreso de camiones de recolección. Así tenía que ser pues, de lo contrario, los concesionarios alegarían la prórroga automática de los contratos, con la consiguiente afectación de los recursos públicos.

Gracias a que el decreto que expidió el Alcalde Mayor para afrontar la emergencia se aplicó de inmediato, no hubo mayores complicaciones que los anuncios catastróficos promovidos intensamente por periodistas vinculados a William Vélez Sierra.

La Alcaldía dispuso que se utilizarán los mismo vehículos de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá –EAAB- en los que transporta los lixiviados, lodos y basuras depositados en las alcantarillas de la ciudad. No hay en el país una empresa con tanta experiencia en esta actividad. Ni siquiera sumadas las de William Vélez Sierra cuya flota tiene más de 12 mil camiones de todo tipo.

Los encuentros que sostuvo el entonces gerente de la EAAB con el jerarca de las basuras y otros negocios a comienzos de diciembre del año pasado, se conocieron. Un portal de información independiente obtuvo una de las escasas entrevistas con William Vélez.

Allí se proclama como experto en basuras. Aconseja y ofrece su ayuda para “evitar la crisis” pero se niega rotundamente a devolver los camiones que pertenecen a la ciudad y que ahora, con el encubrimiento que le otorga el Procurador, mantendrá seguramente como patrimonio propio.