Durante décadas, prestigiosas universidades, centros científicos de las más altas calificaciones, comisiones de las Naciones Unidas y académicos de todo el mundo analizan las causas y repercusiones del que califican como uno de los peores riesgos que enfrenta hoy el mundo: el cambio climático.
Al otro lado, decrece el número de los que piensan que el cambio climático es un invento de ecólogos persuadidos de que el fin del mundo está cerca. Infinidad de investigaciones y evidencias empíricas demuestran que la variabilidad del clima son una realidad que golpea la realidad.
La transformación del clima trae consecuencias irreversibles sobre el entorno material, la Tierra, incluidos los recursos, el agua, el aire, la salud de plantas, animales y seres humanos, las ciudades y campos.
De ahí, la insistencia Ban Ki-Moon, secretario general de la ONU para pedir a los gobierno que pongan en marcha programas concretos de adaptación a la variabilidad del clima que -desde las condiciones concretas- contribuyan al esfuerzo global para reducir los impactos negativos del cambio climático.
Lamentablemente, ese pedido de la ONU (como la mayoría de los que no parten de los poderes globales, las multinacionales, los grandes países, etc.) ha sido desatendido o, en el peor de los casos, adulterado.
Estados -como el colombiano que aplica la teología neo-liberal basada en el “crecimiento de la productividad para elevar la competividad”, no miden las consecuencias de decisiones sobre minería, ordenamiento territorial, articulación regional, explotación de recursos, protección del agua, etc.
Por contraste, el Plan de Desarrollo “Bogotá Humana” se fundamenta en un criterio revolucionario, que ganó amplia aceptación en la ciudadanía: enfrentar el cambio climático mediante la organización de la ciudad alrededor del agua.
Para llevar a buen término ese compromiso, Petro ha enfrentado los duros escollos levantados contra su administración por especuladores inmobiliarios, contratistas y empresarios “afectados” por medidas como la modificación al Plan de Ordenamiento Territorial, los avances en Basura Cero (incluido el otorgamiento de zonas de recolección a Aguas Bogotá), la negativa a vender agua en bloque en la Sabana de Bogotá, la creación del instituto de riesgo y cambio climático, entre otras.
Como si no existiera información
Esas acciones han merecido reconocimientos internacionales pero también son entorpecidas por la burocracia agazapada en la administración distrital.
Cuando los expertos (en consonancia con las mejores prácticas internacionales), recomiendan llevar los trámites por canales electrónico, la propia secretaría de ambiente en Bogotá eleva el consumo de papel (en contravía de las normas que la obligan), al exigir presentar solicitudes, informes y cuentas en varias copias impresas sobre papel no-reciclado.
La valiosa información acumulada por el Distrito Capital en su impulso a la gobernanza del agua requiere de una gestión especializada para sacarla de los escritorios de los mediocres burócratas que la manipulan como si fuese de su propiedad y no un bien público.
En efecto, el único registro de información pública sobre cambio climático en Bogotá corresponde a un estudio de hace 5 años. Por su parte, el Plan Distrital de Adaptación y Mitigación a la Variabilidad y el Cambio Climático –PDAMVCC- y los estudios en que se fundamenta esa herramienta de política NO aparecen en la Web… como si no existieran.
Iniciativa ciudadana
En lo que considera una de sus más grandes iniciativas, la comunidad AVAAZ y 700 organizaciones cívicas, buscan el respaldo de 3 millones de firmas para reclamar acciones que enfrenten los problemas del cambio climático.
Simultáneamente, para el 21 de septiembre de 2014 se programan marchas en más de mil ciudades esparcidas por todo el globo. Una flota de botes navegará el río Hudson, al lado de la sede de la ONU, exigiendo acciones concretas a los gobiernos. El Cristo de Corcovado se iluminará de verde por una semana. Las campañas de Londres repicarán las campanas de las iglesias en toda la ciudad.
En Bogotá la Marcha X el clima sale del Parque Nacional y se congrega en el Parque de los Periodistas donde Petro recibirá una petición global que ojalá no termine como cualquier documento “tédnico”, en manos de los burócratas agazapados a su sombra…