Lo que para muchos profesores de física resulta casi imposible -explicar clara y sencillamente qué es la cuántica-, para todos será una realidad, inexplicable pero existente, gracias a un hecho que no debe pasar desapercibido.

Con financiación de la NASA, investigadores de un laboratorio perteneciente a una prestigiosa institución de 31 Nobel en su nómina, trasmitieron a una distancia de 26 kilómetros “algo” que contenía un mensaje.

Que no hubiese cables de por medio no es, obviamente, novedoso. Pasa en buena parte de las llamadas entre celulares aunque, a decir verdad, en algún momento la señal debe tocar tierra por antena, fibra óptica o cable de cobre. Al fin y al cabo, sólo es una señal eléctrica que en algún punto debe tomar corriente.

“Algo” no es, entonces, una señal como las de los celulares, la televisión, etc. Ni recorre 26 kilómetros a una velocidad muy superior a la que se obtiene, a veces, por Internet. Entonces, ¿Eso qué? Nada nuevo, al parecer, en la red.

A primera vista

La novedad radica, justamente, en que la señal está constituida por cuántos. Con lo que se hace indispensable desempolvar los cuadernos de la secundaria o, lo que es mejor, buscar en la Web misma.

Saltan, a primera vista, las semejanzas con un primer intercambio de información entre dos computadores. Eso, que en la actualidad se celebra como “el descubrimiento de Internet”, en su momento fue un episodio casi trivial efectuado por unos imberbes universitarios de cualquier instituto en la costa oeste gringa, vinculados al programa ARPANET, con la financiación del Departamento de Defensa de los Estados Unidos.

Sin embargo hay, entre muchas, una diferencia sutil y, por lo mismo, esencial: la historia del surgimiento de Internet se escribió después. Todo lo que se quiera saber sobre computación y teleportación cuánticas, tiene acceso público casi confiable –y relativamente gratuito-, en Internet.

La Mecánica Cuántica nos da una probabilidad del 50% de que al cabo de una hora se haya producido la desintegración y el gato esté muerto…http://www.fisicafundamental.net/misterios/gato.html

Si, como se afirma

Es cierto que las características y ventajas de muchos inventos fueron descritas, casi al detalle, en novelas y películas de eso que llaman “ciencia ficción”. Para no ir más lejos, el mismo Laboratorio de Propulsión Jet que acaba de efectuar la primera transportación cuántica, figura como “asesor científico” en los créditos del famoso Viaje a las Estrellas, o Star Treck.

Si, como afirma Heissenberg en su Mecánica Cuántica Matricial, los cuántos deben ser observables y, por lo tanto, medibles; en la trilogía Matrix se observa todo el esplendor de la cuántica. Ahora, se trata de que alguien que no la ha visto se emocione y, además, la comprenda.

Tampoco la humilde mujer que trabaja por días en el otro extremo de la ciudad sabe qué es eso de la Internet –ni falta que le hace-, aunque domina a la perfección el saldo de la tarjeta electrónica con la que paga sus pasajes en el transporte público.

Por telepatía

Antes, con desdén justificado, se señalaba de loco al que imaginaba un aparato de bolsillo al mismo tiempo cámara fotográfica, teléfono portátil, agenda y directorio; que recibiera y enviara mensajes, textos e imágenes y también fuese reloj, alarma, grabadora, emisora, televisor, equipo de sonido y periódico.

Según quienes afirmar dominar los secretos más recónditos de la física cuántica, la corta transmisión realizada por el Laboratorio de Propulsión Jet representa un cambo radical del mundo tal como lo vivimos hoy. Que la gente de a pie no sepa cómo y porqué, es otra cosa.

Como lo dijera un joven cinematografista, el salto a la computación cuántica, implica tanto como lo que va entre unos universitarios que arman una fiesta a través de sus computadores, y un concurso mundial de ópera por telepatía.