En su edición del 21 de diciembre el diario Vanguardia Liberal de Bucaramanga publicó un artículo, entre informativo y promocional, sobre la “organización de los preparativos” del llamado festival del Río Suárez en el municipio de Barbosa, departamento de Santander.
El artículo, como se puede observar, lleva por ilustración una foto en la que una chica, a todas luces menor de edad, desfila en traje de baño sobre una pasarela. El pie de foto destaca como parte importante del festival el concurso “Miss Tanguita”.
Sobre el escándalo que se produjo el 13 de enero en torno a dicho concurso, el mismo diario publicó una nota, ilustrada con la misma foto que acompañó la publicación promocional del 21 de diciembre.
En la nota de enero, entre otras cosas, se cita la solicitud que hiciera a los medios de comunicación la directora del ICBF para que cumplan el Código de Infancia y Adolescencia en cuanto prohíbe “publicar nada que atente contra los derechos de los menores”.
La prensa, hasta el momento de escribir esta entrada, no se dio por aludida en ningún caso. Muchos, incluida la propia Vanguardia, siguieron usando la misma foto igual que infinidad de suscriptores de las redes sociales. Posteriormente, la foto aparecida originalmente el 21 de diciembre, fue cambiada por una modelo que, de espaldas, luce mayor.
Habría que preguntarse si no constituye doble falta usar una imagen indebida (menores desfilando en trajes aún más menores) para promover un evento indebido (la exhibición pública de pequeñas en trajes minúsculos), por parte de un prestigioso medio que se autodefine como severo defensor de las buenas costumbres y patrocinador benévolo de loables iniciativas, como el festival de tangas.
Desde luego, hay que considerar atenuantes: las versiones anteriores del concurso pasaron inadvertidas para todos los periodistas que han cubierto las fiestas de Barbosa desde cuando se incluye la versión infantil del concurso en ropas livianas.
Tampoco se percataron las autoridades locales, departamentales y nacionales; las empresas patrocinadoras, pastores, curas ni monjas, asociaciones pias y educadores, padres de familia, ONG’s, ni fuerzas militares. Todos, en diversos grados de responsabilidad, podrían haber pecado por acción u omisión.
Por eso, es de prever que nada pasará. Es posible que los sancionados sean los padres, ya lo anunció la directora del ICBF al situarlos “en la primera fila de la defensa de la familia y la moral”. Los demás pasarán de agache, para evitar más complicaciones.
Gran desfile en París
Y en el panorama internacional, las noticias muestran el otro lado de lo que se vivió en la capital francesa con el desfile de gobernantes, mandatarios, presidentes, primeros ministros, primeras ministras y demás jerarcas europeos y uno que otro colado como el premier de Israel; para protestar por el infame atentado contra la libertad de prensa que constituye el asesinato de los periodistas del semanario Charlie Hebdo perpetrado por terroristas islámicos, para protestar contra los insultos proferidos por ese medio contra imágenes sagradas mahometanas en París.
Los altos dignatarios encabezaron la marcha para solicitar (se supone que al poder, es decir a ellos mismos), garantías para defender los derechos legados por la revolución francesa y que constituyen el pilar de la democracia, la paz y el avance mundial dentro del orden y el respeto a la propiedad privada, a la moral y las buenas costumbres.
Fuertes medidas de seguridad tomaron las autoridades francesas para garantizar una feliz y tranquila estadía a los asistentes al acto. Como puede observarse en la siguiente fotografía, las medidas de seguridad sólo permitieron el paso de escoltas, guardaespaldas y detectives encargados de la seguridad de los ilustres personajes.
Las fotos “del público” (se calcula en 4 millones las personas que desfilaron por otras calles parisinas) no fue divulgada por la gran prensa en razón de su compromiso con la libertad de información y el derecho del público a saber la verdad, pase lo que pase, incluso hasta la muerte, excepto cuando se pone en riesgo la confianza de la ciudadanía en los líderes que se exponen hasta a caminar por las calles de París, rodeados sólo por quienes los protegen…