Pocos académicos, investigadores, docentes y estudiantes preguntan por el origen y la función de unas reglas imperiosas, las “Normas APA”, obligatorias de cumplir en sus artículos, informes y trabajos escritos.

Creados en 1929 por un grupo de psicólogos, antropólogos y empresarios gringos; con dichos estándares se busca uniformar elementos tales como formatos, puntuación, abreviaturas, tablas y figuras, citas de referencias y otros elementos usados en la producción de artículos en ciencias sociales y humanidades.

Tras esos fines en apariencia inocuos, se refuerza la aspiración positivista de imponer el autodenominado método científico en los diversos campos del saber pero, en particular, en los estudios sobre la sociedad y la historia humanas.

Un único camino para comprender la esencia de los procesos de la realidad. Un dispositivo unificado que califique lo que es cierto o falso, la verdad o el error. Un mecanismo de control ideológico que se presenta, falsa y pretenciosamente, como Método o Metodología.

Las tales normas son acogidas por todo el mundo sin que nadie se atreva a cuestionarlas. Hasta académicos de reconocida tendencia crítica se muestran – “terriblemente ortodoxos e inflexibles”, como dice el doctor Noel Angulo- al momento de usarl o exigir a sus estudiantes que lo hagan, las normas APA.

Agrega el doctor Angulo que: “las citas y referencias son convenciones que utilizamos por las ventajas que ofrecen, pero no existe una sola manera de hacer las cosas y cada comunidad de hablantes tiene la necesidad de hacer ajustes, por ejemplo, el uso del signo «ampersand ‘&’» se emplea para abreviar la palabra inglesa «and«. En nuestro caso no tenemos esa necesidad pues en español «y» es suficiente y clara.”

Para los positivistas, el conocimiento científico-social debe perseguir el “dominio técnico de la realidad”, no su comprensión y menos su transformación. Lo mismo la historia, la antropología o la etnografía, que las matemáticas.

Contra semejante ideario, se levanta la corriente de las ciencias sociales que adopta un método -basado en la relación dialéctica entre teoría y práctica-, que sirva para analizar las contradicciones del capitalismo y generar formas de superarlas con la práctica social transformadora.

Más allá de las disquisiciones académicas sobre las ciencias y los métodos la APA, fiel a sus principios y a cambio de jugosos contratos elaboró para la CIA, la Casa Blanca y el Departamento de Defensa, las guías de interrogatorio aplicadas a personas sospechosas de atentar contra la seguridad nacional de USA.

A mediados de 2015 se conoció que APA justificó y legalizó las torturas con la activa participación de psicólogos integrantes de dicha asociación en los últimos 20 años.

El Comité de Inteligencia del Senado produjo un informe sobre el uso de técnicas como el ahogamiento simulado, la alimentación vía rectal y otros métodos contra individuos sospechosos de ser terroristas.

El informe completo, de 566 páginas en inglés, no se ciñe en su totalidad a las normas APA. Pero contiene muchas verdades.