A diferencias de las actas de nacimiento, las declaraciones de independencia se expiden antes de la llegada de la criatura.
Así ocurrió desde aquel 4 de julio de 1776 cuando los delegados al II Congreso Continental reunido en Pennsylvania, aprobaron la proclama -redactado por Thomas Jefferson a instancias de John Adams-, donde se exponían las razones para separarse de Inglaterra y gobernarse por una constitución y no por unos apellidos.
La aristocracia, abomina en forma natural y acérrima de las prácticas democráticas, busca eliminarlas de raíz, impedir que crezcan, ahogarlas en pergaminos y legajos, anular la voz del pueblo llano.
No alcanza a firmarse una proclama independentista cuando, de inmediato, las monarquías de turno se dedican a impedir que las intenciones democráticas se condensen en hechos.
Reprime, persigue, censura y ejecuta, como traidores, a sus promotores e impulsores aunque, paradójicamente, los Estados Unidos resultan hoy ser el primer enemigo de la democracia en el mundo.
Repúblicas soviéticas
Los bolcheviques hace un siglo, con la conducción de Lenin, derrotaron el poder de los zares e inauguraron una república, la soviética, más amplia y participativa que las de regímenes parlamentarios.
Inició, con esa toma del poder por los comunistas, una guerra en extremo cruel. Lo de menos fue la ejecución de la familia del zar: las masas, ahítas de represión y hambre necesitaban castigar de alguna forma a sus verdugos.
Lo de más, fue el asedio mundial contra la joven república. El fantasma descrito por Marx y Engels había encarnado en un estado poderoso que despertó simpatías entre los desamparados y el rechazo violento de los poderes que le cayeron con todo al naciente poder popular.
El anti-comunismo reinició con más furor después de la 2ª Guerra Mundial. Cuando la URSS disputaba el primer peldaño del poderío global, Estados Unidos planeó y ejecutó miles de crímenes escudado en el macartismo para acabar, o al menos reducir a sus justas proporciones, los anhelos democráticos que ellos mismos decían representar.
Las luchas de liberación anti-colonial y republicanas avanzaron en Asia, África y América, por encima de las pretensiones imperialistas. En muchas partes se instauraron regímenes dictatoriales auspiciados y financiados por USA en contradicción flagrante de sus principios fundacionales.
Falsas repúblicas
En Colombia (tras el período dictatorial del general Gustavo Rojas Pinilla y con el regreso de las tropas enviada a reforzar la guerra anti-comunista contra Corea), la derecha fascista circuló la acusación, falsa, del establecimiento de varias “repúblicas independientes”, en Marquetalia, Riochiquito, el Pato y Guayabero.
Lo que operaba en verdad, en dichas zonas, eran comunidades de campesinos con sus familias, dispuestos a enfrentar la pobreza con trabajo y no dejarse matar por parte de las tropas oficiales y las cuadrillas paramilitares llamadas, en aquella época, de pájaros y chulavitas.
Imbuidos de un fanatismo delirante, sostenidas y protegidas por las jerarquías políticas, religiosas y militares; éstas bandas azotaron extensas regiones del país.. Exhibían una mezcla envenenada de catolicismo medieval, ansias de sangre y obediencia ciega a los patrones.
Álvaro, hijo de Laureano Gómez alias “el monstruo”, se destacó en la propaganda y la acción “intrépida” contra los campesina que resistían al sur del país. En el equipo de la godarria alinearon burdos chafarotes, clérigos conspicuos y aristócratas parroquiales.
Con la bendición, y los dólares, recibidos en la ventanilla gringa, se ejecutó una intensa estrategia cuyos efectos son visibles todavía en el país.
Para la muestra basta escuchar las peroratas de arismendis radiales, cabales congresistas o caballistas narcos: un miedo irracional, encubierto en falsedades y manipulaciones, a perder influencia o mermar su riqueza.
Antes de proceder contra los intentos independentistas de Cataluña, Rajoy fue a Washington a pedir el apoyo de Trump a su plan de reconstituir del régimen franquista que alentó, ayudó y sostuvo a las clases más conservadoras de América para imponer sus consignas de tradición, familia y propiedad privada.