Con seguridad, la mas intrigante de las incógnitas y a la que los investigadores estamos dedicado el mayor esfuerzo, es saber qué pretenden ¿Son únicamente exploradores? ¿Qué papel juegan en la evolución y destino de la humanidad? Y en especial ¿Qué mision desempeña el hombre en este laberinto? Mentiría si dijera que conozco la respuesta, cuando mas me introduzco en la «tela de araña», menos se. Y hago mía la reflexión de Isaac Newton: «No parece, si no que yo haya sido tan solo un muchacho que en la orilla del mar se divertía hallando, de vez en cuando una piedrecilla mas bruñida o una concha mas linda de la corriente, mientras que el gran océano de la verdad continuaba abriéndose inexplorado para mì».
Mi única certeza es la expuesta al desarrollar la hipótesis «darnaudiana» es muy probable que, entre otros cometidos, estas civilizaciones estén preparando al mundo para ese todavía lejano, pero ineludible «apretón de manos» Cósmico. Creo haberlo repetido hasta la saciedad: el planeta Tierra es nuestra casa, pero el futuro de la humanidad son las estrellas, y se también que los científicos ortodoxos sonreirán burlones y autosuficientes ante esta simplificada exposición. Y argumentaran con o sin razón: «Metodología científica, he ahí la clave para despejar el incomodo asunto OVNI» Y servidor se pregunta ¿Cómo aplicar el método científico a un objeto en forma de «huevo» que se burla de los radares y de los aviones de combate?
Hablamos de «metodología científica», si, pero siempre y cuando la experiencia sea controlable. ¿Y que sucede cuando el fenómeno «no se deja medir»¿Zanjamos el problema con el cómodo y conocido, no existe?¿Cuantas realidades son circunstanciales al hombre y sin embargo, nadie ha logrado someterlas al método científico? Y no por ello negamos su existencia. ¿Quien dispone del sistema técnico para demostrar la realidad física del pensamiento? Quizás, algún día, la ciencia se sorprenda y nos sorprenda con la materialización en el laboratorio de las ideas. Pero hasta ese momento ¿quién es el necio que se atreve a ponerlas en duda por el simple hecho de que no sean verificables? Recuerdo una cita de Tolstoi que ilustra y complementa esta reflexión: «Dentro de algunos siglos, la historia de eso que ahora llamamos actividad científica del progreso será un gran motivo de hilaridad y de compasión para las generaciones futuras»…
¿Que regla de calculo es capaz de darnos la medida de la belleza? ¿Qué computadora puede ofrecer el valor exacto de un beso? ¿Qué balanza ha pesado jamás la desesperación? ¿Qué espectroscopio ha analizado algunas ves la negra radiación del odio? ¿En que laboratorio se ha obtenido artificialmente el fenómeno de la bondad?
¿Qué científico se considera capacitado para diseccionar la envidia? ¿Es el amor una verdad que se deje conducir por el método científico? ¿Quién, entre los preclaros hombres de ciencia, ha confinado a Dios en un tubo de ensayo?
He aquí la tragedia de la ciencia mal llamada moderna: el primitivo y genuino espíritu científico-aquel que movía al descubrimiento- ha sido sustituido por el afán de publicar, por el afán de figurar, por el afán de de «hacer currículum» y por el afán del dinero. Stassart, con una brillante visión del futuro, definió con pulcritud la moda que degrada hoy a muchos de los científicos: «El sabio de fecha reciente es un pordiosero disfrazado que nos agobia con sus riquezas».
Será necesario, pues, saber esperar. Aguardar a que la ciencia recupere el pulso y, tras descender de su pedestal, se ocupe no solo del «conocimiento» sino, sobre todo del «desconocimiento» de las cosas.
¡Una ciencia, en suma con conciencia!

N. del A. El ofrecer estas interesantes reflexiones de mi entrañable amigo Juan Jose Benitez, sobre el tema OVNI, tan controvertido como ignorado, no conlleva la intención de convencer a los lectores…solo con todo respeto proponerles: Señores piensen, quizás haya una realidad diferente de la que algunos científicos nos informan.

Muchas gracias
JAS