Cuando en 2008 el famoso cantante Robbie Williams anunció su retiro para dedicarse a la ufología, la gente pensaba que se había vuelto loco. Y, efectivamente, se había vuelto loco. Loco por los ovnis. De la noche a la mañana, el ex vocalista de Take That cambió su estudiada vestimenta de escenario por ropa de excursionista, y puso un buen pellizco de su inmensa fortuna al servicio de la investigación de fenómenos extraños y misteriosos. Abandonó a sus amistades, dio la espalda al mundo de la música y cambió sus alborotadas noches de copas por madrugadas durmiendo al raso en la montaña o agazapado en su tienda de campaña en un camping de Los Ángeles. A su alrededor, ni rastro de quinceañeras enloquecidas por el autor de Angels. En su lugar, sus nuevos amigos observadores de ovnis, a la espera de visitas extraterrestres.
Robbie Williams se integró pronto en el mundillo ufológico. Trabó amistad con los mejores expertos norteamericanos y publicó las crónicas de sus avistamientos en una conocida web dedicada a la investigación de ovnis. Allí mismo, en los foros, intervenía con un nombre ficticio, contando sus pesadillas relacionadas con ovnis, sometiendo su extraño tormento a la opinión de otros aficionados a los fenómenos paranormales. Por su parte, los ufólogos le acogieron como si fuera uno más, sin tener en cuenta que se trata de uno de los cantantes más famosos del mundo, aunque para sus fans más entusiastas Robbie Williams sea, paradójicamente, «un tipo de otro planeta».
El artista dedicó tres intensos años a esta tarea, hasta que decidió regresar a la música, tras muchas presiones de los ejecutivos de la industria discográfica, que no veían cómo podían sacar partido a su repertorio mientras su estrella se perdía en el universo buscando marcianitos. Luego supimos también que Robbie Williams se aferró al mundo de los ovnis para intentar superar el miedo a lo misterioso que le persigue desde pequeño, por influencia de la afición de su madre a lo esotérico. Pero esa es otra historia.
Lo único que diferencia al caso de Robbie Williams del de otros muchos aficionados a esta misteriosa materia es su relevancia pública. Pero lo cierto es que, en este momento, miles de personas siguen la actualidad de la ufología con absorbente pasión, en todos los lugares del mundo. Internet está ejerciendo de trampolín de esta seudo ciencia, que se encontraba en horas bajas a finales de los noventa, y que ha vuelto a resucitar en la era digital, en su faceta más sensacionalista, y rodeada de los tambores de misterios sin resolver y conspiraciones político-militares.
La nave de ‘Star Wars’
No es de extrañar esta segunda Edad de Oro de la ufología. Hoy la tecnología permite a los observadores rigurosos realizar una tarea más precisa, al tiempo que facilita a los embaucadores llevar a cabo sus engaños con mayor efectividad. Si es posible eliminar, con un programa de retoque fotográfico, cada uno de los michelines de una conocida actriz, o alargar las piernas de un político bajito sin que se note, más sencillo resulta aún para los sensacionalistas -y las decenas de publicaciones que viven de lo paranormal- ubicar un diminuto platillo volante en una instantánea envejecida.
Por otro lado, la filosofía, la astronomía y la psiquiatría coinciden en considerar como algo típicamente humano el interés por lo extraterrestre, incluso aunque muchas veces sea un interés más pasional que científico. Al fin y al cabo, aunque a diario obviamos que vivimos flotando en una galaxia en la inmensidad del misterio infinito del cosmos, no hay nada más humano que preguntarse por los secretos del universo, y por la posible vida extraterrestre.
7 de enero de 2012. Lombardía. Italia. Anochece al norte del monte Bisbino. Un videoa ficionado capta las imágenes. Sobre el cielo levemente oscurecido, dos artefactos brillan trazando una trayectoria irregular, que incluye paradas, intermitencias y avances a gran velocidad. El zoom de la cámara se aproxima a uno de ellos y se distinguen cuatro grandes focos. Finalmente, pasados unos segundos, se apagan y el objeto desaparece. El aficionado graba la escena y la sube a Youtube sometiendo las imágenes al debate público y generando gran controversia.
El mismo día, a la misma hora, a muchos kilómetros de Italia, una familia se encuentra pescando en el embalse de Cabra Corral, en la provincia argentina de Salta, en el noroeste del país. Padre e hijo comparten una inolvidable jornada de pesca, que inmortalizan con numerosas fotografías. Según su propio relato, al llegar a casa, revisando las fotos, llega la sorpresa. En una de ellas se observa un extraño objeto en el cielo. Tras ampliarla por ordenador, no hay duda, se trata de un ovni.
Entre los profanos, existe una cierta confusión en torno a la palabra «ovni». Conviene destacar que tal denominación no implica la aparición de la nave de E.T. cargada de extraterrestres verdes dispuestos a invadir la Tierra y a comerse a los terrícolas. La definición exacta de ovni responde solo a sus siglas: «objeto volador no identificado». Un avión, un pájaro o una nube pueden constituir ovnis durante años, hasta que algún experto desvele el enigma, como suele ocurrir tarde o temprano, pasando a ser objetos identificados.
Entre los últimos días de 2011 y los primeros de 2012 se cuentan por decenas los avistamientos de ovnis que recoge la prensa de todo el mundo. Argentina, Italia, Perú y Estados Unidos, entre otros, han acogido estos extraños fenómenos. Luces que se mueven a gran velocidad, platillos volantes o gigantes y sofisticadas naves similares a las de Star Wars, como la avistada en la localidad peruana de Huancayo en un claro entre las nubes. De ser cierta la espectacular imagen de Huancayo, no cabe duda de que nos estarían invadiendo los marcianos. El problema es que el ovni peruano se parece demasiado a las naves que han imaginado todos los grandes directores de ciencia ficción de la historia del cine.
Vídeos del Soho
Aunque internet ha ampliado el impacto popular de la ufología, también ha alentado una corriente de ufólogos aficionados menos fantasiosos y más rigurosos a la hora de examinar los materiales. Eso permite cada pocas semanas encontrar una nueva explicación científica -y nada esotérica- a alguno de los miles de misterios que pueblan ahora mismo redes sociales y Youtube.
En las últimas semanas, científicos de la NASA han salido al paso de algunos de los misterios ufologicos más populares de los últimos tiempos. Entre febrero y octubre del pasado año, varios aficionados difundieron vídeos captados por el satélite solar Soho -de la NASA y la AEE-, en los que se distinguen varios ovnis en movimiento, alguno de los cuales llega incluso a atravesar el Sol. El extravagante ufólogo suizo Nassim Haramein recibió con entusiasmo estos vídeos y los incorporó a su particular teoría, que mezcla las tesis apocalípticas de 2012 -el famoso planeta Nibiru, que supuestamente impactará esta año contra la Tierra, surgido de la literatura del ufólogo y escritor de ciencia ficción Zecharia Sitchin- con hipótesis acerca de cómo los platillos volantes circundan el Sol para cargar su energía.
La única prueba de Haramein para sustentar su teoría de los ovnis que acuden al Sol a energizarse son los famosos vídeos del Soho. Lástima que la NASA haya decidido derribar el mito, colgando en la web el archivo histórico generado por los últimos 16 años de observaciones, acompañando cada supuesto ovni con su correspondiente explicación astronómica. A saber, nombre del cometa, fecha de descubrimiento, trayectoria esperada, e incluso composición química. Por tanto, nada de extraterrestres.
En la misma línea de derribo de mitos, el científico Gregory Byme, del Johnson Space Center, puso punto y final a cuarenta años del misterio en torno al ovni del Apollo 16, descrito en 1972 como «una nave con forma de plato, con un domo en su parte superior». El vídeo de este ovni, de cuatro segundos de duración, era además todo un emblema para la ufología, por tratarse de una de las más nítidas imágenes de supuestas naves voladoras de origen extraterrestre.
Hace algunos meses Byme decidió someter las imágenes del Apollo 16 a nuevos procesos de análisis digital, descubriendo un brazo alargado que sale del extremo izquierdo del platillo y resolviendo así el misterio: no hay ninguna nave espacial. Aquel ovni captado por la cámara del astronauta John Young, que asoma en segundo plano aproximándose a la superficie lunar, no es más que el foco de iluminación del módulo Casper, que orbitó entonces hasta 64 veces la Luna para cartografiarla. Byme acabó así con uno de los más cacareados misterios ufológicos del siglo.
Por el momento, pese al entusiasmo de Robbie Williams y otros miles de aficionados al misterio ufológico, la demostración de la existencia de extraterrestres que vienen a visitarnos tendrá que seguir esperando.
A tener en cuenta
– La RAE admite el término «ufología», pero lo define con cierta maldad: «Simulacro de investigación científica basado en la creencia de que ciertos objetos voladores no identificados son naves espaciales de procedencia extraterrestre».
– Los nuevos aviones no tripulados Northrop Grumman X-47B de la Armada de Estados Unidos imitan la forma típica de un ovni: ligeramente ovalados y de aspecto triangular vistos desde arriba o desde abajo. Su salida a la luz pública refuerza las tesis de que buena parte de los ovnis detectados cada año son en realidad aviones militares.
– La Iglesia Católica ha recordado recientemente que la creencia o no en la existencia de vida extraterrestre no compromete en absoluto la fe cristiana. Aunque nunca ha entrado a valorar algo que la ciencia no ha logrado demostrar, solo matiza que, de existir esas criaturas, también habrían sido creadas por Dios y estarían enteramente sometidas a Él.

N del Cio: Este informe es mucho mas de los mismo en cuanto a descalificar a los OVNIs. Creo que ya llega al borde de la estupidez, es conmovedor comprobar el esfuerzo que realizan algunos científicos (me costó mucho contener mi intención de poner comillas en este caso al concepto investigador) seguro que les duele y preocupa que personas como el señor Robbie Williams, al igual que lo hiciera hace unos días Juanes aporten su pensamiento positivo; porque cuando lo dice un ignoto integrante de esta sociedad, pasa desapercibido, además de descalificado por los periodistas, pero si la declaración nace de personajes con un gran protagonismo mediático,la cosa es preocupante.
A estos dos valientes podemos sumar al Dr. Edgard Mitchell, astronauta al igual que Buzz Aldrin que junto a otros colegas han hecho declaraciones, al Dr. Stephen Winkins que incluso nos alerto de lo peligroso que pueden ser los ETs. Y podría seguir nombrado personalidades como Monseñor Corrado Balducci  que concurría a los congresos de OVNIs a declarar «Estos extraterrestres, son los Ángeles de la Biblia». Pero la nòmina excedería este espacio.
No quiero ignorar la parte del informe que sugiere que los ovnis se fabrican con  foto shop, que hasta los años 70 y creo que aun más adelante, esa técnica no existía, ¿con què fabricaban en esos años a los ovnis? Para quienes hace años trabajamos con el tema sabemos que cuando la NASA niega algo que tenga que ver con los ovnis, lo confirma.
•    Señores científicos despierten, esta realidad en cualquier momento les explotarà en las manos, ¿Qué le dirán entonces a la población?
•    JAS-CIO