Este blog, amigos lectores, en un tiempo tan confuso, se UNE A LA VOZ DE YA NO MAS ARMAS.
No se puede entender que con tanta tecnología, y la apertura al conocimiento aún nuestros dirigentes, insiten a seguir en la división de los pueblos, la división de nuestro ser.
Es seguramente el tiempo de confusión como estaba escrito desde todos los lugares del conocimiento, de la historia, escrito desde los tiempos.
Tambien es el tiempo de ABRIR EL LIBRO DEL CONOCIMIENTO, con la mente abierta, entendiendo que NO ESTAMOS SOLOS, y dejar la ignorancia. Todos desde donde estemos, hoy tenemos la oprotunidad de compartir datos, conocimiento, lejos de los paradigmas absurdos a los que alguien, nos ha sometido.
Las religiones, las instituciones educativas, y los organismos que son bandera en esta sociedad, ya caídas en su contexto por que ya no resuelven las necesidades que nos fabricaron, nos ofrece en nuestro corazón, la VERDAD. NO MAS ARMAS, es aceptar que somos uno en este PUNTO AZUL DE ESTE SISTEMA SOLAR, y convencernos que desde nuestro lugarcito, esta todo lo que se necesita.
Compartimos esta Carta de Joan Manuel Serrat que como tantos, hoy levantamos la mirada hacia esta parte de nuestro planeta, GUERRA ABSURDA Y NEFASTA, que seguramente nos esta invitando a comprender que somos mas que guerras. Que somos seres humanos que habitan este planeta listos para actuar por nosotros mismos y que la ignorancia es lo que nos ha llevado a estas instancias.
LUMALOES
Carta de Joan Manuel Serrat a los palestinos de Gaza
El poeta y cantautor catalán expresó públicamente su opinión en torno al conflicto de Gaza en una carta que está circulando por internet y que ponemos a disposición de los usuarios de Voz Ciudadana Chile, tal como nos la envió uno de nuestros lectores.
Gaza está ardiendo. La frontera con Israel está bajo fuego. Niños en ambos lados de la frontera están aterrorizados, traumatizados, heridos en cuerpo y alma . ¡Valiosas vidas se pierden a cada instante! ¡Corre la sangre! ¡Abundan el dolor y las lágrimas!
Lamentablemente éso nos es familiar, demasiado. Estoy sentado en mitad de la noche en mi hogar catalán junto al mar. Ese mar que es nuestro, el Mediterráneo, nuestra cultura, el de nuestro pueblo andariego, el de los sin hogar, los nostálgicos, los constructores, los sobrevivientes.
Nuestros sueños son como las olas, y dialogan con la luna y las estrellas sobre la eternidad. Desde ese fatídico día de 1995 cuando asesinaron a Rabin , dediqué gran parte de mi vida pública a cantar y a hablar por la paz entre judíos y palestinos.
Vi el proceso de paz levantarse y caer como los senos de una mujer respirando durante la noche. Vi muchas oportunidades desperdiciadas. Lamentablemente mucha obstinación, ignorancia y estrechez de miradas se cruzaron por el camino. Un absurdo orgullo pisoteó numerosas esperanzas. Canté y hablé. A veces discutí y abracé a extraños. Muchas veces me conmoví hasta las lágrimas e hice los amigos más inesperados. Amigos por quienes cruzaría fronteras bajo fuego para darles protección.
Y hoy yo digo esto: tenemos un enemigo común, un enemigo terrible, y tenemos que unirnos para vencerlo. Ese enemigo es el fanatismo, amigos míos. Ese enemigo es el extremismo en todas sus grotescas manifestaciones. Ese enemigo está encarnado por todos aquellos que colocan a Dios por encima de la vida, que pretenden que Dios es su espada y su escudo y que combaten por él. Todos ellos son víctimas de un horrible fanatismo.
Yo a menudo hablé contra el fanatismo en mi país, porque lo considero detestable. Muchas veces arriesgué mi carrera y mi bienestar en esa lucha. Ahora veo el horrible rostro del fanatismo, veo sangre en sus manos y conozco uno de sus muchos nombres: Hamas. Ustedes conocen a este terrible monstruo. Saben que viola a vuestras mujeres y envilece a las inocentes mentes infantiles. Ustedes saben que educa para el odio y la muerte. Ustedes saben que es chauvinista y violento, codicioso y egoísta, y que se nutre de vuestra sangre mientras evoca el nombre de Alá en vano, se oculta como un ladrón y utiliza a inocentes como escudos humanos, utiliza mezquitas como arsenales, miente y estafa, y los usa a ustedes como rehenes. ¡Yo sé que eso es verdad y que ustedes lo saben! Pero no pueden hablar por miedo. Pero yo sí puedo hablar.
Tengo el privilegio de vivir en una democracia donde las mujeres no son objetos, sino ministros, donde un cantante puede decir lo que se le antoja. Yo sé que ustedes no tienen ese privilegio (pero estoy seguro de que algún día lo alcanzarán, inshalla). Yo sé que ustedes están hartos de ser mantenidos como rehenes por ese demonio, esa terrible bestia, que está en Gaza , pero también está en Irak, en Afganistán y en todas partes. ¡Pero ustedes son un pueblo destinado a florecer en paz! ¡Su majestuosa historia ofrece abundantes testimonios de creatividad en la literatura, la ciencia, la música!
A veces los veo en las calles, haciendo manifestaciones de apoyo a los monstruos, gritando muerte a los judíos, muerte a Israel . Pero yo no les creo.
¡Sé dónde está vuestro corazón! Está donde está el mío, con mis hijos, con la tierra, con el cielo, con la música, con la esperanza. Yo sé que en el fondo de vuestros corazones ustedes desean la derrota de la bestia llamada Hamas que los ha aterrorizado y asesinado, que ha convertido a Gaza en un estercolero de pobreza, enfermedad y miseria, y los ha sacrificado en su sangrienta locura de orgullo y codicia. Mis hermanos, lloro por ustedes y también por nosotros. Lloro por mis compatriotas que sufren por las bombas de ETA arrojadas en todas partes. Lloro por los soldados secuestrados y muertos, por las familias enlutadas, por la inocencia perdida para siempre. Pero lloro especialmente por ustedesporque conozco vuestro sufrimiento.
Sólo espero que Israel pueda hacer la tarea que debe ser hecha y finalmente logre librarlos de este cáncer de fanatismo llamado Hamas. Y espero que un resto de compasión aún exista en sus corazones para que dejen de usarlos a ustedes y sus hijos como escudos humanos.
Y quizás tengan una oportunidad de caminar despacio el uno hacia el otro y daros tímidamente las manos, miraos en los ojos llenos de lágrimas y deciros con voz ahogada: “Shalom, salam. Ya basta. Ya basta, hermano mío”.
¿Quieres un café? Quédate un poco, hablemos, conocemos las palabras y las canciones y sabemos cuál es el camino. Shalom. Salam. Con un corazón quebrado que aún añora el amor.
Vuestro amigo, J.M.Serrat.