Caminamos por Tabio y Tenjo, localidades del departamento de Cundinamarca en Colombia, y con nuestro logo del CIO en el chaleco provocamos en algunos lugareños cierta distracción.
Y pasa cuando el OVNI se ve. Y sin poder contener la necesidad de contar, la gente cuenta. Luces que se ven. Historias que se escuchan desde antes. Y así, uno va enlazando o construyendo una historia que nos vincula con el estado natural de la región y las experiencias vividas de quienes estudian el tema de la realidad extraterrestre, junto a quienes aún hoy, experimentan avistamientos o capturan en fotos, videos, a esos objetos voladores no identificados.
Las autoridades de esta región, saben la importancia del tema OVNI, cuando los turistas ven en esta Peña llamada Juaica, un lugar para disfrutar sobretodo en las horas de la noche en la expectativa de encontrarse con estas «naves».
Lo fantástico de esta iniciativa de algunos ufólogos de ir a ver OVNIs en el dibujo que imprime en nuestros ojos la montaña, casi de película, es más que la experiencia OVNI. Cuando vamos desandando lo vivido en esta región en la historia, con historias fascinantes de personas que desaparecen, en sus laderas, luces que aparecen de noche y de día, y las leyendas que están presentes en cada rincón de algún lugareño contado a veces por los abuelos; cuentan lo vivido por los naturales a la llegada de los colonos, cuando se perdían en los socabones de la montaña, para defenderse de los ataques de una manera estratégica a manera de murallas, y así prevalecer como cultura como «tribu».
Los ciudadanos del campo, fieles a lo que ven, en el desconocimiento de una realidad acompañando a los habitantes desde hace miles de años, le llaman luz mala, a esas luces que se ven en diferentes horas del día o de la noche, casi que en el afán de darle una explicación, desde lo que se viene desdibujando a una historia mal contada y que va cambiando, enajenando una tradición oral, propia de los pueblos originarios. Y sumamos el comprender que no queremos ir a la fuente única de esas culturas que tenían sus propios lenguajes que hoy interpretamos a nuestro propio saber, lejos de las verdaderas vivencias, propias de un momento histórico tocado por intereses de unos pocos.
Hoy sede de Congresos Internacionales, la peña Juaica va tomando lugar en quienes atraídos por estos temas, es un lugar fascinante para caminarla y descubrir aquello que la historia no nos ha contado.

Les dejo estas impresiones logradas de lugareños que creyendo o no en los Objetos Voladores No Identificados, no dejan de afirmar que hay algo más allá de nuestro planeta y los mitos y leyendas están en algún punto conectados a esta realidad Extraterrestre.
Con el respeto que merecen los lugares, atendiendo la necesidad de cuidado que el turista le debe a la naturaleza, poco a poco las localidades cercanas a estos cerros, se ven visitados por este poblador que visita la zona, en búsqueda de saber y encontrar respuestas a lo trascendental de la existencia del ser humano.