Estamos en momentos de cambios evidentes. En las últimas semanas quedó registrado que el planeta está sufriendo las consecuencias del cambio climático a pasos más veloces de lo estimado. También sabemos que los movimientos telúricos son cada vez más intensos y frecuentes. El rol de los medios masivos de comunicación, y su “verdad hegemónica”, nos acerca más a una película apocalíptica que a interiorizarnos en el tema para, así, poder colaborar en el cuidado de esta enorme casa: el planeta Tierra.

La voz de la naturaleza que, algunos/as estamos escuchando, fue anunciada desde hace mucho tiempo. Por medio de profetas o “libros sagrados”, las problemáticas de la actualidad parecerían víctimas de una desinformación de nosotros/as, actores decisivos de nuestro territorio.

Foto: Claudio CarranzaFoto: Claudio Carranza

Nuestro accionar está también limitado. Los tiempos del planeta y, por lo tanto, de nuestras vidas, quedaron sujetos a los tiempos que el sistema -o la matrix- nos diseñó. Ese tiempo lo medimos en rutinas y aspiraciones de status que nos dejan poco espacio para la reflexión: ¿qué estamos aprendiendo en nuestro camino por la vida? ¿qué nos falta aprender?

En el día a día de nuestra tarea en el Centro de Informes Ovnis, la pregunta de quienes nos visitan es una: ¿qué hay de los OVNIS? Atraídos por la temática, se acercan con interés y se preguntan si esos objetos voladores se ven todavía.

Con el avance de la tecnología, el registro de acontecimientos inexplicables está al alcance de todos/as nosotros/as. Desde las filmaciones de aficionados, hasta en viajeros que encontraron en sus fotos de la vacaciones un misterio. Estos objetos voladores, bolas de luz, y otros tantos efectos inexplicables pueden dejar su huella hasta en el recuerdos fotográficos de una cena entre amigos/as. Su origen todavía no se puede explicar. Y quienes sí lo pueden, no encuentran el espacio para difundirlo.

Pero quedarse en lo fantástico de lo inexplicable nos aleja de algo: entendernos a nosotros/as.

Desde el trabajado de investigadores/as, aficionados/as o curiosos/as, la temática OVNI nos lleva a la dimensión de lo que queremos conocer y revelar. Si bien la tarea de adelantarnos y conocer más sobre la vida en nuestro Universo, es importante a la hora de evolucionar nuestro pensamiento, la noción de que todo lo que no conocemos es Extraterrestre puede ser simplista.

Una realidad extraterrestre dibujada desde el paradigma corre el riesgo de dejarnos fuera de nuestras propias responsabilidades, y nos sigue dejando bajo el ala de un sistema que se quiere ocupar de nosotros para dominarnos.

Muchas veces, las personas que se acercan al CIO en busca de evidencia o explicaciones, hablan del miedo a una invasión. De ser esclavos de otra civilización. ¿Y si lo estamos siendo, pero de la nuestra?

Los medios tradicionales han vapuleado esta temática- como a otras tantas- que hoy la vinculan más con la industria cinematográfica; o con notas sin información, sometidos a la lógica del “click”- acción que le da de comer a los medios digitales, hoy predominantes.

De igual modo, los discursos planteados por reconocidos investigadores/as y oradores/as del tema, no nos deberían dejar las preguntas de lado. Nuestro compromiso debería ser aprender o poner en práctica algo tan sencillo como el espíritu crítico. Revisar, dudar, preguntar.

Repasando los numerosos casos y las miles de experiencias registradas con el mal llamado Fenómeno Ovni, nos encontramos con historiadores, gente común, militares, pilotos, astronautas. Diversas personas que experimentaron su verdad y que nosotros/as tenemos el compromiso de escucharla, de abrir la mente, y de entender que hay mucho que todavía no conocimos. Que la realidad extraterrestre, asumiéndola, nos tiene que abrir la cabeza aún mucho más.

Lo más maravilloso de la temática OVNI y la realidad extraterrestre- para quienes la trabajamos e investigamos- es que nos da un consejo muy valioso: lo que sabemos, es insuficiente. Y este cambio de paradigma nos podría llevar a una sociedad más crítica, curiosa y abierta. Algo muy distinto a la opinión pública que generan los medios hegemónicos, que nos dan la comidilla necesaria para seguir siendo actores de un juego del que no fuimos ni advertidos/as.

La forma de ingresar en la temática OVNI, como en otras tantas temáticas fascinantes, es por el camino de nuestra propia existencia. Un componente más dentro de nuestro paso la vida; que enriquecer nuestra existencia desde un punto de vista alternativo a las normativas del sistema.

El todo en el uno es simple. Y entender las experiencias es refugiarlas en nuestro ser.

Y siempre avanzar.