Nuestra tarea de promover el estudio científico de la temática OVNI, nos permite ingresar en una gama de información realmente maravillosa y fascinante; navegar en los datos fieles a las fuentes y acercarnos de una manera diáfana al verdadero conocimiento, conduciendo nuestra mente a un mundo más humanista.
Y es allí donde nos complace compartir con ustedes algunos informes que han quedado en el tiempo; aunque parecieran no tener nada que ver con la presencia extraterrestre, está más que relacionado.
Quizás por un condicionamiento cultural, no encontramos estos datos tan importantes para nuestra humanidad; no obstante, tranquilamente la prevención de su accionar equivaldría a construir una sociedad más equilibrada y sostenida.
SI SE PUEDEN PREDECIR TERREMOTOS, así lo dejo expreso el señor Guido Buffo, Humanista en todo el contenido de su obra, que nos dejó plasmada en sus memorias; aunque alguien se empeñe en negarlo por razones más que absurdas, en las cuales no nos interesa profundizar.
Queremos compartir estas letras propuestas en el libro Guido Buffo y el Templo de la Transformación, basado en las Memorias de este hombre italiano que en la década de 1900 llega a Argentina, queriendo continuar con los estudios de Foucault, quien aseguraba que en Argentina existía un lugar donde predecir terremotos. Y el lugar se encontró, gracias a sus estudios realizados como proyecto de vida, que ponen de manifiesto una tarea cumplida con alto compromiso.
Páginas que disfrutamos cuando volvemos a leerlas. Y es que no es suficiente con lo que Internet hoy nos aporta, con autores que a veces se quedan en la opinión y en la interpretación. Aquí tenemos más que supuestos y lo compartimos con todo gusto, para que cada cual saque sus propias conclusiones.
Sus autores , Gustavo Díaz y Karina Rodríguez se basan en las memorias del Humanista Italo Argentino Guido Buffo.
Si queremos opinar, es urgente informarse.
Por más que nos ocupemos de entregar información desde las fuentes, hay una tozuda intención desde la sociedad de escuchar lo que es obvio y enajenarse del compromiso por actuar en responsabilidad como individuo.
Investigaciones con el Péndulo
Comprobaciones hechas durante el último eclipse lunar mediante el Péndulo de Foucault (martes 10 de febrero de 1953)
El reciente maremoto que azotó las costas de Holanda, Bélgica, Inglaterra y Francia, causando centenares de víctimas humanas y perjuicios, por valor de miles de millones de libras fue preanunciado por el kinesímetro azimutal de Villa Leonor aproximadamente 28 horas antes, y precisamente cuando el plano de oscilación del péndulo de Foucault se movía en la zona comprendida entre los grados 50 a 230 y 85 a 265 de dicho instrumental.
En dirección perpendicular a esta zona se encuentran las regiones afectadas por los tremendos huracanes y el maremoto del 31 de enero próximo pasado. Particularidad concordante perfectamente con lo expuesto en Una nueva hipótesis acerca de la rotación terrestre, publicada en 1951
Durante la noche del 31 de enero al 1 de febrero en el suroeste de los Países Bajos, la inundación del mar del norte fue la combinación de una marea viva y una severa tormenta. Una borrasca formada al sur de Islandia fue aumentando de tamaño y fuerza hasta adquirir características de huracán, dicha tormenta y la pleamar provocan la ruptura de numerosos diques. Los vientos alcanzaron niveles de fuerza 9, 10 y 11 impidiendo que el mar se retire produciendo un aumento del nivel hasta de 4, 55 metros sobre el nivel del mar. Las consecuencias fueron enormes, 1835 personas perdieron la vida, al igual que 200.000 cabezas de ganado y 200.000 hectáreas se inundaron; 72.000 personas debieron ser evacuadas para siempr.
El momento de la perturbación durante el cual el instrumental de Villa Leonor señaló el índice de velocidad más elevado de la rotación de la Tierra del día 29., fue a las 21 horas.
Ahora bien, coincide dicha hora con el momento culminante del eclipse total de luna del referido día. Aprovechando la circunstancia de que la luna, la tierra y el sol se encontrarían en una misma línea en el mismo instante en que nuestro satélite iba a cruzar la órbita de la Tierra (circunstancia que debía tener lugar aproximadamente a las 21 horas), me había propuesto, como es natural, realizar varias comprobaciones con mi instrumental. Así es, que, entre otras cosas, me interesaba corroborar lo que en su Heart, moon and planets expresa el conocido astrónomo del observatorio de Harvard, M Fred L. Whipple, donde dice que “los cálculos basados en los relatos de eclipses de la antigüedad, prueban que la longitud del día está aumentando a razón de una milésima de segundo por cada siglo. Cantidad en cierto modo, insignificante”, pero suficiente para ratificar la teoría según la cual “la luna actúa como freno en la rotación terrestre”.
Aparentemente resultaría entonces que cuanto sucedió durante el eclipse del 29 de enero, contradice dicha afirmación, desde que las velocidades angulares de la rotación terrestre señaladas por el péndulo de Foucault esa noche, fueron las siguientes de 17 a 19 horas, la velocidad angular ha sido la razón de 7 grados por hora, (o sea algo debajo de la velocidad normal a la latitud de Villa Leonor). Se 19 a 21 horas, ha sido a razón de 12 grados cinco décimas por hora (o sea cuatro grados y cinco décimas más ligero de la velocidad normal). Y de 21 a 23 horas, a razón de seis grados y seis décimas por hora (o sea un grado y una décima menos de la velocidad normal); para luego, a las 24 horas, volver a la velocidad angular normal de 7° y 5 décimas por hora.
Como se ve, estos resultados parecen ser discordantes con la teoría citada por Whipple. Pero a la vez, parecerían negar también, cuanto sostengo en mi propia teoría, porque aparentemente la luna, dada su excelente posición de las 21 horas de la noche del 29 de enero, parecería haber estado ejerciendo una visible influencia sobre la tierra…aun cuando en sentido opuesto al puntualizado en la teoría citada por Whipple.
(Nota del Autor libro: Guido Buffo y el Templo de la Transformación)
Fred Whipple , 1906-2004, astrónomo estadounidense, considerado especialista en cometas propuso el modelo llamado bola de nieve sucia que explica por qué los cometas solo forman sus colas características al aproximarse al sol como consecuencia de que el viento solar produce la vaporización de sus componentes volátiles. Publica el referido libro en la década del cuarenta.
Como se comprenderá, se plantean aquí nuevos y apasionantes problemas.
¿Esa aseveración repentina y breve de 4° y 6 décimas superiores a la velocidad normal, ha sido producto de la influencia lunar, o sea extraterrestre, o ha sido efecto de algún estado de turbulencia en el núcleo central de nuestro planeta, o en el Sial o en el Sima?
El cruce de la luna al atravesar la órbita terrestre, como se sabe, se produce poco a poco, y no por saltos.
Su paso a través del cono de sombra, dura aproximadamente cuatro horas. De suerte, que, si se admitiera que ha habido influencia lunar (ya sea de aceleración como de frenada en la rotación de nuestro planeta), habría debido producirse paulatinamente y no de golpe, como sucedió según lo señalado por el péndulo de Foucault controlado en su comportamiento en mi KAP:
Por otra parte, las características de los referidos cambios de velocidad, no señalan una conducta pendular de excepción, sino que es lo que usualmente suelen producirse y cuyo particular carácter he señalado ya en mi hipótesis arriba citada.
Pero hay algo más.
Desde el 14 de enero días subsiguientes 15, 17, 22, 23,25 y 26; el instrumental de Villa Leonor, con extraña insistencia estuvo señalando perturbaciones de mayor o menor intensidad, prácticamente en la misma dirección de la zona en que el 31 de enero se produjo el maremoto del mar del norte.
Lo cual parece indicar, que desde el 14 de dicho mes, la tierra estaba incubando la gran perturbación que se manifestó luego en toda su violencia, el 31.
Concluyendo: estimo de suma importancia dejar señalados estos hechos, atento a que estamos echando cimientos en una nueva teoría; y que por lo tanto es conveniente dejar para el futuro una documentación lo más exacta posible, que aquí, hoy, gracias a la gentil hospitalidad que me brinda Los principios de Córdoba, dejo concretada en estos cuatro puntos:
1°.- Que la luna durante el eclipse total del día 29 de enero de 1953 parece no haber ejercido una influencia directa de rotación terrestre, ni en lo referente al maremoto del mar del norte, del día 31, ni en los cuatro temblores producidos en San Juan el 1 de febrero, cuyos prolegómenos –diré de paso-fueron señalados en Villa Leonor con 26 horas de anticipación, o sea el 30 de enero a las 15 horas.
2°.- Que el maremoto y la serie de tremendos huracanes del mar del norte del día 29 de enero y siguientes, parece haber sido el epílogo de una serie de perturbaciones telúricas continuadas que la tierra ha estado incubando en esa zona a contar desde el día 14 haciendo crisis en 29 de enero.
3°.- Que de ejercer la luna cierta influencia sobre la rotación terrestre, el péndulo de Foucault debidamente controlado por el KAP, habría señalado durante el eclipse del 29 de enero, que dicha influencia –de existir- ha sido para acelerar dicha rotación y no para retardarla.
4°.- Y de paso, que con los guarismos arriba transcriptos, resultó confirmada una vez más la efectividad de la “Acción equilibradora inmanente” de mi teoría como lo demuestra la sucesión cronológica de los indicies de velocidades: 5,5°, 7°, 12,5°, 6,6°, 7,5° registrados de dos en dos horas, el 29 de enero de 1953 a contar desde las 17 horas.
(Nota del Autor libro: Guido Buffo y el Templo de la Transformación)
El periódico Los Principios de Córdoba nació un 22 de abril de 1894 y cerró sus puertas en junio de 1982. El primer director fue monseñor Juan Martin Yañiz y Paz, la primera sede se ubicaba en la calle 9 de julio al 241 y más tarde se trasladó a Rodríguez Peña 460. Una de las colecciones mas completas se halla en la biblioteca del Seminario Mayor de Córdoba