Con voces muy reconocidas desde la verdadera investigación, como también desde algunos lugares institucionales hemos logrado comprender que uno de los secretos más grandes de la historia ha sido La Realidad Extraterrestre. Por supuesto que si aseguramos esta afirmación, alcanza únicamente desde una década un tanto neurálgica para nuestra humanidad. Una franja histórica entre las década de los 40 y los 50 leídas desde lo más exacto de los acontecimientos, establece un antes y un después en los ámbitos geopolíticos de nuestra sociedad planetaria.

Pocas veces desde nuestras instituciones se hace énfasis en proponer al ser humano sea pensante desde su propio saber y muy pocas veces el ser humano pretende salir de esa esclavitud mental que naturaliza el estado de confort para no pensar.

No es fácil alcanzar datos exactos cuando de verdades se trata; de mentiras verdad, verdad mentira, provoca en el individuo naturalizar bajo interpretaciones, hechos que tienen una narrativa secuencial ante los datos oficiales, y lo da como verdades parciales o en su caso acepta las oficiales.

Autores en todos los lugares de la sociedad, entre ellos filósofos en su mayoría, nos alcanzan este nivel de comprensión desde los tiempos, hablando de milenios inclusive. Lo que hace suponer una sordera total por querer escuchar estas voces que logran expresarlo y mantenerlo vivo en el tiempo. Hoy los llamamos humanistas.

Recuerdo cuando ingresaba en estos temas de la realidad extraterrestre en los inicios de la década de los noventa, como queriendo saber de cuánta injusticia y tanta mentira, los contenidos a los que accedí tenían este tono puramente humano, de quienes investigan estos temas. También encontré los que se estacionan al frente no como observadores si más bien, con el firme propósito de generar opinión. Aquellos que desde la letra con muy buena investigación logran establecer el NO, con tonterías, estupideces (les llamamos detractores), ante personas que como investigadores, de campo y de lecturas profundas, que se hacen en el día a día no plantean un SÍ, mas bien, comparten contenidos desde la experiencia sin querer convencer. En oportunidades los detractores avalados por la cleptocracia Internacional y por sobre todo por los medios de comunicación que desde este modo sistémico logra pasar desapercibidos marcando la confusión ante todo. Hacen Rey al tuerto: En el mundo de los ciegos, el tuerto es rey.

Este significativo hecho alcanza al tema del OVNI.  Escuchamos cualquier idea y la aceptamos como una verdad. Y lo mas grave la hacemos natural.

Los casos ovni que trascendieron a los medios de comunicación, a las incipientes corporaciones de la época logrando alcanzar en esta sociedad enferma, que aparecieran los detractores profesionales como también los seres humanos consumados en su ego transformándose en los seudo contactados, seudo investigadores, seudo científicos y seudo espirituales.

¿Cómo creer en todo lo que se dice? ¿ Cómo saber si es verdad o mentira?. Tarea que urge de un ser humano más crítico y poco tolerante a la mentira. La verdad merece su lugar y no es justamente en la interpretación. Disculpen si somos recurrentes. Así como en su momento  sigue siendo  parte de nuestra consigna de la tarea a exponer: desmitificando al OVNI como fenómeno, hoy el ovni es urgente sacarlo de la etiqueta, del enlatado. Solo así iniciamos un camino sin retorno hacia las estrellas.

 

Algunos casos a los que me refiero aquí:

http://blogs.eltiempo.com/alternativa-extraterrestre/2017/09/21/el-relato-de-kenneth-arnold/