La cuarentena ha permitido una mirada diferente al tema de los OVNIs, simplemente porque la gente tomó una rutina diferente y comenzó a ver lo que no veía y a sentir lo que no sentía.

Repasando nuestra historia, se ha denunciado el ocultamiento, las formas del poder, las estrategias tan atrevidas que se han utilizado para pasar por encima de nuestro semejante. Desde el origen como sociedad hemos elaborado mecanismos de supervivencia para estar bien. No importa de que manera: comiéndonos, atrapándonos, matándonos, violándonos, y tantos otros verbos que nos han llevado ser «un poquito» profesionales en estas materias.

Estamos viviendo en este llamado covid-19, una pandemia más sofisticada por las formas y los trasfondos de la misma, de la que se habla en todas las vertientes sin un orden simple para que la gente del común conozca verdaderamente del tema, en consecuencia, evitar tanta confusión.

Cuando nos remitimos a la actualidad de nuestros días volvemos reiteradamente a lo mismo. Aparecen los que saben y están los que no saben. Es decir los sometidos por los que someten. La ecuación es sencilla. Si tu sabes es suficiente para realizar una vida más organizada.
Nada difícil, si es que realmente habitas en un mundo de comunidad, de lo contrario con tu saber sometes, simplemente remitiéndose a dar la fórmula de lo que hay que hacer.

Me remito a tiempos de pandemia siglo XXI insólita, cuando puede leerse desde una tecnología, una ciencia avanzada, tal como en la época de los grandes cambios que nos llevaron a la industrialización. De la misma manera, transitamos un momento clave de cambio.

En este lugar de ideas, a partir de aspectos que hacen a nuestra actualidad, nos podemos referir de la  misma manera, cuando nos remitimos al tema de la realidad extraterrestre. Abandonar el Fenómeno O.V.N.I. nos ofrece un abanico de lecturas que hacen a nuestra realidad como seres humanos, para entender lo que significa conversar acerca de los seres de otros mundos, de otros planetas.

Recuerdo que estando en Colombia, de niña, veía a Argentina y otros países europeos como lugares imposibles de llegar físicamente dadas las realidades que teníamos en su momento. Sabía de ellos por libros, autores y una Feria Internacional en la que podíamos caminar en grandes pabellones los adelantos tecnológicos, formas de economías en un mundo maravilloso europeo, asiático y de otros lugares magníficos de este maravilloso planeta.

Hoy haciendo una lectura sana de la vida en otros planetas, alcanzamos el desconocimiento absoluto. A la vez, en medio de la gran documentación que de ciencia y la tecnología, me acerca los viajes en el tiempo, viajes a diferentes lugares de nuestro sistema solar, como proyectos ya en camino, como son los viajes a las estrellas en tiempo real, tal cual como Hollywood en la década de los 70 ya nos lo dibujaba.

Actualmente podemos viajar a diferentes lugares de nuestro planeta con nuestros propios medios desde las formas mas atrevidas como desde los desafíos que nos provoca nuestro propio proyecto de vida. Lo que de niña me parecía inalcanzable, hoy se ofrece para cualquier ciudadano si así las circunstancias se lo permiten.

Seguramente abandonar las noticias vacías que se nos manifiestan desde que apareció la prensa y la publicidad, a favor de unos pocos, nos permita entender que en los lugares más escondidos de nuestro ser, como de nuestro planeta, como del universo, están las respuestas a lo que significa vivir en nuestro maravilloso planeta.

Claro. Para ello hemos de abandonar cualquier idea que esté en la base de maestros espirituales, seudocontactados, o en su defecto de cualquier líder que nos dibuja la panacea de nuestro presente o de nuestro futuro. Hasta ahora ninguno ha dado con la tecla.

El tema OVNI merece más respeto desde nuestra propia lectura. Inicialmente cuando nos referimos a los llamados investigadores, espiritualistas, contactados, profetas. Huir de un guía o alguien que pretende tener contacto con «ELLOS» es salud mental.