…Y la ficción no podía evitar el tema OVNI desde los rincones del ocultismo.

Décadas estudiando el tema OVNI en todo su contenido alcanza definitivamente los lugares de los secretos por seguridad nacional. Los protocolos propios de una sociedad organizada estrictamente por cada uno de los actores que permiten y son cómplices de cómo se van sucediendo los acontecimientos. En el secreto se van desarrollando estrategias, complots, proyectos científicos y un sin número de actividades capaces de ir desarrollando un mundo en la mentira y la irrealidad bien dibujada para quien acepta las reglas del juego cumpliendo el eje central de vida: el sometido y el que es sometido.

Desde aquellos cafés tertulios de las décadas de los 50 a los 70, convocados por personas que debatían el tema en los lugares más secretos debatiendo temas como de los OVNIs, al mismo tiempo en esos espacios gubernamentales en el marco de lo ultra secreto, se dibujaban proyectos realmente nefastos. Un mundo paralelo para comprender, hemos tenido que viajar en al futuro, nuestro propio presente para que en el estudio de todas estas realidades lo podamos comprender.

En Madrid, España, existe el subterráneo de un café, que cuentan se reunían personas con documentación a debatir del tema OVNI, lejos de especulaciones, o supuestos.

Nada fácil por supuesto para quienes apenas y comienzan. Es como pedir que la generación milenium comprenda la verdadera historia de la humanidad cuando lo digital está expuesto como la única verdad.

Repasando la historia ‘Proyecto Libro azul’ no solo ha sido un proyecto real. Ha sido uno de los inicios del secretismo, y proyecto con el fin de generar confusión para los tiempos venideros. Desde aquel inicio de la década de los 50, apariciones de OVNIs (Objetos Voladores No Identificados) muy bien identificados, provocaba a la seguridad nacional de los países ocupados de gobernar con la ambición de sumar cada vez más su supremacía, ya proyectaban la idea, que quienes hablaran del OVNIs, estuviera en el marco psicológico de los locos, entre otras tantas ideas.

Estas letras acompañan un momento de la realidad que por aquellos años se provocaba desde el tema de tecnologías que asombraban. Uno de los primeros proyectos secretos estudiando el tema OVNI, ha sido el Proyecto Signo del que hemos ocupado letras en nuestro blog, desde el ámbito militar norteamericano, de quienes más se expone, cuando hay muchos otros países en las mismas circunstancias. Alrededor y en su efecto a la realidad que acompañaba el fenómeno por aquellas décadas, el ‘Proyecto Libro Azul’ se desarrolla con el contenido de innumerables casos que se sucedían desde los lugares de lo militar, la marina abrazando todo el entorno del Pentágono.

Como cada uno de los proyectos que aún desconocemos y se han desarrollado en buen número de casos y hechos que afectan al tema OVNI, el ‘Proyecto Azul’ tenía su propia vida útil.

Estas letras acompañan un momento de la realidad que por aquellos años se provocaba desde el tema de tecnologías que asombraban. Uno de los primeros proyectos secretos estudiando el tema OVNI, ha sido el Proyecto Signo del que hemos ocupado letras en nuestro blog, desde el ámbito militar norteamericano, de quienes más se expone, cuando hay muchos otros países en las mismas circunstancias. Alrededor y en su efecto a la realidad que acompañaba el fenómeno por aquellas décadas, el ‘Proyecto Libro Azul’ se desarrolla con el contenido de innumerables casos que se sucedían desde los lugares de lo militar, la marina abrazando todo el entorno del Pentágono.

Como cada uno de los proyectos que aún desconocemos y han desarrollado un buen número de casos y hechos que afectan al tema OVNI, el ‘Proyecto Azul’ tenía su propia vida útil.

La ciencia ficción cumple en sumar a la desinformación de los hechos en los contextos más exactos de lo que significan estos proyectos. No es como se interpreta. Es como ha sido y es.

Comparto con ustedes un aparte del libro Interceptadlos sin disparar del Renato Vesco. Barcelona 1.968

«El cerco en torno a los misteriosos OVNI va estrechándose. Cada día alguna nueva preciosa información nos permite establecer la forma, la monstruosa velocidad, la siniestra y silenciosa luz. Y cada día se desvanece alguna hipótesis. Ahora se sabe con certeza que no se trata de ingenios americanos. ¿Entonces? Entonces no pueden ser otra cosa que naves espaciales procedentes de otro planeta»

Con este sensacional preámbulo, que servía muy bien para excitar al gran público, la revista ‘Life’ presentó a sus lectores una documentadísima panorámica sobre el problema de los OVNI, que, al declinar la primavera de 1952, multiplicaban sus apariciones sobre el territorio de la Unión Americana.A principios de junio, la A.T.I.C. tuvo que resignarse a afrontar, si bien de mala gana, el Flying Saucer Big Flap, el gran flap de 1952.

Flap, en la jerga de los empleados del Pentágono, «…es la condición, situación o estado espiritual de un grupo de personas, caracterizado por un alto grado de confusión que, sin embargo, no ha alcanzado todavía las proporciones de un pánico» (E. Huppelt)

En efecto, un torrente de señalizaciones se abalanzó sobre los expertos de la A.T.I.C. El 31 de diciembre ascendían a 2.018, sin contar las experiencias visuales informadas únicamente por la Prensa local y las numerosísimas apariciones de OVNIs en territorios extranjeros. El pueblo yanqui (o mejor, la humanidad entera) estaba quizá dando señales indudables de un desequilibrio mental progresivo, o bien las flotillas de astronaves circulares habían intensificado verdaderamente sus misiones exploratorias.

Incluso el Alto Mando de la USAF tuvo que considerar seriamente el problema por la simple razón de que los informes detallados (Good OVNI reports) habían provenido y continuaban proviniendo incluso de la lejana Corea, donde las operaciones militares habían adoptado un giro mas que crítico. Más de un piloto americano se había cruzado con velocísimas esferas argentadas o con naves aéreas llameantes de extrañísima forma redondeada y los aparatos de radar instalados en territorio japonés, en Okinawa y en la Corea meridional, habían captado muchas veces el acelerado paso de objetos voladores desconocidos. ¿Lluvia de estrellas? ¿Ingenios autopropulsores lanzados desde los límites nórdicos por los soviéticos o los llameantes OVNI, relegados por la gente seria al reino de la fantasía?

En junio, no fue verificada ninguna caída meteórica intensa. Los desprendimientos de Acuario II (28 de julio) no coincidían con el grueso de las experiencias visuales señaladas y las estrellas caídas, como se sabe, son rigurosamente puntuales. Entonces ¿eran ingenios fabricados detrás de los Urales? Sin embargo, la Aviación Militar albergaba un fuerte escepticismo a este respecto. ¿Cómo podía Rusia, que estaba dando los primeros pasos en el capo del progreso aeronáutico moderno, haber desarrollado ya objetos de tal género?

No obstante, dichos <objetos> seguían surcando los cielos <occidentales> del globo, sometiendo a dura prueba la paciencia de aquellos que deberían haber demolido el fastidioso mito, fastidioso, sobre todo para la U.S.A.F., porque amenazaba su alegada supremacía aérea, especialmente en un momento en el cual los cazas soviéticos Mig-15 habían demostrado en el frente coreano una clase superior a la de sus directos antagonistas americanos.

El contenido de los informes era, a menudo, desconcertante y, tal vez, incluso, irritante. Era rara la vez que varios testigos daban la misma descripción de los OVNIs.

<Tienen la forma de bala…Parecían estrellas que cayeran…Eran triángulos y rombos volantes…Fluctuaban en el aire como medidas…Carecían de forma>

¿Es posible, se preguntaban consternados en la A.T.I.C., que un ingenio mecánico, metálico, no tenga una forma propia, bien definida y definitiva? ¿Cómo podría transformarse rápidamente de medusa en cometa, después en una esfera, luego en un rombo y al fin desaparecer velozmente presentando contornos indefinibles?

En noviembre de 1952, el capitán Ruppelt pidió permiso a la comandancia de la A.T.I.C. para conceder a la Prensa libre acceso a las películas filmadas. El general Graland pasó la petición al Pentágono para obtener el consentimiento de la superioridad. “¡Ni películas ni declaraciones a la Prensa, se le respondió, aun cuando la conclusión más probable para el “U Film” los científicos enviados meses antes a la base aérea de Kelly por el Departamento de Defensa habían sugerido la de las sea-gulls, las gaviotas lacustres de Utah.

“…La hipótesis de las gaviotas—precisaba el comunicado—es demasiado débil y, por otra parte, se tiene la intención de seguir, a partir de ahora, un nuevo sistema de información pública.” En efecto comenzaron a aparecer los comunicados periódicos ministeriales que dispusieron prontamente de todos los hechos…

…La oficina <Libro Azul>(que Ruppelt había dirigido con pasión y perseverancia, si bien más de una vez diese la clara impresión de estar trabajando bajo el invisible manto de impedimentos y directrices impuestos desde afuera) debió haber sido, según las intenciones más probables de sus promotores superiores, ni más ni menos que una agencia creada deliberadamente para circunvalar las peticiones de información por parte de la prensa y el público yanqui convenciéndoles, gradualmente, de la inexistencia de los OVNI.

El 8 de mayo de 1952, Thomas K. Finletter, secretario del Aire, al término de la lectura de un largo y detallado informe sobre las tareas desarrolladas por la Oficina, se limitó al siguiente comentario genérico:
-«..Ha llevado usted a cabo un buen trabajo, capitán. Todo esto es muy interesante. Le doy las gracias».
Mas información:
http://blogs.eltiempo.com/alternativa-extraterrestre/2018/05/21/los-proyectos-secretos-llevo-al-termino-ovni/