¡Qué año¡
2020 un año para recordar.
Es costumbre desde hace tiempos despreciar la realidad del cómo vivimos, despreciar cuál es la verdad, despreciar la sinceridad. Hemos logrado la gran confusión. Un sistema que se ha ido perfeccionando en la mentira, como en la conjunción de estrategias logrando así el desboque de lo que cada uno quiere, en la frustración de algunos que no pueden.
Este año es un buen ejemplo para comprenderlo. ¿O no?
No nos dejemos confundir.
En cada momento de nuestros días la mentira está en el accionar de cualquier ser humano. Vivimos las ideas expresas desde cualquier lugar de la sociedad, desde los medios de comunicación, cualquiera que hable del tema que sea, todas las versiones. Si usted no se ha educado en dudar, la manada es la versión más inmediata. En ese modo no es importante que usted piense.
El tema OVNI no quedó fuera de esta situación. Leído desde el sistema, la lectura de estos temas son considerados como un fenómeno; como hablamos del futbol, la política, la moda, etc… reiteradamente opinamos, denunciamos lo establecido en ideas inyectadas sin elaborar. En este espacio de la lectura más crítica y pausada descubrimos material significativo que hace al trascender del ser humano. Así como el antropólogo, un politólogo, el arqueólogo, el periodista y cada uno de los seres humanos que nos hemos ocupado en ciertas disciplinas como humanistas, descubrimos en su camino la mugre que se encuentra en una parte de la sociedad. Un conjunto humano que desea únicamente resolverse en sus propios intereses, ignorando por completo lo significativo de conocernos como seres humanos en su gran complejidad. Salir de los ámbitos de poder por el poder.
El año 2020 nos inspira a revisarnos en toda nuestra vida cotidiana. Encontrar todo aquello que evita el crecimiento. Valorar lo que ha generado logros en la construcción de nuestra persona, nuestra institución, nuestro futuro mediato. Recuerdo que era una tarea linda en la niñez, haciéndose costumbre. En la escuela nos llevaban a revisar cómo había sido el año que terminaba, revisando todo lo que nos pueda manifestar el próximo año, capaz de hacernos mejores, como individuos, como seres humanos. Este año nos tocó a nosotros. Toco al individuo en todo su contexto de vida en el planeta Tierra. Un año de “pandemia” , en este final de la segunda década del inicio del tercer milenio, en un comienzo del siglo XXI. En que mundo estamos, saltando del mundo que veníamos viviendo, y el que ya estamos construyendo en este presente. Pareciera estuviéramos anestesiados.
Hablar del tema ovni, desde hace más de 8 décadas provoca una profunda revisión. Manifestado desde un amigo investigador del tema ovni, como diarrea de ovnis, no es suficiente cuando nos referimos a esos puntos que se ven en el cielo, cuando en un zoom nos encontramos que puede ser cualquier cosa; el tema bordea lugares del pensamiento humano, alejado del fenómeno, transformando el accionar del individuo en toda su extensión como ser humano.
Hablar de ovnis sugiere un acompañamiento constante de nuestra experiencia vivida con el cuidado que merece. Las interpretaciones, las especulaciones, los supuestos, como si de una película de ciencia ficción se tratara, desaparecen. Nos hemos construido en ideas que ni sabemos donde nacen, las incorporamos, las alojamos en nuestra mente como si de una verdad se tratara, evitando despojarnos de lo que nos han inyectado por costumbre.
Un año de pandemia, suficientes días elaborando su propio resumen, comprendiendo cómo seguir en el desarrollo de los acontecimientos.
Un año en el que el tema ovni aparece como de costumbre desde algunos titulares que no alcanzaron el acontecimiento; siendo parte de noticias antiguas no bien tratadas siguiendo un guion como si de una película se tratara. La idea que aumentaron los avistamientos en plena pandemia, como afirmación, evita cualquier evaluación cuando el fenómeno ha sido producto mediático. De acuerdo a las estadísticas, conversando con el Director de la Muffon en Estados Unidos, el señor Jan C. Harzan, confirman nuestra lectura al respecto. Así lo expresamos en su momento cuando la prensa nos preguntó.
La mentira es el motor que hace rodar toda clase de acciones provocando la confusión. Esperamos tu evaluación si es que amerita hacerla. Nosotros continuamos sin parar. Ha sido un año realmente maravilloso y aun cuando no hubo CIO presencial, el CIO ONLINE nació para continuar.
Nos queda agradecer a cada una de las personas que acompañan incondicionalmente nuestra tarea, sea como sea su acompañamiento. Y en la distancia saludar a tantas personas que saben de nosotros, han compartido momentos inolvidables y han sido la parte importante para inspirarnos en seguir nuestra consigna: hacer docencia en el tema ovni.
La tecnología es un medio para aprender. No permitir que nos aleje de nuestra verdadera forma como seres humanos.