La semana pasada, en Colombia tuvimos la grata visita del Papa Francisco, estuve pendiente de sus pronunciamientos en los medios, las reacciones de la gente y demás. Desde que Bergoglio se convirtió en el nuevo Pontífice, me sorprendió que fuera el primer Papa jesuita, el primero proveniente del hemisferio sur y originario de América.
Utilicé las redes sociales para evaluar las reacciones de la gente, y encontré desde la gente que se indignaba por los 28.000 millones de pesos que se gastaron para su visita, la gente que contrastaba la inversión por su venida respecto a sus beneficios económicos, pude ver a ateos indignarse, pero también a ateos resaltando cada uno de sus mensajes, vi a homosexuales que nunca antes había visto profesar su fe salir del closet religioso y hacerle eco a los mensajes del Papa, vi políticos aprovechándose de la visita para recoger votos, pero también vi políticos que hicieron un alto en el camino y reflexionaron e invitaron a reflexionar a sus copartidarios.
Foto: Orlando Barría / EFE
También me impresionó que la visita del Papa lograra reunir a un gran numero de personas en las diferentes ciudades que visito: Bogotá (aproximadamente 1,3 millones), Medellín (aproximadamente 1 millón) y Villavicencio (aproximadamente 700 mil personas) a hablar de paz, reconciliación, perdón y muchos otros mensajes que han sido pilares de los evangelios. Y más allá de eso pensé, que podríamos aprender como comunidad cristiana (evangélicos, como otros los conocen) de la visita de esta personalidad al país:
1. Imitar más a Cristo:
Nos hemos perdido en divisiones confesionales que han ido apareciendo a lo largo de los años, interpretaciones de las escrituras que han moldeado la fe de muchos y lejos de permitir que determinados pensadores influencien nuestro pensamiento, sean calvinistas, metodistas o pentecostales, lo más importante es regresar al mensaje del evangelio, puro, sin remiendos y acceder a sus revelaciones a través del espíritu.
2. Humildad
En ese imitar de Cristo del punto anterior, regreso a cómo el Papa ha enfatizado con cada uno de sus actos y discursos el valor de la humildad. Hoy nos hemos preocupado más por atraer a más personas a las congregaciones, por innovar o adaptar las mejores tendencias ya sean musicales u organizacionales para crecer más y aunque no quiero dar a entender que el querer crecer esté mal, sí quiero resaltar que Jesús, también nos llamó a trabajar por los indefensos, por los pobres, los que no son escuchados y los desválidos.
3. Inclusión:
Uno de los pronunciamientos del Papa en Bogotá fue: ‘El señor no es selectivo, no excluye a nadie, el señor abraza a todos, y todos, somos importantes y necesarios para Él”. Así mismo lo vimos compartiendo con líderes indígenas, campesinos, afrodescendientes, entre otros.
Fuente: L’Osservatore Romano – AFP.
Así mismo mencionan los evangelios: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su único Hijo, para que todo aquél que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna”. No me imagino a Jesucristo excluyendo a quién podía o no recibir sus mensajes, de hecho, en las cartas de los apóstoles, podemos encontrarnos con un Cristo que anduvo con ladrones, pescadores y prostitutas. Sin embargo, hoy en día veo a influyentes líderes cristianos invirtiendo grandes cantidades de su tiempo en destruir a quienes piensan diferente, en invertir su corto tiempo en la tierra para discutir más sobre: “la ideología de género”, oponerse al avance del “castrochavismo”, entre otros, y menos por actuar en consonancia con el mandamiento de “amar al prójimo como a sí mismo” que Jesús instaura como nuevo mandamiento. Quizás aceptando y amando al otro, podría atraerse más a los no creyentes e inspirarlos a seguir los pasos de Cristo.
4. Ser escuderos de la paz, el perdón y la reconciliación:
El pontífice mencionó: “Dios nos amina a seguir buscando la paz, aquella paz que es auténtica y duradera” así mismo, Jesús mencionó: “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mateo 5:9). Sin embargo, hoy algunos líderes cristianos se han enfocado más, en oponerse firmemente a los acuerdos de paz con los diferentes grupos armados del país, cerrando las puertas del diálogo y del perdón e instando al odio.
5. No juzgar al otro.
Supe de cristianos que estuvieron más enfocados en criticar la venida del Papa al asociarla con la idolatría a un hombre, imágenes y demás. Nos olvidamos cómo muchos de los miembros de nuestra comunidad a veces parecieran seguir ciegamente más al hombre (apóstoles, predicadores y cantantes) que al mismo Dios. En ningún momento vi al Papa criticarnos por este hecho ni por ningún otro, más bien nos invitó a confluir en los puntos que compartimos.
Además de ser un gran líder, Bergoglio es un gran servidor y un ejemplo para esta y las nuevas generaciones y aunque sus enseñanzas no son nuevas, sino que se inspiran en las escrituras, haciendo un balance de su visita al país, su misión en Colombia se cumplió.
Además de traer un mensaje de esperanza, paz y reconciliación a un país como el nuestro que trabaja por construir la paz, su mensaje tuvo eco tanto en los católicos que han presenciado escándalos al interior de una institución como la iglesia católica, como para ese segmento de la población no creyente que logró sensibilizarse con los actos del pontífice y a cristianos como el que escribe, que con todo el amor y la humildad del aprendiz que quiere mejorar en su caminar, invita a hacer una instrospección a los miembros de su comunidad para que mejoremos y que mañana podamos ser nosotros quienes generemos ese impacto en nuestro país.
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