Aureliano Buendia, un personaje ficticio construido sobre la figura del general Rafael Uribe, jefe de varias revueltas y batallas liberales fracasadas frente a las fuerzas conservadoras, la figura de quien el exguerrillero y hoy inquilino de la Casa de Nariño adoptó su nombre mientras militaba en el M-19, hoy por hoy parece perder la batalla sobre el dólar.

El dólar se ha convertido en un dolor de cabeza para la administración de Petro, quien con acusada soberbia la relaciona a variables exógenas como la inflación generalizada o la guerra en Ucrania, como si sus anuncios de frenar la exploración petrolera, cargar una reforma tributaria sobre los hombros del tejido empresarial y las guerras que está gestando contra los empresarios no tuvieran mayor efecto sobre la economía colombiana.

Hoy el peso colombiano está negociandose por los 4900 pesos. En una semana ha subido otros 240 pesos y va acumular 878 pesos desde que Petro ganó la contienda electoral, ni que hablar con la base de TRM que están usando

 

Fuente: Basado en datos de Superintendencia Financiera de Colombia / Banrep

 

Como pueden ver, el ritmo de monedas de economías como Chile y Perú o se mantiene estable o baja (2 países con gobiernos de izquierda) y el real brasilero por su parte baja (un país de derecha)

 

Fuente: Google

Los anuncios de Petro esta semana, a diferencia de lo que dicen algunos desconocedores de economía (o porque no estudiaron esta profesión o porque están ciegos siguiendo a Petro) definitivamente están dándole duro a la divisa y están mostrando tintes de extrema izquierda. (Perú y México, aunque tienen gobiernos de izquierda, se han moderado hacia la centro izquierda)

Al final, quienes ganan en dólares están enriqueciéndonos más, sin embargo, son las clases menos favorecidas las que están viendo perder su poder adquisitivo por la inflación y por el aumento del dólar, una espiral que preveíamos los que invitábamos a no votar por Petro.

Me gustaría ser optimista con esta situación pero los números e indicadores solo muestran que pelearse con los empresarios, querer aprobar a toda costa la perversa tributaria que pone grandes pesos al sector empresarial del país y querer frenar la actividad petrolera están generando una caída de la economía de la cuál va a ser difícil recuperarse.

Y termino mencionando que esperamos que la otra batalla perdida de Aureliano la tenga en el congreso, donde pierda el apoyo de las mayorías para no aprobar la nefasta reforma tributaria que empeoraría no solo la situación de la TRM sino también de la Bolsa de Valores del país y en general el desempeño macroecónomico colombiano.