Imagen cortesía: Colorchain
Uno de los principales retos de emprender es lograr desde el inicio un balance entre darle vida a un producto o servicio de calidad y generar impacto social. Aprovechar los conocimientos y recursos para desarrollar un negocio exitoso no solo se debe medir en las ganancias económicas que este pueda tener, sino también en cuál es esa contribución que a través del emprendimiento estás brindando a la sociedad.
Aunque la salud y lo social están estrechamente relacionados, en muchas ocasiones parece que el negocio está por encima de todo, pero afortunadamente todavía hay quienes apuestan por una balanza equilibrada.
La empresa colombiana Colorchain, fundada por la Dra. Carolina Hernández con el apoyo de su familia, logró desarrollar un modelo integrado verticalmente en el que diseña, desarrolla, fabrica y comercializa ropa médica diferenciada, resolviendo las necesidades de los profesionales de la salud de una manera innovadora que combina tecnología, comodidad y seguridad, todo con el apoyo de comunidades tradicionalmente excluidas como principal contribución al bienestar social.
Innovación colombiana
Aunque si bien las innovaciones en la industria de la salud han sido notables en los últimos años, la pandemia demostró que el personal de la salud requiere de una vestimenta especial para una correcta protección en el desarrollo de su actividad.
Los datos estiman que en América Latina alrededor de un 80 % del personal de la salud compra su propio vestuario médico, y debido a las largas jornadas y poco descanso, en algunos casos pueden llegar a utilizar las mismas prendas hasta por 36 horas continuas.
¿El problema? La mayoría de estas prendas no son diseñadas pensando en la comodidad y la verdadera protección de los profesionales de la salud, más bien parecen seguir un patrón de uniforme con poco o nada de innovación.
Desde su paso por la universidad hasta su vida laboral evidenciaron que algo andaba mal en el sector salud, donde es común que el personal simplemente use una vestimenta de tipo médica como “uniforme” pero poco se tiene en cuenta que más que un uniforme, el vestuario es principalmente un elemento de protección personal; nadie te dice cómo te protege, por cuánto tiempo te protege.
Proveniente de una familia con más de 60 años de experiencia en el sector textil, ese conocimiento también sirvió para dar respuesta al problema a resolver. Con todo el conocimiento necesario para disrumpir el mercado, la compañía realizó una investigación directa con los usuarios, lo que les permitió establecerse como una marca de moda innovadora para los profesionales de la salud, desarrollar sus propias tablas de tallas que responden a la necesidad del uso y brindar una nueva experiencia de selección, compra y uso de vestimenta médico.
Cortesía: Colorchain.
Para cambiar esa situación y resolver las verdaderas necesidades de las personas que se desempeñan en el sector salud, la empresaria colombiana Carolina Hernández creó Colorchain como un negocio de vestuario para el personal de la salud que combina la sostenibilidad, la comodidad y la tan importante protección de alto grado en la llamada moda médica.
“Nacimos antes de la pandemia y esta nos terminó dando la razón”, dice la Dra. Hernández, fundadora y CEO de Colorchain. Este emprendimiento nació precisamente de la experiencia de Carolina Hernández en el sector salud, en el que dirigió prácticas clínicas en las áreas de anestesia, cirugía y traumatología. Además, antes de emprender se introdujo en la industria farmacéutica, donde ocupó puestos directivos en compañías como Johnson & Johnson, Novartis y Merck.
Una empresa global con impacto
Entre los colaboradores que hacen parte de la fuerza laboral de la compañía hay un gran porcentaje (80 %) de madres cabeza de hogar, quienes además de contar con un empleo formal y bien remunerado tienen acceso a oportunidades para el crecimiento personal y profesional dentro de la misma empresa. También se destaca la inclusión de personas mayores y jóvenes estudiantes, quienes generalmente tienen enormes barreras para obtener un empleo en Colombia.
A nivel de sostenibilidad, la compañía usa tecnología para disminuir los desechos en más del 90 % en los procesos de creación de colecciones y prototipado, la maquinaría de la compañía es energéticamente eficiente y también se consideran ahorradores de agua en los diferentes procesos.
Aunque desde sus inicios Colorchain se ha financiado con fondos propios y familiares, Carolina Hernándeza asegura que en Colombia los emprendedores se encuentran con una gran cantidad de barreras para acceder a capital, por lo que, con la idea de escalar y llegar a otros mercados, la startup planea buscar próximamente inversión proveniente de fondos de capital de riesgo.
Como marca opera hace poco más de 3 años en Colombia con algunas boutiques físicas y tienda en línea con envíos nacionales. Además, se encuentra registrada en más de 37 países, incluidos Canadá, Estados Unidos, México, Colombia, Brasil, Argentina, Chile y Ecuador, lo que le permitiría iniciar un proceso de expansión en sus operaciones.