Desde hace más de 20 años, Medellín ha desarrollado un ecosistema de emprendimiento basado en la tecnología, que se fortalece con el talento de los innovadores y la colaboración entre diferentes actores del sector público y privado, la educación y los gremios, entre otros organismos dedicados a este propósito.
Con una gran variedad de iniciativas, el ecosistema de startups de Medellín se destaca de otras ciudades de la región al ofrecer una serie de oportunidades de financiamiento para emprendedores y startups, siendo la segunda ciudad más importante de Colombia (después de Bogotá) y la séptima en Sudamérica a nivel de ecosistema emprendedor, según Startupblink.
Recientemente tuve la oportunidad de conocer una historia sobre los inicios de esa cultura emprendedora que hoy se vive en la ciudad y cómo a través de la sinergia entre el sector público y el privado pueden surgir casos de éxito inspiradores.
La historia es sobre el emprendedor serial, inversionista y filántropo, Michael Puscar, quien llegó a Medellín en el 2010, poco después de que se creará la corporación Ruta N, que nació con la idea de consolidar la economía del conocimiento e impulsar los negocios y el emprendimiento en la ciudad. Desde la Alcaldía buscaban inversionistas y expertos extranjeros que pudieran aportar al naciente ecosistema de emprendimiento local, y los conocimientos de Puscar, quien en ese entonces tenía una compañía tecnológica que operaba en China y Estados Unidos, fueron suficientes para recibir la invitación que cambió su vida por completo.
Alvaro: ¿Michael, por qué mudarte a Medellín a emprender?
Michael: Participé en un evento donde nos presentaron los beneficios que la ciudad ofrecia para el ecosistema de startups y su visión de establecer un ecosistema de emprendimiento de talla internacional. Estaba cerca de mi país natal (Estados Unidos) y me era más fácil operar y desarrollar mis negocios entre EE.UU. y Colombia en comparación con China, y me sorprendí con la gran cantidad de talento tecnológico que tenía la ciudad.
Alvaro: Después de haberte asentado en Medellín, ¿cómo ha sido el proceso de crecimiento de tu startup?
Michael: Mi compañía Yuxi Pacific, una firma consultoría de software especializada en la gestión de documentos y el análisis de datos que fue una de las primeras en ser incubadas por Ruta N, creció rápidamente desde que comenzó a operar en la ciudad, pasó de tener un poco más de diez empleados a emplear alrededor de 100 personas.
En 2013
Luego mi siguiente empresa, Lex Paradigm (XQuire), fue vendida en 2014, revelando la creciente popularidad de Medellín como centro de desarrollo tecnológico global, marcando un mayor reconocimiento del país como un lugar con talento tecnológico y potencial para el desarrollo de productos con un atractivo internacional.
Alvaro: Tremendo, un rápido desague ¿que vino despues de Lex Paradigm?
En 2017, fundé Oiga Technologies, compañía especializada en el desarrollo de productos de alta tecnología con sede en Colombia que se especializa en inteligencia artificial, machine learning, big data y blockchain.
Hace apenas unas semanas, Oiga Technologies fue adquirida por 10Pearls, el más reciente ‘exit’ de una compañía colombiana. La adquisición busca potenciar las capacidades de 10Pearls en tecnologías emergentes incluyendo la inteligencia artificial, en EE.UU. y Latinoamérica, por lo que la firma con sede en Virginia, Estados Unidos, encontró en la compañía basada en Colombia el potencial para cumplir su misión.
Esta adquisición representa una victoria más para el floreciente sector tecnológico de Medellín, especialmente porque se espera que la conectividad 5G llegue a Colombia próximamente, con ocho empresas líderes de telecomunicaciones, incluidas Tigo y Claro, que han expresado interés en obtener frecuencias, y la subasta tendrá lugar en el tercer trimestre de este año, lo que sin duda representa una oportunidad para el surgimiento de nuevos emprendimientos tecnológicos en áreas como internet de las cosas y otros sectores impactados por el 5G.
“Venir a Colombia fue lo mejor que me pasó en la vida”, dice. “Por eso siempre estoy pensando en retribuir a la sociedad todo eso que el país me ha dado.
Alvaro: Gracias Michael por tu tiempo y por apostarle a nuestro país.
Hoy, más de una década después de su llegada a Colombia, Michael conformó una familia y vive en la zona de Llanogrande, en el oriente antioqueño. Su carrera como empresario exitoso e inversionista fue impulsada en el país, por lo que, como parte de su gratitud, dice que desde hace años ha tomado la iniciativa de realizar diversas labores sociales y ha fundado varios otros grupos sin fines de lucro en Colombia que apoyan la educación de la primera infancia, ya sea mediante la donación de tecnología instalando computadores en comunidades desfavorecidas para que los niños y niñas tengan la oportunidad de cambiar su futuro con la tecnología, o brindando apoyo a madres solteras sin oportunidades para completar su educación.