¿Qué tiene de especial el corregimiento de Belén de Bajirá para que las autoridades de Antioquia no lo vean como otro “bollo perfumado”, si se usa la misma expresión despectiva que en mayo de 2012 pronunció el diputado antioqueño Rodrigo Mesa para referirse al vecino departamento del Chocó?
Chocó es otra de las tantas regiones colombianas muy ricas en recursos naturales, es toda una joya por ser una de las zonas más biodiversas del mundo, con muchas especies endémicas y con la mayor pluviosidad del planeta, representada en más de 9000 milímetros de precipitaciones anuales.
Además, Chocó goza de una posición privilegiada y estratégica al limitar al norte con Panamá y con el mar Caribe, al noroeste con el rico departamento de Antioquia, al oeste con Risaralda, al sur con Valle del Cauca y al oeste con el océano Pacífico. Es el único departamento de Colombia con costas en dos océanos.
Su riqueza también es cultural, ya que la zona está habitada principalmente por comunidades afrodescendientes, seguida de comunidades indígenas y mestizas descendientes de migrantes de diversas partes del país.
Lo incomprensible es que ante tanta riqueza el departamento del Chocó esté sumido en la pobreza. A esta región le pasa lo mismo que a muchas de sus especies de fauna, que, por ser únicas, hermosas y atractivas, siempre están en la mira de inescrupulosos traficantes de especies que quieren explotarlas. Eso mismo le pasa a Chocó.
Las autoridades de Antioquia reclaman que el corregimiento de Belén de Bajirá, de 2050 kilómetros cuadrados, hace parte de su territorio, aduciendo que desde hace unos treinta años le brinda algunos servicios básicos de salud, educación, acueducto y recolección de basuras.
Belén de Bajirá es una joya por sus recursos naturales y por su posición geográfica
Y no es que Chocó se haya desentendido de Belén de Bajirá, por la disputa territorial hay dos colegios, dos centros de salud y dos estaciones de policía cada uno correspondiente a cada departamento.
El caso fue objeto de estudio en las comisiones de ordenamiento territorial del Congreso de la República, que concluyeron que “no había controversia limítrofe y le devolvieron el expediente al IGAC, que hizo lo que correspondía por mandato de la ley: publicar los mapas. Así que no hay razón para ninguna interpretación distinta”, aclaró el ministro del Interior, Guillermo Rivera.
Antioquia no está perdiendo a Belén de Bajirá porque geográfica, jurídica e históricamente nunca le ha pertenecido. Básicamente Antioquia le ha brindado algunos servicios al corregimiento de un departamento vecino. En ese orden de ideas, ¿cualquier departamento podría invertir o brindar servicios a cualquier poblado de otro departamento y luego reclamarlo como propio?
Hablemos de las razones jurídicas e históricas. Belén de Bajirá es un pobre corregimiento del municipio de Riosucio, que legalmente pertenece a Chocó (y no a Antioquia) desde el nacimiento de este departamento, según lo establecido por la Ley 13 de 1947. Es más, Belén de Bajirá pertenece “incluso antes de la creación del departamento del Chocó (1947), cuando existía la intendencia del Chocó, los límites eran los mismos”, ha explicado el director del IGAC, Juan Antonio Nieto Escalante.
Y ahora veamos el sustento geográfico. El cauce del río Tumaradó define la línea divisoria entre ambos departamentos, pero Antioquia considera que ese límite ahora es difuso porque el río ha desaparecido por causas antrópicas. Por su parte Chocó asegura, con razón, que se conserva su curso y que los límites siguen intactos, según la Ley 13 de 1947 que crea el departamento del Chocó.
A pesar de que este corregimiento lo reclaman Antioquia y Chocó, y de que cuenta con ricos recursos naturales, especialmente mineros, la pobreza de sus doce mil habitantes es notable, alcanza un porcentaje de 83% de necesidades básicas insatisfechas, según el DANE. Uno esperaría que de un territorio tan apetecido los reclamantes estuvieran resaltando por lo alto todo lo que han hecho por él, pero ni lo básico han suplido.
Lo que hace a Belén de Bajirá tan atractivo es que se trata de un pobre corregimiento rico en oro, níquel, cobre, petróleo y palma de aceite, plátano, entre otros productos. Además, por la fertilidad de sus tierras y por su estratégica posición geográfica que conecta al Océano Pacífico y a Panamá. Por eso es que además de los dos departamentos que la reclaman, este ha sido también un sitio en el que han hecho presencia grupos armados ilegales para explotar ilegalmente los recursos. Lamentablemente acá lo que menos ha pesado es la riqueza cultural de su población.
Esta clase de disputas territoriales no se resuelve enarbolando banderas regionalistas, ni con “firmatones” y mucho menos con epítetos y descalificaciones como las del gobernador de Antioquia al decir que “el del IGAC es un mapa chimbo”. El asunto es técnico. Y aunque el IGAC ya publicó el mapa oficial del Chocó que incluye a Belen de Bajirá, el pleito parece que no va a terminar pronto. Mientras tanto, son los pobladores del corregimiento los que pierden al sentir que están en el limbo.