El fracking es una técnica no convencional que, mediante la inyección de agua, arena y químicos a alta presión, fractura las rocas impenetrables de los yacimientos de petróleo y gas. Esta técnica de fracturación hidráulica ha permitido el incremento de la producción petrolera de algunos países, tanto así que Estados Unidos se ha convertido en uno de los principales productores de petróleo del mundo gracias a ella.
Sin embargo, el fracking tiene sus inevitables consecuencias desfavorables para el medio ambiente. Algunos de los cientos de químicos inyectados son contaminantes que pueden filtrarse hasta acuíferos que los seres humanos y los animales consumen. Además, se liberan gases de efecto invernadero como el metano.
Un informe de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo concluyó en 2011 que mediante el fracking se produce emisión de contaminantes a la atmósfera, afectando las aguas subterráneas debido a caudales de fluidos o gases provocados por escapes o vertidos, fugas de líquidos de fracturación y descargas no controladas de aguas residuales, así como la utilización de más de 600 productos químicos para liberar el gas natural.
Adicional a esto, la Agencia Federal Ambiental de Alemania (UBA) considera que “los riesgos de esta tecnología no pueden ser predichos ni controlados, por lo tanto, no debe haber fracking en Alemania”.
Ad portas de las próximas elecciones presidenciales, es importante conocer la posición que han venido exponiendo los candidatos en torno a esta técnica.
A principios de marzo, en el evento Colombia Genera 2018, organizado por la ANDI en Cartagena, el candidato del Centro Democrático, Iván Duque, dijo: «Hagamos bien la tarea con las fuentes convencionales de hidrocarburos y luego sí vamos a lo no convencional». En esa oportunidad él expuso la posibilidad de llevar a cabo esta práctica en zonas desérticas o en aquellos territorios donde hay poca población. “No podemos caer en la trampa de decir que si no hay fracking no se puede tener más petróleo», sentenció.
Luego, en el primer debate presidencial en la ciudad de Medellín, Duque manifestó que «Colombia no necesita aventurarse en este momento a los yacimientos no convencionales con fracking», y, posteriormente, en un programa con jóvenes en el Canal Caracol, el candidato reconoció que «el fracking tiene demasiadas complejidades y genera afectaciones graves a acuíferos y ecosistemas. Yo no voy a dejar que se haga un solo proyecto de fracking en Colombia que afecte los ecosistemas. Y en este momento Colombia no tiene ninguna necesidad de hacer exploración de yacimientos no convencionales».
Por su parte, el candidato de Cambio Radical, Germán Vargas Lleras, se refirió a este tema en el mismo evento de la ANDI, en el que dijo que en el César las perspectivas de energías no convencionales son muy atractivas. «Con una reglamentación adecuada podríamos traer a compañías que den las suficientes garantías e ir pensando en ese frente. No lo descarto. Imagínense lo que eso representaría en riqueza, de manera que yo veo eso con buenos ojos«, dijo.
En el Debate Pacífico, organizado en Buenaventura, el mismo Vargas Lleras dijo: «Para mí el fracking será la última de las alternativas y a él apelaré cuando este país se vea obligado a importar petróleo». Y en el programa El País de los Jóvenes, de Caracol Televisión, el candidato amplió su posición: «Este país todavía tiene un enorme potencial en materia de desarrollo de su industria petrolera, pero eventualmente contemplaríamos el fracking, depende de la tecnología y de los requerimientos nacionales».
El candidato liberal Humberto de la Calle ha dicho que no es partidario de emprender el fracking sin tener ninguna precaución y sin saber cuál es la potencialidad del daño que produce. «Por lo tanto, no al fracking hasta que no tengamos en la intimidad del estudio de cada geología concreta la certeza de que no habrá daño. Yo no voy a empezar una carrera alocada para imponer el fracking en Colombia», manifestó.
Sergio Fajardo, el candidato presidencial de la Coalición Colombia se refirió a este tema en una entrevista para el diario económico La República. «Por el fracking hacemos una moratoria en el sentido de precaución. Si no tenemos el rigor científico para garantizarlo, no lo haremos. No digo que no lo vayamos a hacer, pero tenemos que estar seguros. La gran riqueza que tenemos es la biodiversidad. Los temas ambientales no son un obstáculo, son un requisito para el desarrollo», expresó.
Y Gustavo Petro, el candidato por el partido Movimiento Progresistas, ha dicho en reiteradas oportunidades que el fracking no lo considera como una opción. «Si los ciudadanos permiten la utilización del agua para contaminarla, para sacar durante cinco años más petróleo, el agua de Colombia es la primera víctima. Entre el fracking para extraer petróleo y la fumigación con glifosato, ¿qué será del agua de Colombia? Propuse que el agua es prioridad para el consumo humano y la producción de alimentos y que por tanto no habrá ni fracking ni glifosato«.
Queda claro que todos los candidatos son conscientes de que la puesta en marcha del fracking trae consigo afectaciones a los ecosistemas, pues las mejores prácticas operacionales solo pueden minimizar riesgos, no eliminarlos. Aun así, Duque y Vargas Lleras son los candidatos que están más dispuestos a llevarlo a cabo, en caso de ganar la Presidencia. De la Calle y Fajardo dejan la puerta entreabierta para esta posibilidad y Petro la cierra del todo.
Ya que las reservas de petróleo en Colombia se están agotando rápidamente, el país debería ver esta situación como una oportunidad para llevar a cabo un proceso de transición y desarrollo energético que aproveche los potenciales que el país tiene para la generación de energía eólica y solar.