Invité a mis alumnos de cuarto semestre de la Escuela de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Sergio Arboleda de Bogotá a que ensayaran textos para publicar en este blog con los que fuera posible mostrar algunas ideas de ellos sobre temas de actualidad. Este texto de hoy, incluido su título, es de Alexandra Chaparro, una mujer de 19 años nacida en Sogamoso.
Por miles de años nos han enseñado que el aire y el agua son indispensables para vivir. Sin ellas, la humanidad moriría, pero vale la pregunta: ¿qué sería de la humanidad con el aire y el agua más puros, sin la fuente de vida que es la mujer? La respuesta es sencilla y notable, la humanidad fracasaría y seguramente se extinguiría. Sin las mujeres no habría quién les diera vida a las grandes mentes, nadie formaría las personalidades del mañana y no existiríamos ninguno de nosotros.
La mujer es una gran fuerza y es necesaria para el desarrollo de la sociedad, aún así se han atrevido a llamarnos “sexo débil”. ¿Cuál sexo débil? ¿Acaso no es una mujer la que soporta el dolor del parto? ¿No es quien lleva sobre sus hombros la carga del hogar? ¿No es quien día tras día cuida y educa a sus hijos? Es el hombre a quien le da una gripe y se “echa a morir”, mientras las mujeres, por más enfermas que estemos, no nos quedamos en cama. Si un hombre no valora a una mujer, ¿quién es entonces el sexo débil?
A pesar de ser tan importantes y necesarias, según un estudio revelado por el Instituto de Medicina Legal de Colombia, en el año 2015 se registraron 1.007 casos de mujeres asesinadas y 16 mil denuncias por violencia sexual. Medicina Legal afirma que cada 13 minutos una mujer es víctima de algún tipo de agresión, ya sea física, sexual, verbal o psicológica. Las ciudades con más reportes de agresión son: Bogotá, Cali y Medellín.
“Tu abuela te dio a tu madre, tu madre te dio la vida, tu suegra te dio tu esposa, tu esposa te dio a tus hijos”: anónimo. Por una mujer es que hoy existes, por una mujer es que te desvelas cada noche mientras la conquistas y por una mujer es que trabajas duro para darle todo lo que quiere, pero también, por la falta de sensatez frente una mujer, en menos de 72 horas puedes estar empezando a pagar una condenada hasta de 15 años por violencia contra ella y hasta de 41 años como establece el código penal colombiano.
Los hombres deben respetar, cuidar y amar a las mujeres. En vez de puños, deben darles flores; en vez de gritos, que les lleven canciones de amor; decir no al abuso para vivir la mejor noche de su vida; no después de agredirlas, venir con palabras de arrepentimiento. No. Deben eliminar para siempre los actos violentos.
Nosotras no los respetaremos por la cantidad de golpes, sino por el amor que demuestren. Una mujer no abrazará al “macho” de la casa, sino al hombre cariñoso de su hogar. Dejemos los golpes y volvamos a los chocolates, a las cartas y a las palabras bonitas que alguna vez escuchamos.
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