Por cuenta de que soy bastante nerviosa y ansiosa, esto de estar uno expuesto a contagiarse de un virus que puede ser mortal y tener que cuidarse en extremo de todos los seres humanos, me generó muchos miedos al inicio de la cuarentena. Ahora tengo menos debido a que logré manejarlos con los consejos de expertos y con la experiencia que me han dado más de 15 años de lidiar con éxito con mi trastorno bipolar. Esto es lo que he aprendido:

  1. Reducir la información y buscar fuentes confiables. Estar todo el tiempo leyendo y oyendo información sobre el virus, sobre cómo aumentan los contagios o las muertes, no es bueno para el sistema nervioso, así que lo mejor es informarse una sola vez durante día de las noticias del virus. Y, además, buscar fuentes confiables. Estas pueden ser medios de comunicación serios o las páginas de entidades como la OMS, o de universidades como John Hopkins y la Clínica Mayo. No se puede creer todo lo que llega por WhatsApp ni lo que se comparte en Facebook.
  2. Aceptar la realidad. Entre uno más se resista a lo que está pasando, más sufre y más angustia siente. Tratar de evitar lo que es inevitable genera mucho miedo, porque nos enfrentamos a imposibles y eso hace que nos sintamos pequeños e incapaces. Así que aceptémoslo: hay un virus en el mundo, debemos quedarnos en casa y para muchos la situación económica ya no será la mismo a partir de este momento. Solo cuando aceptamos estos hechos y los miramos de frente podemos pensar en alternativas para solucionarlos.
  3. Tener protección a mano. Nada más sencillo que cumplir con lavarnos las manos, guardar la distancia de los otros y usar tapabocas. Son acciones fáciles que nos calman el miedo, porque les decimos a nuestra mente que estamos haciendo lo necesario para protegernos.
  4. Reconocer el miedo. No debemos esconder el miedo ni negarlo, por el contrario, tenemos que dejarlo llegar porque solo así podrá irse. Tenemos que darle permiso para pasar. Dejarlo deslizarse por nuestro cuerpo, sentir lo que tenemos que sentir.
  5. Contarles a otros que tenemos miedo es muy importante, porque cuando expresamos nuestra emociones nos sentimos más tranquilos. Cuando hablamos de ellas, las entendemos.
  6. Observar nuestras ideas. Esta tarea puede parecer un poco agobiante, pero es más sencilla de lo que parece. Existe toda una corriente de estudio que dice que nuestras emociones se producen por las ideas que pensamos, la recomendación frente al miedo es entonces vigilar nuestras ideas y cortar de un tajo aquellas que nos generan miedo. ¿Nos produce miedo pensar en contagiarnos? Sencillo, no pensemos en eso. ¿Nos llenamos de miedo cuando pensamos que no tenemos con qué hacer el mercado? Pues no pensemos en eso, mejor usemos nuestra mente en algo positivo: en cómo encontrar alternativas para conseguir algo de dinero.
  7. Sonreír. Los expertos dicen que el simple hecho de sonreír nos genera bienestar y nos relaja, así que sonriamos cuando hablemos por teléfono, sonriamos cuando compartimos con otros en una charla virtual, sonriamos cuando les hablemos a nuestros hijos o nuestras parejas. Es un propósito sencillo y muy fácil de cumplir.