La vicepresidenta escribió en un comunicado que les había contado la historia de su hermano narcotraficante a todas las personas que consideró deberían saberlo y ayer supimos, por la entrevista que le hizo María Isabel Rueda, que al presidente Iván Duque no se lo había dicho…
Supone uno que para ella Duque no merecía que le contara, tal vez porque después de todo el verdadero presidente de Colombia es Álvaro Uribe y a él ya se lo había confesado. Que Uribe sea al presidente no lo digo yo, ella misma se equivocó varias veces al inicio del gobierno al referirse a Duque y le dijo Uribe. Tal vez creía que Duque era tan títere que no justificaba contarle, porque de pronto a este lo podía embolatar como al resto de los colombianos.
La explicación que le dio a María Isabel Rueda es que Duque era diferente de los demás presidentes con los que ha trabajado. Según sus palabras: “Con él la relación surgió de una manera inversa que con los expresidentes con los que trabajé. Él no me nombró ni me ofreció un cargo. Los dos desarrollamos una relación derivada de una coalición política para ganar juntos la presidencia de Colombia contra el populismo, y pensé que durante estos años construiríamos una relación de amistad, dentro de la cual, de todas maneras, iba a compartir este doloroso episodio de mi vida con él”.
Estos argumentos son aún más insultantes que el silencio mismo y lo son para Duque y para los colombianos. No voté por Duque ni soy duquista, pero que diga que no consideraba necesario contarla a él porque solo iban a buscar juntos votos para llegar a la presidencia me parece aterrador. Quién sabe qué pensará ella que es la Presidencia. Y tampoco consideraba necesario que sus votantes lo supieran. Después de todo no era gran cosa, solo la fórmula vicepresidencial. Casi nada. Y remata diciendo que pensaba que ella y Duque iban a construir una amistad en la que “de todas maneras” iba a compartir este doloroso episodio de su vida.
Mejor dicho, pensó que cuando fueran amigos, al calor de un cafecito sí le iba a contar su secretico: que tenía un hermano que había sido condenado por narcotráfico y había estado preso en Estados Unidos. Solo se lo iba a contar como amigo, no como el presidente de la República de quien ella es la vicepresidenta.
Sus palabras parecen decir que Duque no le merece ni el mayor respeto ni la mayor lealtad, tampoco el cargo de la Presidencia, porque al fin y al cabo el asunto es con Uribe, y esto es grave para el país, porque se supone que ella será el reemplazo de Duque en caso de que falte.
Tal vez quiere que falte, porque suena bastante ambiciosa. En la misma entrevista que le concedió a María Isabel Rueda cuenta que le andaba pidiendo puesto a Duque, porque en su cargo se hace poco, cosa que ya todos los colombianos sabemos. Supongo que también quiere volver a figurar sin sentirse tan subordinada, El vice parece no gustarle. Tal vez de eso se trataba, de contarle de su hermano a Duque cuando este finalmente le ofreciera un cargo público, como lo hizo con los demás políticos y expresidentes.