Ahora que Facebook está censurando los posts que considera noticias falsas sobre el coronavirus, y YouTube está retirando los videos que también cree que van en contra de la verdad de la pandemia, más que nunca es necesario el buen periodismo.
Porque no se trata de esconder lo que otros piensan, por el contrario, informar bien consiste en registrar los hechos y movimientos sociales que están sucediendo en la realidad y darles un contexto para que los lectores o las audiencias comprendan qué es lo que está pasando.
Es muy importante para el mundo conocer los tuits y post del presidente de Estados Unidos, porque sus ideas no cambiarán solo porque no se registren en las redes sociales, como tampoco lo harán las ideas de aquellos que piensan como él. Seguirán ganando adeptos en todo el mundo sin que nos demos cuenta y entonces su crecimiento parecerá desconcertante.
Los hechos son los mismos los registremos o no, la diferencia de las redes sociales frente al buen periodismo es que este los explica, los comprende, los confronta y usa la mayoría de fuentes posibles para acercarse a la verdad, y eso es justamente lo que necesitamos en estos momentos de pandemia, porque la desinformación y la confusión son muy profundas. Existen en el mundo movimientos que no creen en la información que entrega la OMS y con silenciarlos no dejarán de crecer.
Ojalá los medios periodísticos tuvieran la iniciativa de investigar la información que publican los llamados negacionistas de la pandemia y explicaran con seriedad por qué lo que dicen tiene o no razón, ojalá plantearan el debate que existe entre los médicos en este momento y cómo muchos están denunciado que sus colegas están comprados por las farmacéuticas y por eso no dicen la verdad, ojalá contaran qué es toda esa conspiración que han creado alrededor de Bill Gates y le dieran una explicación veraz.
Ningún medio se está tomando en serio a estos grupos sociales, y cuando digo tomárselos en serio no quiero decir que les crean, quiero decir que informen sobre este, que confronten sus ideas y también las investiguen, pues tal vez algunas de ellas puedan tener una luz de verdad que clarifiquen la situación de la medicina actual.
La pandemia está dejando ver una fisura entre los médicos, unas voces que están diciendo algo diferente, y en mi criterio el buen periodismo debería percatarse de eso hecho, investigarlo e informar como debe ser. Y si lo que dicen las voces disidentes es falso, pues que el periodismo lo explique con datos, hechos y argumentos para que guíe a las audiencias. Informar es también confirmar que algo no es verdad.
De hecho, una de las razones por las que cada vez gana más adeptos el grupo de los negacionistas en el mundo es porque ningún medio serio se ha tomado la molestia de informar sobre ellos con responsabilidad y puede suceder lo mismo que pasó con Trump, que nadie creía que podía ganar y resultó que tenía más adeptos de los que los periodistas creían, porque no habían investigado la realidad a fondo.