Hace dos semanas escribí en este blog que me habían robado un dinero al llamarme una persona que se hacía pasar por un empleado de seguridad de Scotiabank Colpatria y que tenía todos mis datos: mi nombre, el número de mi cuenta, mi número de celular, el correo electrónico que uso con el banco y pudo enviarme códigos de seguridad como los que utiliza la entidad financiera.

Después del robo llamé al banco y me dijeron que se tomarían de 1 a 10 días para estudiar el caso. Pues ayer en la tarde, muy gratamente encontré en mi cuenta bancaria el depósito por el total del fraude que me habían hecho. Me sentí como una cliente muy bien tratada, me respondieron en el tiempo indicado y con muy buenos resultados.

Lo que no me pareció tan bueno de toda esta historia es que recibí muchos mensajes y correos de personas que han vivido casos similares en el mismo banco y en otros y no han obtenido respuestas positivas. No soy nadie para juzgar estas respuestas y no es este el propósito de este blog, mi interés es llamar la atención sobre cómo no todo está inventado en asuntos de seguridad bancaria virtual y cómo por más esfuerzos que hacen las entidades financieras muchas veces los clientes salen perjudicados.

Lo más increíble que recibí fue una cadena de WhastApp en la que una voz de un hombre cuenta cómo le había querido robar a su papá una persona que se hizo pasar por empleado de Scotiabank Colpatria para cambiarle su tarjeta de crédito, y también tenía todos los datos del cliente: el cupo de la tarjeta, el total de su saldo, su teléfono y dirección. Según el audio, a esta persona le hicieron llegar la tarjeta nueva con mensajero certificado, pero ante la duda del hijo porque le pidieron la tarjeta anterior pensaron que era un fraude y lo era.

La habilidad de los ladrones es increíble y parecen ir diez pasos más adelante que las entidades financieras, ojalá estas pudieran encontrar cómo detectarlos y atraparlos para lograr que en este momento, en que la virtualidad se tomó el mundo, los clientes podamos estar tranquilos con nuestros datos andando por ahí.

Y ojalá las autoridades crearan un grupo especial de seguridad donde los ciudadanos podamos denunciar estos casos rápidamente y lograr agarrar a quienes cometen estos fraudes, tal vez ya es hora de crear una línea de atención para fraudes virtuales que pueda reaccionar inmediatamente. Eso en este país es soñar, pero bueno, creo que también vale la pena.