José Javier Rodríguez Alcaide, catedrático emérito y maestro de maestros en la Universidad de Córdoba, tuvo la amabilidad de invitarme a la clausura del curso académico 2012-2013 de la Cátedra Prasa de Empresa Familiar. La conferencia central del solemne acto, que tuvo como tema «La empresa familiar: clave del crecimiento económico», corrió a cargo de Juan Corona, Director Académico del Instituto de la Empresa Familiar. Al finalizar el acto, durante el coctail, me acerqué al Dr. Corona y tuve la ocasión de conversar con él a la vez que saboreaba un delicioso finito cordobés. Reproduzco a continuación parte del interesante diálogo que mantuvimos en uno de los patios de la antigua Facultad de Veterinaria, y actual sede del Rectorado de la Universidad de Córdoba, testigo de este encuentro.
PREGUNTA.- Felicitaciones por la conferencia. Las empresas familiares aguantan mucho mejor la crisis…
RESPUESTA.- Nuestras investigaciones no dejan lugar a dudas. Como se dijo hoy (en el evento de clausura), un factor clave es el tamaño de las empresas. El número de trabajadores sí importa a la hora de sobrevivir. Cuanto más pequeña es la empresa, más difícil es que sobreviva. En el 90% de los casos es así, por algo será.
P.- ¿Por qué las empresas familiares son más resistentes en un entorno hostil como el de la actual crisis económica?
R.- Porque son más fuertes. Y son más fuertes porque están más comprometidas que el resto, al estar en juego su patrimonio y el de la familia. Soy optimista con todo lo que está pasando porque lo que no nos mata, nos fortalece. Ante el actual momento de incertidumbre, lo que más cuenta es la fortaleza y el compromiso de las empresas familiares, que tendrá excelentes resultados si van acompañados de cambios estructurales.
P.- ¿Qué es lo que hace más fuerte a las empresas familiares?
R.- Sus principios y valores, y unas características concretas que la hacen única, entre las que destaco la capacidad de resistir. Cuando lo que está en juego es el futuro de tu familia, estás más comprometido, no te rindes, no cedes, aunque el sol se esconda y veamos todo negro. Quien sabe resistir, logra mantener su identidad y el negocio, que en la mayoría de los casos van de la mano.
P.- ¿Cómo resistir mejor ante las dificultades actuales?
R.- Las empresas familiares asumen riesgos financieros más pequeños y por eso, entre otras razones, resisten mejor la crisis. Resiste mejor quien planifica bien, pensando en el largo plazo, en los hijos y en los nietos, asumiendo un riesgo controlado. Existe el peligro de tomar decisiones pensando sólo en el corto plazo. Algunos empresarios no hicieron caso cuando se les advirtió que la crisis iba a durar bastantes años y actuaron pensando que sólo iba a durar dos años, y las consecuencias han sido terribles para más de uno. Hay que dirigir una empresa pensando en el medio y largo plazo.
P.- No conozco a nadie que se levante cada mañana a darlo todo con pasión, y no salga adelante. Por la familia es más fácil entregarse completamente al éxito del negocio…
R.- Exacto. Es un trabajo a largo plazo, en el que es fundamental ir trabajando el liderazgo de todos los miembros de la familia, identificando roles y límites. Para ser buenos líderes, hay que ser antes buenas personas. Cuidar los valores, entre ellos el de la unidad familiar, es fundamental.
P.- En la conferencia señalaste que la crisis económica española no se puede comprender sin la pérdida de valores fundamentales para una sociedad. ¿Qué valores son prioritarios recuperar?
R.- Principalmente tres: la responsabilidad, el esfuerzo y la solidaridad. En mi opinión, el que más ha desaparecido en España es el del esfuerzo. Las nuevas generaciones, y las no tan nuevas, quieren vivir muy bien sin hacer grandes esfuerzos. Queremos vivir igual o mejor que los alemanes trabajando mucho menos que ellos, y esto no es posible. Queremos tener un sistema de salud mucho mejor que el de Estados Unidos siendo mucho menos productivos, y nadie se extraña. Asumimos como algo obvio, cosas que analizadas con un poco de calma no tienen sentido, y esto ocurre porque nos hemos acomodado. Necesitamos recuperar la cultura del esfuerzo.
P.- ¿Así saldrá España de la crisis?
R.- No me gusta hablar de crisis sino de situación real. Antes vivíamos en una burbuja, como ricos, cuando en realidad no lo éramos. Ahora estamos normalizando la situación, empezando a vivir con los pies en la tierra, que implica trabajar más y ganar menos dinero. El único verdadero drama es el paro y hay que implementar con urgencia políticas reformistas que hagan al país más productivo y generen empleo. Vamos por el buen camino, pero falta mucho todavía por recorrer. En este desafío la empresa familiar tiene una enorme responsabilidad.
P.- ¿Qué es lo más difícil en una empresa familiar?
R.- Quizá gestionar bien los procesos de sucesión. Éstos se deben planificar con mucho tiempo.
P.- ¿Como cualquier plan estratégico?
R.- Sí. El problema es que muchas veces se espera a que el fundador se haga mayor y esto es un error; pocas veces sale bien esperar al último momento. Es ardua la tarea de buscar a las personas más competentes para la sucesión. Otra dificultad es elegir el momento oportuno para hacer el cambio. No es fácil saber cuándo retirarse y en verdad es una decisión muy complicada. En general, nadie discute el liderazgo de un padre, pero no sucede lo mismo con el de un hermano u otro familiar, a no ser que demuestre una competencia y un liderazgo igual o mayor incluso que el del padre. Lo que está claro es que es un trabajo que, bien hecho, lleva mucho tiempo e implica el esfuerzo y el compromiso de todos los miembros de la familia.
Pablo Álamo Hernández
Twitter: @pabloalamo
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